Capítulo 5

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La vida es cruel e irónica, cuando crees que ya haz alcanzado lo más bajo que puede llegar un ser vivo, siempre pasa algo que te hace abrir los ojos y ver que todavía puedes caer incluso más bajo y eso lo sabía perfectamente Lucifer Morningstar

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La vida es cruel e irónica, cuando crees que ya haz alcanzado lo más bajo que puede llegar un ser vivo, siempre pasa algo que te hace abrir los ojos y ver que todavía puedes caer incluso más bajo y eso lo sabía perfectamente Lucifer Morningstar.

¿Acaso no era suficiente? ¿Era tan poca cosa, tan remplazable que nadie pensaba que quedarse a su lado valiera la pena? Él procuraba dar lo máximo de si mismo pero los demás siempre le daban lo mínimo.

No sólo fue expulsado de donde creía que era su hogar y jamás abandonaría, ¡no! El destino no estaba conforme solo con eso, su amada esposa lo separó de su hija para poco después desaparecer sin dejar rastro alguno.

Dejando así una inestable relación entre padre e hija y no sólo conforme con eso, ahora su amada hija, la luz de su existencia, estaba dirigiendo un hotel para redimir a los pecadores.

¿Qué carajos? Él realmente estaba en contra de esa absurda idea, si no hicieron el bien en vida, ¿qué le haría pensar a su hija que estando en el infierno les haría cambiar de opinión? Y no es que no quisiera apoyar a su char char, como padre su deber era estar ahí para guiar a su hija y ser su pilar cuando está fracasara para así impulsarla a levantarse y luchar por sus sueños, pero tenía miedo de que el cielo quisiera tomar cartas sobre el asunto y desquitar su ira contra su hija y tal y como su miedo le indicó, adelantaron el día del exterminio.

Unos meses antes de que llegará el dichoso día recibió una llamada de Charlie pidiendo que la fuera a ver.

Obviamente no demoró en llegar al hotel, y antes de que pudiera entrar al lugar noto algo... Muy inusual; para que entren en contexto, su esposa, Lilith, muy rara vez hacia algún trato con alguna alma y con las personas o demonios que llegaba a hacerlo les dejaba una marca muy inusual, entonces fácilmente Lucifer podía reconocer quien fue el “afortunado” que ozo tener dicho trato con la madre de los demonios.

Sin duda esto había animado un poquito su estado de ánimo, tal vez este susodicho podría darle información de su esposa.

Puso su mejor sonrisa en labios y entro al lugar esperando ver a la persona pero ¡oh sorpresa! La marca esta en casi todos los miembros del lugar, eso era muy raro y decepcionante a la vez.

—¡Papá, llegaste! —la rubia fue a recibir a su papá el cual tenía una expresión de molestia en su rostro. —Ven, deja que te presente a los miembros del hotel.

Charlie presentaba a cada uno con entusiasmo y a pesar de que la expresión de Lucifer era de una sonrisa algo forzada, él seguía tratando de averiguar quién era el portador original del trato.

Desvío su mirada hacia el bar que estaba a un costado, no pudo evitar sorprenderse. —¡Carajo! ¿Qué horrible maldición del diablo es esa?

—Quisimos hacer algunas renovaciones, faltaba un toque de color, ¿no crees?—apareció Alastor de entre las sombras.

¿Qué jodidos es un doncel? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora