Altivo, el niño tomó la espada de madera, listo para comenzar el duelo, uno del cual actuado y ambos comenzaron el choque de las espadas de madera. La intensidad de sus movimientos era asombrosa y la capacidad de ambos era sublime, pero el joven duque no pudo ganarle al príncipe, que con un movimiento de pies y manos hizo bailar la espada y caer al pequeño Alan, que en el piso, furioso, exclamó:
— ¿Me engañaste, verdad?
— Lo lamento, joven duque. Soy una persona estúpida, por lo que me olvidé mencionar que soy muy bueno con la espada.
— ¡Eres un...! —con enfado, se puso de pie y trató de avanzar hacia el joven príncipe, pero llegaron los adultos y detuvieron el conflicto.
Dos semanas después, en el baile de cumpleaños del joven príncipe, ambos niños se volvieron a encontrar.
— ¿Cómo ha estado, joven duque? —Sonrió con arrogancia, refiriéndose a aquel enfrentamiento.
Alan, quien estaba a punto de reaccionar, fue interrumpido por su padre y el rey, quienes tenían una gran amistad y planeaban que tal amistad siguiera con sus hijos. Ambos niños siguieron frecuentándose, y un día...
— ¿Qué estás haciendo?
— Janette no me deja tranquilo —con angustia exclamó mientras aún estaba dentro de un armario—. Salga, para un niño pequeño.
— Somos niños.
— Yo no. Después de todo, soy mayor que usted.
— Tenemos la misma edad, Alan.
— Hablo del cerebro.
Ambos niños escucharon la voz de Janette y se ocultaron en el armario.
— ¿Quieres mejor casarte tú con ella, Alan?
— Ni loco, es tu prometida, soluciona eso tú.
— Qué amargado. Ya sé, ¿si le hacemos una broma? —levantó la ceja en señal de "¿quieres ser mi cómplice?" Alan normalmente se negaría, pero decidió seguirle el juego.
Ambos niños crearon un plan y en la próxima reunión lo llevarían a cabo. Tomaron pegamento, plumas y un poco de tinta. Cuando la joven y tierna Janette fue a encontrarse con ellos, al abrir la puerta le cayó la tinta en el cabello. Ambos tomaron el pegamento que prepararon en un balde y se arrojaron para luego tomar el saco de plumas y aplicarlo sobre la pobre niña. La joven Janette estalló en llanto. Su hermoso y largo pelo rosa quedó arruinado. Su pequeño vestido rosa, adornado de joyas, ahora era negro y lleno de plumas. El llanto alertó a los adultos, quienes se encontraron con la escena y regañaron a los jóvenes revoltosos, quienes reían ante las lágrimas de la pobre niña.
El rey y el duque, enojados, decidieron aplicarles un cruel castigo, pues Janette, quien fue la perjudicada, no quiso salir de su casa por semanas. El castigo fue severo y cruel, pues ambos debían pasar por lo mismo que le hicieron a la pobre niña. Aún cuando los dejaron calvos por arruinar su cabello, ellos no se arrepintieron y desde ese momento fueron inseparables.
Unos años más tarde, el joven príncipe cumplió 16 años y consiguió su primer romance de juventud. Janette, quien desde aquel incidente había perdido el interés en el joven rey, ahora solo eran "amigos", y no le dio importancia, pues ya era un simple compromiso. Alan, quien aún poseía un poco de sentido común, impidió a Damián salir al encuentro de aquella joven.
— Vamos, Alan, solo una vez.
— No.
— Vamos, cuando tengas una novia, te ayudaré a que puedas verla.
— No, gracias.
Se acercó a su amigo y apoyó su brazo en su hombro.
— Vamos, no me vas a decir que no te interesa ninguna chica. Además, esas sirvientas de la otra vez parecían muy interesadas en ti.
— No me interesan— cerró el libro que tenía en sus manos con disgusto —Ahora piensa un poco más sobre cómo se expresarán los nobles ante la situación.
— ¿Acaso crees que quiero seguir virgen?
exclamó con furia—. ¡Damián! Si quieres dormir con una chica, ¿por qué no mejor lo haces en secreto? ¡Hiciste que todo el mundo los viera mientras se besaban!
—Ah, eso...
— Damián, si quieres salir con ella, hazlo, pero sin que nadie se entere.
— Vamos, al menos tengo alguien con quien dormir, ¿no? —Brindó un golpe al príncipe—. Cuando te regañen, no vengas a lloriquear.
— Vamos, ¿acaso no quieres tener una novia?
— No.
— ¿Qué? ¿Por qué? —preguntó asombrado.
— No me gustan las mujeres, su alteza.
— ¡Wow, qué!
— Como escuchó, me gustan los hombres. Ahora, si no le molesta, estoy bien soltero.
— Pero ¿por qué no me dijiste eso antes?.
— ¿porque debería?.
— Porque eres mi amigo. Además, no hubiera tratado de conseguirte una novia.
— Su alteza, la próxima vez, deja de hacer estupideces.
— ¿Pero por qué no has salido con nadie todavía entonces?.
— Las leyes del reino prohíben la homosexualidad.
— Eso es anticuado,Cuando sea Rey, cancelaré esa ley, y todo aquel que esté en contra será ejecutado.
— Ejecutar a alguien por pensar diferente es demasiado. Me conformo con que la ley se derogue.
— De acuerdo, lo prometo.
La promesa de aquel joven príncipe, lleno de esperanzas, al joven duque, quien en ese momento decidió ser su mano derecha y estudiar para ayudar al próximo rey.
Luego de unos años, el joven príncipe tomó el trono, y el joven duque obtuvo el puesto de consejero real, además de su título como noble duque.
En la actualidad...
— De acuerdo, lo dejo en tus manos.
Al marcharse el consejero real, unos días después, se realizó un decreto real donde se eximió la ley contra los matrimonios entre hombres o mujeres, y todo aquel que se atreviese a divulgar rumores, miradas o a conjeturar la decisión, inmediatamente sería llevado a prisión o pagar una gran multa.
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TRONOS : Entre El Odio Y El Amor
Fantasiahéroes y villanos en un mundo de fantasía se enfrentan a amores , peligrosas situaciones inimaginables y llenas de dolor. La bella y dulce protagonista es una villana que debe matar a el rey de los héroes . ¿Podrá la villana matar al rey? , ¿Acaso...