Por tres días he estado completamente solo, en mis pensamientos, Smert entra a la habitación de vez en cuando para curarme la herida y traerme de comer.
Aunque últimamente como muy poco, ver a Smert entrando por la puerta me hace enojar tanto que pierdo el apetito.
Las veces que vino a visitarme solo hablaba, e incluso me abrazaba, pero nunca intentó algo mas desde aquel día en el que me marco.
<<Lo odio...>>Me acurrucó aun más en la cama, envolviendome entre las sábanas blancas, ocultando todo mi cuerpo en ellas. Pero antes de que pueda acomodarme mas, escucho el sonido de la puerta abrirse.
—Flavio, volví mi amor— me grita etrando a la habitación.
—Vete... No estoy de humor...— contesto en un tono bajo.
—Últimamente estas algo raro, no as comido bien— El se sienta en la cama, a mi lado.
—No tengo hambre... Solo quiero... Dormir y no hacer nada...— me tapo aun mas con las sábanas.
Antes de que pueda quedarme dormido siento como el collar en mi cuello me hace retroceder a la vez que me asfixia. Veo como la mano de Smert sujeta con fuerza la cadena, acercándome a el.
—Come— me ordena.
—Yo... No puedo...— contesto cubriendome la boca con la mano derecha.
Siento como un manotazo asota contra la piel de mi mejilla, dejando una sensación de dolor y entumecimiento. Agacho la cabeza para evitar que me golpe de nuevo, en un gesto de sumisión que nunca pense experimentar.
—Come— me sigue ordenando, levantando su mano como amenaza.
—De verdad no puedo...— digo casi rogando.
Mis palabras son ignoradas, dándome ahora un golpe en la cara, haciendo que me salga algo de sangre por la nariz.
—Te ordene que comieras— gruñe en mi oído.
—¡No puedo! ¡Me siento sucio! ¡No puedo comer!— grito con todas mis fuerzas.
Empujo a Smert, dejándolo debajo de mi para intentar golpearlo, pero antes de que pueda hacerlo, el me toma por la cadena, haciendome caer una vez mas a la cama. Intentó defenderme pero el inmoviliza, tomandome de las muñecas.
—Te sientes sucio eh... Puede que sea por que no te as duchado en días... Pero no lo entiendo... Aun hueles bien— me susurra en el oído.
Yo estoy boca arriba, asi que puedo sentir su aliento sobre mi cara, y sus ojos azules, oscuros por una sombra de rabia, dejando escapar un brillo de enojo. El cual me hace estremecerme de miedo y nervios.
—Por favor... Creo que voy a vomitar... — le suplico.
Cierro los ojos con todas mis fuerzas, para evitar que el golpe me aturda demasiado, pero en vez de un golpe, escucho un sonido metálico, y después la presión en mi cuello desaparecer.
Siento como Smert me levanta, cargandome en sus brazos.
Yo solo puedo aferrarme a el para no caer. Mi corazón late con fuerza, al punto que puedo escucharlo, tengo un miedo paralizante, que no me deja defenderme.—Si te sientes sucio... Deberias ducharte...— dice mientras me lleva en brazos.
—Espera...— insisto.
El solo me ignora, dejando salir mi voz en vano, pero antes de que pueda darme cuenta el abre la llave de la bañera, dejando que el agua cristalina caiga en ella. Asu vez el me suelta, undiendome en ella, por unos segundos siento como si no pudiera respirar, pero todo lo que se veía borroso, ahora se ve claro.
<<¿El quiere matarme o algo asi?...>>
Pienso mientras me undo en el agua, pero rápidamente mi cuerpo es jalado a la superficie de nuevo, casi de manera celestial veo como la cara de Smert frente a la mía.
—¿Te sientes mejor?— me pregunta
—Si...— contesto sin ni siquiera un toque de sinceridad.
De repente veo como Smert se desnuda, quitandose primero la camisa y luego su pantalón, dejandome ver su cuerpo lleno de músculos. Volteo a otro lado, evitando verlo, desde que me secuestro siento una repugnacia hacia el, o mejor dicho, hacia mí. Repugnancia de su toque sobre mi piel, el como mi cuerpo se siente cuando lo hace, se siente bien... Pero a la vez se que esta mal...
—Haste a un lado— me ordena
Yo obedezco, moviendome para que el entre en la bañera. El ruso se sienta al otro lado de la bañera, encarandome. Siento una enorme tensión entre nosotros, por lo que ni siquiera me atrevo a verlo a los ojos.
—Ven, te ayudare a lavarte— dice mientras se pone un poco de jabón en las manos.
—No, gracias—
—Te dije que te acerques— gruñe.
Si mas alternativas me levanto y me acerco a Smert, sentandome aun mas cercas frente a el.
El solo toma una de mis piernas, acariciandola con sus manos enjabonadas. Al terminar, hace lo mismo con la otra, haciendome temblar y estremecerme.—Tus piernas son palidas y largas... Son hermosas...— sus palabras tienen un tono calmado pero a la vez frio, por lo cual yo solo me quedo callado, haciendo que apriete mas mi pierna —Yo no hablo mucho... Pero estar contigo hace que mis palabras solo... Fluyan—
—Me caías mejor cuando no hablabas— le contesto.
El sonrie, dejandome ver sus dientes blancos y sus ojos con sus largas pestañas cerradas.
—Eres muy lindo—
Sus palabras me hacen dudar por unos segundos todo lo que me hizo, tiene una mirada inocente, casi angelical, la cual me hace estremecerme. Siento como si tuviera miedo, en el estómago, nervios que me consumen todo el cuerpo al verlo.
¿Por qué me siento así?
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Notita mia:
Perro hijueputa, deje de andar viendo porquerias
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Solos en el bosque
Romancedos mafiosos quedan atrapados en el bosque, pronto se acercan mas, hasta que uno decide hacer algo drástico para conservar su amor