capitulo 2

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Mientras pensaba en lo que haria para contactar a mis hombres, una figura grande y musculosa me empuja  por detras haciendome caer al suelo, esa figura me inmoviliza con su cuerpo, haciendo que el mio respire con dificultad.
 
—Asi que sobreviviste...tienes suerte...— dice la misma voz ronca que escuche tiempo atrás, haciendo que mi cuerpo se estremezca por completo.

El bastardo de Smert sigue vivo, y sigue jodiendome la vida.

—sueltame ahora mismo o juro que te-...— siento como Smert aprieta mi brazo hacia mi espalda, torciendolo, pero no al punto de dislocarlo

—no hables italiano, me molesta—  Smert da un pequeño gruñido, como una bestia que esta a punto de devorar a su presa

Me estremezco un poco por el dolor de mi brazo y comienzo a hablar en ruso

—sigues vivo hijo de puta...pero no por mucho, te matare YO mismo—

Siento como Smert me mira fijamente, estoy boca abajo en el suelo pero aun asi siento su mirada atravesando mi nuca y mirandome por completo, pero la sensación incomoda de ser observado se desvanece al sentir unos toques en mi cintura.
Los toques son rápidos y violentos, como si tratara de buscar algo bajo mi piel.

—tienes un buen cuerpo, me servirás mientras esperamos en el bosque para que nuestros hombres nos rescaten— Smert empieza a subir su mano hacia mi pecho

Se bien a que se refiere con "servirle" es algo que me resulta desagradable de tan solo pensarlo, me enseñaron desde pequeño que dos hombres no podian estar juntos, pero al parecer Smert no recibió la misma educación que yo. Por lo que mi única opción era alejarlo lo mas posible.

—¡carajo! ¡sueltame!— le grito mientras trato de separarlo de mi.

Smert solo se quedo quieto y en silencio mientras yo estaba debajo de el, moviendome para alejar al hombre.
Pero de repente siento  me suelta y me deja tirado en el suelo.

Al principio sospecho de su acción, pensando que después de soltarme sacaria su arma y me dispararia directo en la cabeza, haciendo una horrible imagen sangrienta en mi mente, pero después de unos momentos el solo se queda viendome, viendo como me levanto y me acomodo la camisa que el habia arrugado por tocarme de esa manera tan inapropiada.

—Ya me voy, pudrete— digo mientras hago una seña obscena con la mano.

Ir al bosque es mi mejor opción, tal vez encuentre un rio que conecte a una ciudad y asi poder llamar a mis hombres para matar al hijo de puta de Smert.
Pero rapidamente mis planes son interrumpidos por una mano sobre mi hombro.

—No podras sobrevivir tu solo en el bosque— me dice esa voz ronca, mientras tiene una amplia sonrisa en la cara, una sonrisa burlona.

—¿y a ti que te importa? Tu eras el que queria matarme— mi voz es obstinada, para que se diera que a el no deberia importarle si yo vivia o moria.

Después de todo somos enemigos, enemigos los cuales hicieron una masacre solo por algunos malentendidos entre sí, enemigos que no debían preocuparse por si vivian o morian, enemigos que se deseaban la muerte mas que nada.

—Eres delgado, bajo y se nota que no tienes mucha fuerza—

Yo me quedo paralizado ante sus palabras, como se atrevía a decirme eso, yo media 1,72. Lo cuál era lo normal en mi país.

—¡como te atreves! ¡yo no soy bajo! ¡es solo que tu eres demasiado alto!— le grito con enojo, empujandolo con ira.

Pero el solo se hecha a reír. Lo cual me impacto, por que hace mucho no veo a alguien reír, asi que mi cuerpo deja al lado la irá y solo deja una oleada de calma, que hace mi cuerpo relajarse y sentir una incredulidad tonta.

—jajaja, ¡es verdad eso de que los italianos son muy enojones!— Smert sigue riendo, tratando de ocultar su sonrisa con su mano derecha.
 
Rápidamente el sentimiento de calma que invadia mi cuerpo fue cambiado por un sentimiento de rabia. Yo no era enojon, es solo que esta situación me puso de mal humor.

Decido seguir con mi camino, ignorando a aquel hombre, le quito una pistola a uno de mis ya muertos guardaspaldas, asegurándome de que tenga balas. Y llevandomela conmigo hacía el bosque.

Puedo escuchar mis pasos y los de smert siguiendome, aun no me deshacía de ese molesto hombre, pero por ahora era mejor ignorarlo.
No queria arriesgarme a matarlo y que el ya estuviera preparado con una navaja en la mano.
 
Sigo caminando, sintiendo como mis zapatos pisan el cesped, la tierra y algunas hojas, realmente amaba la naturaleza, por lo que el tiempo que estaré aquí será menos agobiante.
 
<<Hay muchos árboles y arbustos, será complicado orientarme por ahora>>

Mis pensamientos son interrumpidos por lo que veo a continuación.
Una zona en el bosque que solo tiene césped, pero que antes de eso, enfrente de mi, hay una pequeña rampa de césped, era demasiada tentativa la idea de acostarme y rodar por la pequeña rampa hacia abajo, hasta el lugar que solo tiene césped.

<<al carajo, lo haré>>

Me inclino en el suelo, acostandome y rodando para caer en la rampa, para después caer en la zona en la que solo hay césped, me acuesto tranquilamente y cierro los ojos, sintiéndome libre después de mucho tiempo de no serlo.

—pareces un niño pequeño— dice Smert con una sonrisa en la cara

Suspiro, habia olvidado que ese imbecil seguia ahí, arruinando por completo mi momento de libertad.

Me levanto, enojado, viendo al bastardo a los ojos, esperando que diga algo para poder golpearlo.

—esta oscureciendo, deberías hacer una fogata mientras yo busco que comer—

Sus palabras me sorprenden un poco, éste idiota de verdad quiere sobrevivir conmigo, quién lo hubiera pensado, dos enemigos juntos, unidos por el instinto de supervivencia.

—esta bien, pero te lo advierto, si no vuelves te mató— saco una navaja para hacerme a entender.

El rie un poco y se va caminando. Mientras desaparece a la distancia me pregunto ¿Qué va a suceder desde hoy? Tal vez nos llevemos bien y el puedo entender que no debe meterse conmigo ni con mi territorio y asi poderme dejar en paz.
Pero quien sabe, tendre que esperar a ver que sucede

Solos en el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora