Capítulo 2

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Bahía Aventura — Enero 2022

—Patrulla, al centro de mando— Así llamó Ryder a todos los miembros del equipo a través de los collares asignados para cada uno de los caninos según su especialidad.

—¡Ryder nos necesita!— Gritó el policía dando la alerta por el largo pasillo que comunicaba su habitación con la de sus hermanos. Y aunque quisieran mentir... dirían que ya nada era como antes, solían estar juntos todo el tiempo, a cada hora, en cada instante, compartiendo momentos entre risas sin hacer absolutamente nada, puramente disfrutando de la compañía unos de otros.

Y hoy por hoy... era el aviso de Ryder y las misiones de Bahía Aventura lo único que los seguía manteniendo "unidos".

En cuestión de segundos ya estaban en la sala central donde su jefe y a la vez padre los esperaba.

—Patrulla lista para entrar en acción, señor—

—Bien jóvenes, hay un gran incendio en uno de los edificios residenciales cerca del ayuntamiento. El incendio ha surgido por una fuga de gas por lo que debemos acudir lo antes posible, esto es peligroso, debemos actuar con precaución, y lo más importante salvar las vidas de la gente de allí dentro. Marshall, Rubble, Chase y Skye os necesito— Sin más dilación e instrucciones que dar los cuatro bajaron hasta sus vehículos siendo encabezados y liderados por Ryder hasta el lugar del incidente. Mientras tanto Zuma y Rocky se quedaron distanciados de la situación, como ambos esperaban y era habitual, ellos no eran especiales, no tanto como el genial Chase.

La patrulla llegó hasta el lugar del accidente, la imagen era devastadora, horripilante. Los llantos de mujeres, hombres y niños que deseaban desarraigarse su propio corazón ante el miedo e inquietud de que uno de sus familiares no saliera vivo de aquella colmena y nido de quita vidas con una arma tan peligrosa como lo era el fuego.

—Chase, rodea la zona y trata de tranquilizar a los civiles ya evacuados. Skye, supervisa el edificio y encuentra el lugar de donde proviene el fuego desde tu helicóptero. Rubble, si necesitamos despejar alguna estructura que bloquea el camino estate preparado. Y Marshall..— Ryder se acercó hasta el pequeño agarrándolo del hombro —Adéntrate en la infraestructura y saca a los civiles que veas que tienen posibilidades, ten mucho cuidado, porfavor...— Ya no eran niños, nada de esto era un juego, ahora... podían morir haciendo su trabajo.

—Tranquilo Ryder, todo saldrá bien— Y antes de entrar en el edificio en llamas le dirigió una amable sonrisa, una cálida que en especial a Chase le hizo rememorar los tiempos pasados, llevándose su alma y mente hasta cuando eran solamente unos niños en el cual única preocupación era el estreno de la siguiente edición del videojuego Pop Pop Boogie.

...

Bahía Aventura — 2012

—¡Marshall ten cuidado! ¿ese árbol no está muy alto para ti?—

—¡Tranquila Skye! Lo tengo todo bajo controool— Él diminuto bombero subido en su escalera acercó sus manos hasta el felino asustado —Ven aquí gatito gatito... no te voy a hacer nada ¡solo ven y te pondré a salvo!—

Skye y Chase intercambiaban risas al ver al dálmata intentando rescatar al felino de esa arboleda gigantesca desde su niñez perspectiva.

—¡Lo tengo!— Exclamó con felicidad y entusiasmo, sin embargo, el de manchas con su cotidiana torpeza y no tan genial equilibrio, trastabilló sobre la escalera y cayó como las leyes de las fuerzas físicas marcaban.

Oh no.

El pastor alemán con sus grandes reflejos fue capaz de agarrar al chico por la espalda a tiempo, justo priori a dar con su cabeza en el duro suelo. Skye asustada siendo una niña de siete años suspiró aliviada al ver que el gran Chase era un héroe otra vez.

