capítulo 27: no me pidas que te espere más.

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Después de esa conversación, pasaron tres días, tres malditos días en los que makis no me dirigía la palabra y ni siquiera me miraba, era una completa tortura.

Hasta que un día me cansé y mientras estaba sola en la cocina preparando el desayuno, aproveché para intentar conversar con ella, ya que últimamente salía y nunca me decía a dónde se dirigía y eso me comenzaba a asustar.

Pero ese día noté algo diferente en ella; parecía muy feliz y tenía una sonrisa de oreja a oreja, sonrisa, que solo tenía cuando estaba conmigo o alguno de sus amigos y para ser completamente sincero, eso me ponía celoso sin siquiera saber el motivo.

¿Me quiere explicar a dónde ha ido todos estos días y sin consultarme?. Solté sin más mientras que la chica solo me miraba con confusión.

¿Perdón?, pero ¿de cuándo acá yo tengo que darle explicaciones?. Preguntó cruzándose de brazos.

Desde que estamos casados.

Aaaaaa, ¿ahora sí estamos casados?, claaaro, ahora lo dice porque le conviene ¿no?, ¿dónde estaba esa frase cuando se besó con Camila?.

Solo respóndeme la pregunta. Le ordené.

Y a ti qué.

¿A mí qué?.

Si, ¿y a ti qué te importa?; yo puedo hacer con mi vida lo que se me pegue la gana; al igual que tú ¿no?.

Makis, por favor no me digas que... Traté de hablar pero ella me interrumpió.

Hay si es por eso no te preocupes, que yo no soy como tú.

Makis yo solo trato de...

Tú nada; y ¿de verdad ¿estás realmente seguro de querer saber en dónde estuve?, porque no creo que te guste mucho oírlo.

Solo habla de una vez María Cristina de ángulo gotero.

Muy bien... Tú lo decidiste así, ¿quieres saber en dónde estaba?, ¡pues estaba con Christopher!. Esas palabras fueron como una daga en el pecho para mí y por la rabia que tenía le respondí lo siguiente.

Ja, ¿y en serio piensas que te voy a creer?, está más que claro que todo lo dices para tratar de ponerme celoso, pero ¿qué crees, no te va a resultar, además, ¿qué tiene ese estúpido delincuente que no tenga yo?; exacto, absolutamente nada porque él vive robando para sobrevivir, cómo podrías estar con un tipo como el?. Definitivamente creo que con este comentario logré agotar la paciencia de la pequeña porque sin que pudiera esperarlo, sentí su mano impactar contra mi mejilla derecha.

¡Que sea la primera y última vez que te escuche hablar de Christopher de esa manera porque por lo menos el sí me da lo que tú no!. Me gritó en la cara y yo simplemente me le quedé viendo como un idiota sin ser capaz de decir palabra alguna mientras que las de ella calaban en lo más profundo de mi ser.

¿Qué quieres decir con eso María Cristina?. Interrogué al mismo tiempo que sentía como las lágrimas se agolpaban en mis ojos.

Él sí me quiere y me respeta, cosa que tú jamás serás capaz de hacer porque a la única a la que quieres es a Camila y está bien no te voy a pedir algo que no me puedes dar pero algo sí te pido, por favor déjame en paz porque si tú eres feliz con ella, entonces yo también tengo derecho de ser feliz con quien quiera y ese no eres tú. Esas palabras sí que me dolieron, aunque en el fondo sabía que ella tenía razón pero no me iba a dejar ganar esta batalla, no esta vez.

Estamos casados maquis por favor. Intenté persuadirla, pero ella no estaba dispuesta a seguir con esto.

Pues entiéndelo tú primero y cuando lo hagas, entonces sí me podrás reclamar, pero mientras tanto mejor cierra el pico porque callado te ves más bonito y no pienses que me vas a convencer con esa carita de niño bueno que al final es solo eso, una cara. Respondió y se dio la vuelta para seguir cocinando.

la vida sin la correcta (Juan Pablo isaza & Makis de Ángulo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora