Capítulo 8

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"Paradero desconocido"— 28/04/2007

—¡INÚTIL! ¡ESO ES LO QUE ERES!— La mujer de cabello grisáceo sacó la cabeza del débil niño sobre el que ejercía presión hacia abajo —¡UN DESGRACIADO QUE SÓLO SE PARECE A SU PUTO PADRE!—

La madre de aquel niño continuó gritándole y maltratándolo continuamente con ese "castigo" de hundir su cabeza en un barreño completo de agua helada hasta casi ahogarlo.

Ese baño desaliñado, mugroso, oxidado... era la escena del crimen inhumano que provocaba esa señora cada vez que se molestaba o enfadaba por cualquier mínimo acto o situación que se produjese en su miserable de vida. Y todo aquello que ella "soportaba" lo pagaba despiadadamente con su hijo.

—¡FUISTE UN ERROR! ¡TODA ESTA MIERDA ES TU CULPA! ¡JAMÁS DEBISTE HABER NACICO! ¡SOLO TE PARECES A ÉL!— Gritaba desalmada, aún enterándolo en ese recipiente sin piedad del cual no le dejaba escapatoria.

La señora arrodillada en el suelo sucio y lleno de polvo agarraba las muñecas de su hijo con su mano izquierda, posicionando estas mismas detrás de la espalda con dolor, retorciendo los hombros del niño hacia atrás en una posición incómoda, tal y como si fuera un completo prisionero de guerra. Por no hablar de los gritos desesperados del niño que se convertían en burbujas... esa madre sin corazón y sin sentido de la razón cometía e incumplía principios. Torturaba a su hijo indefenso de cuatro años de edad, que apenas se defendía.

Sus músculos eran débiles, no comía apenas. Su piel se mostraba pálida, no salía de su casa ya que no estaba permitido, esa era una de las normas.Tampoco es que fuese a la escuela, por lo que lo de los amigos ni nómbralo.

Ese niño estaba sin ayuda.

—Muérete escoria...—

La mujer de tez pálida y ojeras prominentes soltó al fin el pelo y las muñecas del niño que ya portaban marcas rojizas e incluso moretones de las tantas veces que esto sucedía.

La australiana se levantó de la mugre del suelo, marchándose y viendo como su hijo se podría, y eso le daba igual... no le importaba una mierda Rocky.

—Hoy no cenas—

La madre del raza mixta cerró la puerta del baño de un gran portado, rompiendo parte del gotelé caído y asegurando el pestillo desde fuera, así asegurándose de que él no saliese.

El pequeño de cuatro años vomito inevitablemente, puede que fuese agua, pero ese ahogamiento intensivo lo estaba matando y contaminando por dentro. Puede que no tuviese plena conciencia de todo, era pequeño, un niño, pero sabía que se moría poco a poco y él solo pensaba en escapar de ese infierno, su casa.

...

—Oye...— La pelirosa sacudía el hombro del chico de los piercings —¡Rocky!—

Después de varios intentos Skye y Tracker lograron despertar al peligris. Nada más abrir sus ojos Rocky pudo notar los luceros de los jóvenes puestos sobre él, sin embargo, los de la dulce Skye se reflejaban preocupados y temerosos, al contrario de Tracker el cual se expresaba más confundido. Y en cuanto menos se quiso dar cuenta sus ojos miel desprendía unas lágrimas incesables, su pesadilla había sido mala, pero no pensó que tanto para transmitirla en la vida real.

—¿Estas bien... Rocky?— Skye tomo la mano del contrario con fuerza.

—Te veías bien culero ¿Qué te paso amigo?— El mexicano también acortó la lejanía poniendo su mano en el hombro del contrario.

—Estoy bien... joder— El tatuador limpió las lágrimas que caían ligeramente por el rubor de sus mejillas —Era un sueño pesado... ya está— Rocky se levantó de su asiento sin aliento, sin ganas de hablar de ese "sueño" que en verdad había sido su infierno durante los primeros cinco años de su vida.

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⏰ Última actualización: Jun 22 ⏰

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