Intento levantarme, pero el pesado cuerpo inmovil de Smert me lo impide, siento su respiración en mi cuello, esta tan calmado que parece casi imposible que el sea un asesino despiadado, me levanto un poco, para ver su rostro, sus largas pestañas negras eran muy hermosas, al igual que sus labios cerrados, haciendo que su mandibula se marqué de una manera muy masculina.<<Parece un angel>>
Pienso mientras acaricio su bello cabello, que ahora, esta sobre su rostro, llegando a sus parpados.
<<Es demasiado... hermoso...>>
Me exaltó ante mis propios pensamientos. Nunca había pensado así de otro hombre, lo cual en cierto sentido me molesta.
<<Necesito quitarlo de encima... Es... Molesto...>>
Lo empujo hacía un lado, dejandolo caer a mi lado con suavidad.
Me levanto, viendo el cuerpo dormido de Smert en el suelo.
Camino hacía el bosque, para lavarme en la cascada y limpiar mi suciedad.
Cuando llego, me desvisto lentamente, viendo el agua cristalina, pero al momento de sumergirme veo una sombra detrás de mi, una sombra alta y larga.—¡¿QUÉ DEMONIOS?!— Grito, volteando hacía la misteriosa sombra.
Veo a Smert delante de mi, con una mirada asesina, llena de odió y su mandibula tan marcada por una ira exorbitante.
—¿Por que te fuiste de mi lado?— pregunta.
Smert se acerca lentamente a mí, levantando su mano hacía mi mejilla, acariciandola.
Asustandome de una manera que nunca había sentido en mi vida, su mirada era oscura y sin vida.—Vine a lavarme— digo, con voz temblorosa.
—No vuelvas a dejarme... Tu... Tu eres de mi propiedad...— Su voz es dura y pesada.
Me quedo quieto cuando su mano pasa de mi mejilla hasta mi cuello, apretandolo con sus largos y gruesos dedos, haciéndome dejar salir un pequeño quejido.
—Y-Yo... No soy de tu puta propiedad...—
Mis palabras salen de mi boca, haciendo que mi último respiro salga. Su mano se aprieta en mi garganta, haciendo que mi manzana de Adán sea aplastada, dejandome sin respiración, suelto pequeños quejidos ante el apretón.
Mi cara esta roja y mi mirada un poco borrosa, pero aún así puedo ver la mirada fria y sin rastro alguno de humanidad del hombre frente ami.—Eres mío... Tu me hiciste sentir lo que nadie antes... Tu...Tu me pertences desde ahora...—
Esas simples palabras hicieron que temiera por mi vida, tengo tanto miedo, como nunca, haciendo que mi instinto de supervivencia se active.
Lo alejo con todas mis fuerzas, empujandolo. El solamente gruñe con fuerza, marcando mas su fuerte mandíbula.—¡¿Qué demonio dices?! ¡Recuerdalo! ¡Tu y yo somos enemigos! ¡Mafiosos que se odian mutuamente!—
Hago una pequeña pausa al ver su cara de sorpreso pero a la vez de enojo. —¡Y cuando salgamos de aquí! ¡TE MATARE!—
Mis palabras hacen eco en el bosque, dejando un enorme silencio despuésNuestras miradas se entrelazan fuertemente, como si el fuera una bestia a punto de cazar a su presa.
—Yo... También quiero verte morir—
Sus palabras me atraviesan, aunque se que es verdad no puedo evitar sentirme increíblemente mal.
Pero mis sentimientos de tristeza rapidamente se vuelven de miedo y terror, al sentir como rápidamente Smert se acerca a mí.<<Espera...>>
Ese es mi último pensamiento antes de sentir un fuerte golpe en mi estomago, casi atravesandome de dolor, siento el aire salir de mi cuerpo, junto a una intensa agonía en mi abdomen. Ni siquiera soy capaz de gritar ni de dar quejido alguno, solo puedo sentir unas pocas lágrimas salir de mis ojos.
Rapidamente caigo al suelo en posición fetal.—¡Tu!...¡Eres! ¡MÍO!— grita, mientras consecutivamente patea mi estomago con fuerza.
Cada patada me hace temblar, al punto de vomitar a la 5ta patada, mi estomago se siente molido, al punto de sentir que casi se abre.
Nunca había sentido tanto dolor como en este momento.
Pero de repente el se detiene, dejandome respirar de manera agitada.—Por favor...— ruego
Mi vista se vuelve cada vez mas oscura, haciendo que mi mente se nuble, desmayandome.
Ahora, puedo sentirme calido.
Sintiendo como mi madre sigue acariciando mi cabello. Aun que ahora se que este es un sueño no puedo evitar disfrutarlo.<<Mi pequeño...>>
Sus palabras son dulces en mi oído.
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Cuando despierto siento mi cuerpo molido por los golpes, trato de moverme pero mis brazos estan atados detrás de mi espalda, inmovilizandome. Volteó a mi alrededor, viendo a Smert hablando al teléfono... El hijo de puta tiene un teléfono... El solo estaba jugando conmigo, el podía irse cuando quería... El podía matarme cuando quería... El... El.
—Bueno, vengan lo mas rápido posible— Smert cuelga el teléfono.
El ruso se acerca a mí, viendome con una sonrisa arrogante, el sabe cuales son mis pensamientos, el cuanto es mi odio hacía el en estos momentos.
Smert se agacha y agarra mi brazo con fuerza, haciendo dar un pequeño grito.—Estás muy caliente... Debes de tener fiebre...— me susurra al oído.
Lo que dice retumba en mis oídos, dandome cuenta que es verdad, siento mi cara caliente y mi cabeza mareada.
—Pronto iremos a mi casa... Y te quedarás ahí para siempre—
¿"Para siempre"? No lo entiendo... Si tanto queria matarme entonces ¿Por que dejarme vivir en su casa?.
Lo miro con confusión, a lo que el solo responde con una sonrisa y una pequeña risa.—Eres tan lindo... Estoy ansioso por hacerte mío— responde ante mi midada de confusión.
Yo solo puedo dar un pequeño quejido y preguntarle
—¿Y por qué no ahora?... ¿Por qué no solo me violas y me matas?—
Su mirada se apaga por unos segundos, dejando solo unos ojos vacíos llenos de maldad.
—Por que quiero que de verdad lo sientas, voy a violarte, pero cada segundo desearas estar muerto—
Sus palabras me hacen temblar, el quiere torturarme hasta matarme...
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Solos en el bosque
Romancedos mafiosos quedan atrapados en el bosque, pronto se acercan mas, hasta que uno decide hacer algo drástico para conservar su amor