Capítulo 2: Quemaduras

63 5 85
                                    

Había pasado al menos hora y media desde que el comandante había dado la instrucción de dirigirse a la base Starkiller. El pasillo custodiado por la cuadrilla de stormtroopers estaba en silencio, que era interrumpido por alguna pequeña conversación entre ellos.

De pronto, se escuchó un grito de frustración y una serie de golpes contra metal provenientes de la celda que estaban cuidando. Los dos stormtroopers postrados a cada lado de la puerta se miraron.

—¿Deberíamos revisarlos?

—¿Estás demente? —el soldado volvió a su posición original —. No me pienso encarar a una Kolter. La última cuadrilla que se enfrentó a uno terminó descuartizada. Y súmale que disque puede usar la Fuerza. Yo ahí no entro.

Se escuchó un golpe fuerte seguido de una maldición en Kolter. Iban a ser unos largos cuarenta minutos de viaje para ellos. El Destructor se había quedado sin combustible suficiente para hacer un salto luz, así que su llegada se retrasaría un poco.

Mientras tanto, la pobre Anhi estaba empezando a hiperventilar. Llevaba rato intentando abrir la puerta, primero traveseando el cerrojo y luego haciendo el esfuerzo de tirar la puerta a patadas.

La mujer se apoyó en sus rodillas para recuperar el aliento. Se desamarró el pañuelo que llevaba puesto y lo dobló en una tira larga.

—Esto... se pudo haber evitado de tantas maneras.

—Perdón, —musitó Aveli con vergüenza.

—Eres un idiota.

—Bracrai —dijo Anhi en tono de advertencia antes de volverse hacia el menor. —¿Acaso no te he dicho muchas veces que no uses la Fuerza cuando estemos en esta clase de peligro? —Se sujetó el pelo con la pañoleta y volvió a atacar el cerrojo.

—¡No fue con intención! ¡Yo solo las estaba viendo y se abrieron solas!

Anhi suspiró ante otro intento fallido. —Tú... Tú suenas exactamente igual a Ben cuando se metía en problemas. —Se irguió con un quejido a lo que su espalda tronaba. —Lo hecho, hecho está, ya nada podemos hacer más que afrontar las consecuencias cuando lleguen.

Ambos muchachos asintieron con un aire de preocupación. Anhi volvió a suspirar y se volvió a verlos.

—Vean, lo más probable es que nos separen. Necesito que me prometan que dirán la verdad y toda la verdad de lo que les pregunten excepto por dos cosas: la primera es lo de ser sensibles a la Fuerza. Y la segunda... para todos en esta nave, ustedes son mis sobrinos, por lo menos hasta nuevo aviso. ¿Entendido? —Ambos asintieron. —Bien. Ven, Bite, ayúdame a desarmar el sensor, tal vez eso funcione.

Pasaron el resto del viaje intentando desarmar la placa encima del seguro de la puerta. Se detuvieron al sentir una leve sacudida de la nave, indicando que ya habían llegado. Unos minutos más tarde, la puerta se abrió y entraron dos cuadrillas de stormtroopers acompañados de un oficial. El oficial la esposó bruscamente y la jaló fuera de la celda, los dos niños siguiéndoles de cerca.

—Llévense a los dos mocosos a la celda asignada, ella se les unirá después.

Una de las cuadrillas asintió y se interpuso entre ellos y la morena.

—¡Si creen que nos van a llevar así como así–!

—Bracrai, —interrumpió Anhi con voz cansada, —vayan con ellos, no hagas esto más difícil de lo que ya es. —Un stormtrooper la jaló del brazo. —¡Que no se te pierda tu hermano, eh! ¡O vas a ver!

La cuadrilla fue siguiendo al oficial hasta salir del Destructor, donde un fuerte frío los envolvió. Anhi empezó a temblar fuertemente, ya que la ropa que llevaba definitivamente no era para temperaturas bajas.

°|Force Bound|° Kylo Ren (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora