Una gran bocanada de aire inundo los pulmones de Luz, un dolor asfixiante hundía su pecho mientras intentaba levantarse de nuevo. inútilmente su cuerpo se negaba a responderle, las voces ahogadas de todos llenaban el ambiente, pero ella no podía entender nada de lo que decían en mitad del estupor de la batalla.- ¿Eso es todo? esperaba más - Una voz familiar la reto, encendiendo algo sobre su pecho, poco a poco haciendo erguirse de nuevo, todo para enfrentar a esa persona.
- Bien hecho, aun puedes luchar y eso significa que no eras tan débil - Luz podía ver la figura borrosa acercarse mientras el ruido de la madera raspando contra el suelo podía escucharse cada vez más cerca de.
El sonido del aire cortándose la inco a levantar su arma e intentar bloquear el ataque, como una descarga que entumeció sus dedos casi haciendo caer su arma, pero no era suficiente, no mientras eso estuviera en juego.
- No puedo rendirme - Mascullo ella, aun resintiendo el último ataque con su cuerpo aun temblando por ello se dispuso a atacar a la persona delante de ella. Una serie de sonidos secos podían oírse en la sala mientras ella hacia su mejor intento por asestar un golpe en contra de esa mujer.
- Solo ríndete y deja de luchar pequeña Noceda - Aconsejo la mujer al otro extremo, un leve tono de reproche la instaba a rendirse de una vez, pero la castaña se negaba a ceder - solo hazlo pequeña, todo será más fácil para ti una vez lo hagas.
Luz sintió su cuerpo ceder por un momento, el frio suelo era tan tentador en ese momento para descansar de la batalla - ¡Nunca me rendiré! - exclamo, recuperando parte de su cordura y valor para luchar. Sus manos callosas apretaron el mango de su espada con fuerza, alzándola en vilo y atacando con todo a la mujer.
Un fuerte sonido se escuchó retumbar en la sala al impactar ambas armas, entonces hubo un momento de silencio que se rompió por una risa de la mujer mayor - Estuviste tan cerca y ahora estas tan lejos de tu objetivo pequeña niña - le reprocho ella, Luz intento liberarse al oír la voz de Odalia llamarle, pero su espada estaba atrapada entre sus garras.
Había quedado escasos momentos de golpear el rostro de Odalia, era donde la espada de Luz había quedado tras ese ataque, pero no era suficiente para parar a la mujer y un fuerte tirón hizo perder balance a Luz seguido de un empujón que la hizo caer sentada contra el suelo.
- Adiós pequeña niña, espero tengas mejor suerte la próxima vez que nos crucemos - Musito Odalia, alzando su espada sobre su cabeza, lista para azotar con todo a Luz. El sonido del aire desgarrándose por la velocidad hizo volver en si a Luz, alzando su espada no para bloquear si no para atacar con la punta de su arma contra Odalia, empujo con todo lo que tenía, clavando la madera en el estómago de la mujer.
Un pequeño gruñido de dolor salió de ella al sentir la punta enterrarse contra su vientre, pero no era suficiente para pararla. Luz vio como Odalia dejo caer todo el peso de su arma contra su espada, un estruendo silencio la sala por un breve momento antes de ser roto por el grito de dolor de la castaña.
Luz sintió sus manos arder a pesar no se haber sido atacada directamente, aun podía sentir la fuerza del choque sobre sus dedos tembloroso e incapaces de sostener bien su arma y lo mismo podía decirse de Odalia tras ese ataque, la castaña podía ver como el agarre sobre su arma era menor que antes,
- "Tal vez, solo tal vez tenga una oportunidad de vencer" - Pensó Luz al ver el estado de Odalia, tras dar un golpe así de fuerte había recibido una gran cantidad de retroceso.
- ¿Aun tienes deseos de pelear? - Odalia le cuestiono, tratando de ocultar lo mejor que podía su propia fatiga y daño - No te ves nada bien, descansa antes de que te lastimes - Aconsejo ella, su tono tomaba un aire más maternal mientras decía esto.
ESTÁS LEYENDO
Ya no mas mi princesa, pero si mi amada.
FanfictionEl tiempo es una corriente perpetua que arrastra consigo una infinidad de cosas a su paso, construyendo a su paso la historia que nos precede. Han sido mas de 4 siglos desde los reinos de Hibralt y Fulgore cayeron bajo el peso del cambio, la socied...