°|Force Bound|° Kylo Ren (REESCRIBIENDO)

Capítulo 13: Cacería

—Apresúrese, señorita.

—Voy lo más rápido que puedo. ¿Se le olvidó que por su culpa estoy así?

—Y lo lamento profundamente, pero le pido que se esfuerce en caminar más rápido.

—¿Le recuerdo que exactamente por hacer ese esfuerzo volví a quedar así?

El pelirrojo rodó los ojos y paró unos metros más adelante de ella, justo como llevaba haciendo desde que salieron de la bahía médica. Todavía no comprendía el por qué la estaba llevando a la cabina de control si bajo toda ley estaba incapacitada, pero aún no encontraba el canal del departamento de recursos humanos como para poner una queja en su contra.

No que le fueran a hacer caso, Hux los tenía comiendo de la palma de su mano y ella tampoco era exactamente "humana".

Más tiempo del que tuvieron que haber durado después, por fin llegaron a la cabina principal. Los oficiales los fueron recibiendo con un saludo militar mientras pasaban por el pasillo central.

—¿Por qué estoy yo aquí? —le preguntó con voz cansada. —¿No era que el Líder Supremo quería verme?

—Es la general de tropas aéreas, señorita Strbyer, está cumpliendo su deber, —le respondió sin dejar de caminar, —además, le hace bien alejarse de Ren por algún tiempo.

Pensó en decirle que Kylo se había ido con sus Caballeros y los niños a su nave esa misma mañana, pero prefirió omitirlo.

—Estoy incapacitada hasta pasado mañana, mi deber le pertenece a usted hasta entonces.

Soltó un quejido al erguirse cuando llegó a su lado. Su sesión de curación había quedado a medias por orden del pelirrojo. No creía que lo hubiera hecho a propósito, en parte era su culpa por haberse hecho el suficiente daño como para que la incapacitaran por dos semanas. Durante esas dos semanas, Hux se había adueñado momentáneamente de su Destructor Imperial y había reunido a una pequeña armada en persecución de la Resistencia.

No podía negar que estaba completamente desconectada de su deber como general. Se había dedicado a mejorar su movilidad y a supervisar algunas de las sesiones de entrenamiento de Bracrai y Aveli. Le sorprendía lo bien que les había estado enseñando Kylo, ya que este no era exactamente reconocido por su paciencia y amabilidad. Aunque Aveli le juraba que los trataba muy bien, lo había visto distante y cortante, de mecha más corta de lo usual. Bracrai tenía la teoría de que la chatarrera le había herido el ego al vencerlo en duelo y que eso lo tenía así de molesto, y la verdad es que era lo que más probablemente estuviera pasando.

La incapacidad también le había dado tiempo para pensar. Desde que había llegado la habían bombardeado con tortura, trabajo y estrés hasta los cielos, hasta cierto punto no había logrado hacer ese asesoramiento necesario de la situación en la que se encontraban. Los habían secuestrado, torturado y obligado a unirse a la Primera Orden, de milagro no los habían matado y ahora se encontraba compartiendo custodia de dos niños con su ex y el jefe de su ex, quién no quería más que verla muerta (o por lo menos eso daba a entender).

Mientras más lo analizaba, más caía en un espiral de ansiedad y pánico silencioso del que le estaba costando salir cada vez más. Sabía que Kylo le había estado mintiendo a todos los altos rangos de la Orden para mantenerla con vida, lo cual solo aumentaba su nerviosismo hacia lo que pasaría en caso de que se descubriera la farsa. Varias veces la habían sacado de su torrente de pensamientos con un susto involuntario, tanto así que Kylo, quien no se dejaba ver sin casco desde la explosión de Starkiller, la había empezado a ver con preocupación cada vez que se la encontraba.

¿Tan demacrada se veía?

—General.

Una sonrisa de alivio iluminó su rostro ante la silla alta que le ofrecía un oficial, quien le regaló una sonrisa apenada por el brinquito que pegó inicialmente. —Eres un sol, gracias. —Se sentó con un quejido y se apoyó en su báculo. —¿Ahora sí me va a decir por qué me tiene aquí o voy a tener que rebuscar en su mente yo misma?