Capítulo 10: La chatarrera

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—Entramos al sistema Ilum, general.

Anhi levantó la cabeza del reporte que estaba escribiendo. Llevaba ya rato redactando y borrando ideas sin poder encontrar las palabras correctas para lo que quería expresar. La culpa de la derrota la carcomía y desconcentraba del trabajo que tenía en frente. Imágenes de la batalla se repetían incesantemente en su mente mientras calculaba todos los posibles escenarios de lo que hubiera hecho diferente.

Ya le dolía la cabeza y no quería nada más que dejar de pensar, pero no tenía esa opción aún.

—Gracias. No entren al planeta, dudo tardar mucho en volver. Penlanc, Beslepa, vienen conmigo. ¡Bracrai, Aveli, vamos!

Los cinco se encaminaron por los fríos pasillos del Destructor, R4-F72 y BB-N5 siguiéndolos de cerca. Su dolor de cabeza aumentaba al escuchar los pensamientos de sus dos pilotos inconscientemente. Sabía que la persona promedio no estaba entrenada para mantener sus pensamientos bloqueados al resto de gente a su alrededor, pero rara vez le pasaba que no podía bloquear los pensamientos de otras personas.

Estaba eternamente agradecida de haberle enseñado a sus muchachos a bloquearlos, si no ya se hubiera vuelto loca.

Se detuvieron a las puertas de uno de los hangares, donde todas las naves que volvieron se habían acomodado. Frunció levemente el ceño al ver espacios vacíos. Ausken se encontraba hablando con su segunda al mando. Él parecía estar disculpándose efusivamente mientras ella intentaba calmarlo.

—¡Cronhix, Nahir!

Ambos pararon su pequeña discusión para verla. Les indicó que los siguiera con un movimiento de cabeza. Los dos obedecieron, Nahir con confianza y Ausken evitando su mirada por completo.

Nahir era una mujer alta, de piel oliva y pelo café claro con el que batallaba constantemente por mantener amarrado de lo lacio que era. Al contrario de la mayoría de los soldados, ingenieros y oficiales que habían nacido y crecido dentro de la Orden, ella había sido reclutada por su experiencia como mecánica. Se adaptó fácil a los métodos de Anhi y pronto adoptó un papel de mentora para los que les costaba. Esto llevó a Anhi a escogerla como su segunda al mando.

Y aún así, su apellido se había esfumado de su mente por completo. Aunque no parecía que le molestara que la llamara por su nombre.

Ausken trotó un poco para posicionarse a su lado. La general tuvo que contener una expresión de molestia ante la cantidad abrumadora de pensamientos que emanaban del muchacho.

—Perdóneme, General, yo los guie lo mejor que pude y...

—No es su culpa, Cronhix, —le dijo suavemente con un apretón alentador en el brazo, —estaban haciendo lo que les enseñaron.

—Pero, sus naves...

—Las malditas naves son lo menos que me preocupa, Ausken, —el muchacho se volvió a ver con sus compañeros, sorprendido de que usara su nombre en lugar de su apellido, —las naves se reponen fácil, soldados entrenados no. Yo me voy a asegurar de que no haya otra cantidad de bajas igual a esta, lo prometo. Ahora vamos, el Líder Supremo me espera y si llego tarde me va a matar.

Retomaron su camino hacia el siguiente hangar, donde las naves de los escuadrones terrestres se habían aparcado junto a su Corellian. En comparación con el resto de esas naves, la suya se veía relativamente pequeña.

—Disculpe, General, —empezó Nahir mientras entraban a la nave, —entiendo el por qué ellos tendrían que ir con usted, ¿pero yo por qué voy?

—Sucede y ocurre que necesitamos pedir más naves, lo que significa más piezas, por lo que entre usted y Cronhix van a armar una lista para los de aprovisionamiento. Cualquier sugerencia que él tenga sobre el desempeño de las naves tómela en cuenta, dejo a su criterio cualquier pieza o sistema necesario.

°|Force Bound|° Kylo Ren (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora