Mi lobo (thiam)

Capítulo 2

Liam

Cierro mi mochila con fuerza y la tiro sobre la cama de mala gana.

Faltan un par de minutos para que el idiota de Theo pase por mi y yo me encuentro con un humor de perros.

Irónico.

No me agrada para nada la idea de viajar con el, si ya de por sí no lo soporto, tener que pasar horas encerrados juntos en el mismo vehículo será una tortura.

Además que como ya dije unas trescientas veces atrás no confío en el para nada.

¿Y que si de la nada me traiciona?

Tendré que cuidarme las espaldas todo el tiempo, vigilarlo para que no vaya a hacer nada si llego a distraerme, es capaz de cualquier cosa.

Y para colmo, para agregar algo más a mis desgracias... Hoy es luna llena, lo que quiere decir que tendré que estar luchando conmigo mismo para no transformarme - algo que aún me cuesta trabajo - a la vez que estaré pendiente de el.

Me volveré loco.

En ese momento escucho la bocina de un coche sonar, anunciando la llegada de Theo.

Tomo aire antes de tomar mi mochila, de mi mesa de luz agarro mis audífonos y por último mi teléfono, el cual prendo para dejarle un mensaje a mamá diciéndole que pasaré unos días en casa de Mason, para que no se preocupe.

Luego salgo de la casa tomándome mi tiempo para cerrar la puerta, no me interesa tener que hacerlo esperar, finalmente me doy la vuelta y camino hacia el coche que ha estacionado en la vereda de mi casa.

Voy hasta el asiento del acompañante y me subo junto con mi mochila, la cual dejo sobre mis piernas, ni siquiera me giro a mirarlo.

- buenos días para ti también. - dice sarcástico, lo miro de reojo sin cambiar mi cara de culo y veo como se acomoda los lentes de sol con una sonrisa. Parece esperar un momento a ver si respondo y al ver que no lo hago enciende el coche. - bien, supongo que nos vamos.

Y así se pone en marcha y comenzamos a avanzar por el pueblo hasta salir de el. El silencio es incómodo y denso, abro la ventanilla para que me entre aire y distraerme un poco, el lleva su mano a la radio para poner música.

Así pasa masomenos una media hora hasta que finalmente el es quien rompe el silencio.

- puedes dejar tu mochila atrás si quieres.

- prefiero tenerla aquí. - niego. - no me fío de dejar algo donde puedas tomarlo.

Suelta una risa negando con la cabeza.

- está bien, como quieras. - acepta. - aunque vamos a estar unos días juntos, tal vez deberíamos trabajar en esa falta de confianza que me tienes.

- no gracias, prefiero mantenerme precavido, no sé cuándo podrías apuñalarme por la espalda. Es mejor que esté alerta.

- si quisiera apuñalarte por la espalda no podrías hacer nada contra mí aunque estuvieras alerta.

- ¿Ah si, eso crees? - lo miro con desafío. - tal vez deberías intentarlo, así te demuestro que te equivocas y además consigo que Scott se dé cuenta que no eres de fiar.