—Marshall, ya puedes abrir tus ojos estás a salvo, y el gatito también, cayó de pie justo antes que tú— El dálmata con la sensibilidad y lágrimas a flor de piel se reincorporó frente al mayor sin soltar las manos del policía aún acobardado —Ya no tienes que tener miedo Marshall. Estaré aquí para protegeros siempre—

Que irónico.

...

—¡Ryder! ¡No veo a Marshall! ¡No veo nada desde aquí arriba!—

—Tranquila Skye.. Marshall saldrá, estoy seguro...— El jefe se auto-convencía a sí mismo.

—Voy a entrar... ¡tengo que entrar!— El pastor alemán escapó de su deber por unos instante para gritar por el comunicador atacado y abrumado por la constante situación de desasosiego.

—¡No Chase!.. no es tu trabajo, céntrate en lo que tienes que centrarte— Aún más a Ryder tampoco le gustase un pelo la marcha de esta misión tenía que actuar con cabeza y no dejarse llevar por los impulsos.

—Ryder... Marshall sigue sin salir, me estoy empezando a preocupar... mucho..— El pequeño bulldog inglés estiraba su camisa tal y como hacía cada vez que se asustaba o angustiaba —Han pasado varios minutos...— Ryder mantuvo el silencio y la fé dentro de si mismo, no iba a perder a uno de los suyos, no ahora, sino se encargaría de entrar ahí él mismo y sacarlo para que viviera si o si, pero esperaría... esperaría un poco más... tan solo un poco...

Y en ese soplo de tiempo el dálmata apareció con tres niños en sus brazos y agarrados a sus ropajes un hombre con un bebé en sus brazos y una abuelita.

—¡Oh Dios mío! ¡Esto es un milagro!— Los civiles con una efusión de lágrimas acompañada frecuentemente de lamentos y sollozos se mantuvieron tras el margen del límite establecido por el policía al rededor de la estructura, en cambio eso no quitaba que los familiares no desbordasen gotas de alegría y sufrimiento a su misma vez.

El dálmata entregó destrozado a los niños en los brazos de sus padres y madres siendo abrazados por estos mismos "Gracias... gracias... eres un salvador, te estaremos eternamente agradecidos por esto" Casi le rezaban arrodillados, Marshall en su humilde respuesta les contestaba con sutil apoyo en su frágil tono de voz "todo ya ha pasado."

Interin todo esto ocurría, la ojirosa a parte de sentir un alivio indescriptible emprendió su trabajo de ir a coger grandes cantidades de agua con su helicóptero para echarlos sobre la estructura hecha ya casi cenizas.

Ryder liberó un soplido aligerado al igual que Rubble que corría hacia Marshall para abrazarlo.

—Eres un buen chico...— Ryder continuaba sin soltar al de manchas.

Eso pudo escuchar el pastor mientras permanecía inmóvil, replanteándose cada suceso de su vida y de porque ahora estaba ahí y ejerciendo de esta manera.

—Ryder...— El dálmata agachó su rostro y llevó las palmas de sus manos cubiertas de cenizas hasta sus ojos sin apenas tener fuerza y ganas de seguir hablando.

—Dime Marshall...—

—No todos han...— Tragó saliva durante que los sollozos y cascadas de agua deslizaban por sus cachetes —...han salido con vida...— El albino volvió a dejar recaer su peso en el pecho del humano, volviendo a ese abrazo tan reconfortante que se sentía lo más cercano a uno paterno.

De ahí daba lugar los gritos punzantes de una madre desconsolada al perder a su pequeño en lo que hace una hora era su hogar convertido ahora en pavesa, y Marshall... acompañado del dolor de esa madre él también se sentía culpable.

El policía lo miraba, desde la distancia, queriendo acercarse y repetirle... "Ya no tienes que tener miedo Marshall. Estaré aquí para protegeros siempre."

Pero eso se quedó en promesas de la niñez. De esas que hacías con el dedo meñique.

Todo lo indeleble - ; Paw PatrolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora