Capitulo 9

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Despierto, al parecer me había desmayado mientras Smert me cargaba. Ahora estoy en una cama blanca, al igual que las sabanas, pero noto un detalle, mi cuello esta encadenado, con un collar de metal.
Intento quitármelo con todas mis fuerzas, pero no puedo.

—Oh, estas despierto— la voz suena enfrente de mi.

Smert se acerca a mí, con una mirada letal y aterradora, siento como cada nervio de mi cuerpo se altera al sentir su presencia. Un sentimiento de miedo puro me atraviesa tanto como por dentro como por fuera.

—stupide, laisse-moi sortir (Estupido, dejame salir)— le digo, enojado.

—Veo que te recuperaste por completo—

Sus palabras me sorprenden, es verdad, ya no siento ningun tipo de calor, solo tengo un dolor punzante en el abdomen, como resultado de la gran golpiza que sufri a manos de Smert.

—¡Tu es un fils de pute! ¡Je te tuerais si je pouvais!  (¡Hijo de puta! ¡Te mataria si pudiera!)—

Smert sonríe picaramente, acercandose hacía la cama y sentándose en ella, veo como su mano se levanta hacía mi mejilla, me imaginó que me dara una leve caricia, pero un golpe me aturde, siento rayos en el lado izquierdo de mi cara, haciendola arder.

—No vuelvas a hablar tu puto italiano— su tono es fuerte y profundo.

Yo solo puedo verlo a los ojos, cubriendo mi mejilla con una de mis manos.
Smert jala del collar de mi cuello, haciendome dar un quejido, aquel hombre me miraba con unos ojos que podrían deborarme en cualquier momento, su mano acerca mi cara hacía la suya.

—Eres un puto maricon— le gruño.

—Me agradabas más cuando no hablabas— me contesta con una sonrisa digna de un demonio.

Vuelvo a sentir aquel familiar dolor en mi cara, el mismo dolor que tengo ahora en mi estomago, pero que se a extendido a mi rostro. Siento como la sangre cae de mi nariz hasta mi labio. Manchando mis dientes a su vez.

—Piensalo muy bien antes de volver a insultarme—

Ese hombre, lleno de odió al igual que lujuria toma mi pierna desnuda, acercandola a su cintura, haciendo que a su vez mi trasero se sitúe a escasos centimentros de su entrepierna. Haciendo que mi cuerpo es estremezca ante la idea de que el me haga algo prohibido.

—¿Recuerdas lo que te dije? Sobre lo de violarte horriblemente—

Sus palabras me atraviesan, dejándome con una sensación de miedo intenso al sentir su entrepierna totalmente pegada a mi parte trasera.
Su exictacion me hace temblar, al igual que su lujuria y perversión

—¡Espera! ¡No lo hagas!— grito

—Te dije que pensaras muy bien tus palabras— me explica, antes de agarrar  el collar de mi cuello y presionarlo contra mi garganta —Ahora sabrás cual será el castigo por tu desobediencia—

Smert comienza a ahorcarme, privandome del oxígeno, trato de resistirme con todas mis fuerzas, aruñandolo y golpenado su pecho.
 
—B...Basta...—

Siento como mi cara se llena de sangre y la saliva sale de mi boca, estoy a punto de desmayarme cuando de repente, sus manos dejan de asfixiarme, permitiendome respirar una vez mas.
Doy una enorme bocanada de aire, para después empezar a toser.

—Siento que aún no as tenido suficiente...— dice, sacando una navaja de su bolsillo —¿Qué tal un hermoso teñido de rojo? Se verá lindo en tu piel palida...—

El dolor me abruma cuando su navaja perfora una de mis muñecas, dejando a su vez un pequeño pero doloroso río  de sangre. Su sonrisa crece al ver mi mirada llena de terror puro.
Smert saca su navaja de mi muñeca, manchada de sangre, acercandola una vez mas a mi piel, pero esta vez, a mi entrepierna.

—¿Qué pasaría sí?...— pregunta, deteniéndose a la mitad de la frase.

— ¡¿Qué piensas hacer?! ¡Sueltame!— le grito.

—¿Te dejará esta parte... Completamente... estropeada?...— termina su pregunta inconclusa

Una ola de terror aborda mi sangre, se que el podría hacerlo si quisiera, es lo que mas me asusta de todo, el hecho de que puede hacerme lo que quiera cuando quiera.
Su navaja se acerca cada vez mas a mi hombría, acariciandola, pero no al punto de cortarla. Mi piel tiembla bajo el frío del metal, estremeciendome.

—Por favor...— le suplicó.

—Así nunca podrías complacer a ninguna mujer, solo sentirías placer por tu parte trasera...Para siempre—

La navaja hace una leve presión en por encima de mi hombría. Cuando estoy a punto de gritar y empujarlo, pero un corte me deja paralizado.
No es un corte profundo, pero si uno muy fino, dejando escapar una pequeña gota de sangre, al igual que un leve suspiro, en el cual se refleja mi terror interno.

—Solo bromeó... Aun no te as ganado un castigó así...— me dice, soltando una pequeña risa al final.

Yo solo puedo respirar agitadamente, sintiendo el ambiente de terror a mi alrededor disiparse.

—Ahora que lo pienso... Tu entrepierna esta completamente suave... No tienes ni un vello pubico— su mano pasa por mi vientre hasta mi hombría, acariciandola suavemente. — ¿Qué eres? ¿Un niño?—

—N...No lo sé... Simplemente no me crece...— le contestó

—Eres tan lindo...— su voz tiene un tono agridulce.

Smert comienza a acariciar mi hombría, en un intento fallido de estimularme. Yo solo puedo mirarlo fijamente, con un brillo de miedo en mis ojos.
El junta sus labios con los míos en un tierno beso, el cual no coincide en nada con lo que acaba de hacer hace un momento.

Solos en el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora