CAPÍTULO XV

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    Charles recogió los platos y volvió al comedor. La mujer ya estaba levantada lista para irse.

    — Espera.

    — ¿Que?

    — ¿Cómo te llamas?

    — Eva.

    — ¿Te acompaño a la salida? — la voz de Charles se quebraba con cada segundo que transcurría.

    — Si, gracias.

    Charles las acompaño y la mujer se fue...

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    Patrick camino por la ciudad y llegó hasta el taller de William, golpeo la gran puerta de acero pero nadie abrió, continuó golpeando hasta que decido solo abrirla e ingresar. Mientras caminaba repetía constantemente: —William—, —William—, —William—.

    Al entrar al taller encontró el suelo con varias gotas de sangre, todas conducían hacia lo más profundo del taller.

    — ¿William?

    Patrick llegó al otro lado del taller donde encontro su Ferrari GTO 250 reparado, pero justo al lado estaba el cuerpo de William con un gran hoyo en el estómago provocado por una escopeta.

    Patrick corrió a revisar él cuerpo, calló de rodillas y solo tomo un momento de silencio.

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    Jennifer dejó el celular a un lado de la cama y comenzó a llorar hasta quedar totalmente dormida. En su sueño se vio:

    Jennifer estaba en una esquina de una habitación totalmente vacía escuchando las pisadas de niños corriendo por todo el pasillo.

    Repentinamente estaba en un auto mientras miraba por la ventana, las calles estaban vacías y oscuras, la noche cubrió la cuidad en un suspenso total.

    En otro momento y de la nada se veía ahora lugar totalmente blanco donde lo único que se percibía era la sangre que salía de las manos de Jennifer al ser golpeada con un palo por una mujer a la cual no se le lograba ver el rostro.

    Jennifer despertó y limpió el sudor de su frente, se levantó y miro hacia el escritorio donde aún tenía la mano de Patrick, la levantó y la abrazó como un oso de peluche.

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