Capitulo 5

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Narra jazmín.

Ya me había olvidado de lo divertidas que eran las fiestas en Argentina, la estábamos pasando muy bien entre anécdotas y risas pero lo que me pareció raro fue, que ya habían pasado como dos horas desde que estábamos allí y no había rastro de Sara por ningún lado.

Cosa la cual era extraña, porque ella no solía desaparecerse así de un segundo para otro, estuve por levantarme para ir a buscarla pero antes de que pudiera hacerlo, la chica llegó junto a nosotros y por lo que pude notar, se veía algo preocupada, así que cuidadosamente me acerqué a ella para preguntarle qué sucedía.

Hey dónde estabas?, me estaba comenzando a preocupar por ti.

Lo siento jaz, es solo que necesitaba tomar aire, es todo.

Y se puede saber el porqué?.

Vi a Agus.

Espera qué?... Eso significa que él también está aquí?, tienes que contarme todo con lujo y detalle. Dije obligándola a sentarse. Okey ya cuenta, a no, espera, iré a buscar algo para tomar, no te muevas. La chica solo asintió y esa fue mi señal para salir prácticamente corriendo a la barra pero al hacerlo, me percaté de que ahí estaba una persona que juré no volver a ver nunca jamás en mi vida, y lo supe en cuanto escuché su voz.

Bartender!, otro trago por acá. Comentó haciéndole señas al chico mientras que yo solo me quedaba ahí paralizada sin saber qué hacer; les mentiría si les dijera que mi corazón no se aceleró con tan solo verlo y escucharlo, y una pequeña parte de mí solo quería correr para abrazarlo y decirle que lo extrañaba, pero la otra sabía que eso estaba mal y que ya no podía seguir lastimándome a mí misma con la situación, así que la parte racional fue la que ganó la batalla por esa vez o eso creí, porque cuando me di La media vuelta para regresar a la mesa en la que los chicos se encontraban, escuché cómo me llamaban y al girarme para ver que era lo que pasaba, me encontré con maxi intentando caminar hacia mi dirección, parecía ebrio, así que rápidamente lo tomé del brazo para que ninguno de los dos cayera.

Jazmín sos vos, estás acá, no sabes lo que te extrañé, vení, sentate acá conmigo, creo que tenemos mucho de que hablar.

Maxi cuánto tomaste?. Dije cambiando radicalmente de tema.

No mucho por?.

Creo que es hora de irnos, trajiste tu auto?. Él solo negó. Bien, entonces supongo que no te importará que tomemos un taxi hasta tu departamento?. Volvió a negar. Okey, entonces vamos. Le ordené mientras que lo agarraba de la mano; mentiría si les dijera que no sentí absolutamente nada en cuanto volví a tener contacto con su piel, realmente lo amaba, pero debía concentrarme si no quería cometer alguna locura, aparte de que mi enojo era más grande que otra cosa.

Igual no pasa nada si nos quedamos un ratito más acá. Dijo tratando de convencerme.

Maxi por favor. Le supliqué haciéndole ojitos, y después de unos instantes, el ojos verdes suspiró rendido y contestándome con un, okey. Sabía que no podría resistirse, pensé; y luego de unos minutos, ya nos encontrábamos en el departamento de mi ahora ex novio.

Para mi suerte todavía recordaba cómo llegar porque de no ser así, apuesto a que estuviéramos divagando por las calles de Buenos Aires sin rumbo fijo.

Al entrar en su casa, lo ayudé a llegar a su cuarto ya que se tropezaba con cada paso y no quería ser la principal sospechosa de un asesinato si eso llegaba a ocurrir; en cuanto entramos a su habitación, le pedí que por favor se cambiara mientras que yo iba a buscarle un vaso con agua y una pastilla para el dolor de cabeza.

Cuando volví a entrar, me lo encontré sentado en su cama mirando hacia la puerta como si estuviera esperando mi llegada. Aquí está tu agua. Dije entregándole el vaso.

Cuatro Meses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora