The King Of Shadows

Prólogo: 9 de julio del 2010

La primera vez que tuve una pesadilla, desde ese día, mi vida cambió drásticamente. Todo comenzó siendo un día como cualquier otro, pero cuando anocheció y me fuí a dormir, soñé o por los menos eso creí yo, con una niña de más o menos mi edad, llevaba un vestido de color blanco con estampados de flores que le favorecía bastante con su tono de piel morena y con sus ojos y pelo de color miel, estaba paseando tranquilamente con su familia, cuando de repente la niña se cayó debido al tropiezo de una piedra, sus padres no se enteraron de lo sucedido, ya que estaban hablando por teléfono, ella empezó a llorar, yo quise ayudarla pero no podía moverme, estaba petrificado por la escena que ví con mis propios ojos, una escena que nunca se me borrará de la memoria por mucho que yo intente olvidarla. Todo empezó demasiado deprisa, apareció una persona con una túnica de color negro y en un abrir y cerrar de ojos mató a sus padres, pero lo que más me impresionó es que no derramó ni una sola gota de sangre en el suelo y las dos personas que se encontraban yacentes no dejarón ni un rastro de sangre. La niña al ver todo lo sucedido anteriormente, empezó a gritar y a llorar, la persona la miró y fue directa hacia ella con una velocidad impresionante y la dejó inconsciente y luego la cargó en sus brazos. Yo estaba aterrorizado y seguía sin poder moverme, antes de irse me miró con unos ojos de color rojo carmesí y luego me sonrió y pude ver que tenía unos colmillos largos, caí de rodillas no por el miedo, que en parte, sino por la lluvia, y lo único que pude ver antes de que ellos desaparecieran, era un colgante con una luna llena, de color rojo que estaba en el suelo, lo cogí, sentí algo y me desperté.

Al día siguiente me arme de valor para contarle a mis padres lo de anoche, no fue sencillo ya que estaba muy nervioso, pero lo hice, y mientras le contaba todo de principio a fin, mis padres me miraron con cara de preocupación, les dije que qué sucedía pero lo único que me dijeron fue que estaban cansados por el trabajo, que no me preocupase y que no le diese muchas vueltas, yo no pensaba lo mismo, porque sí mis padres se preocupaban por algo es que de verdad algo malo estaba pasando y yo tenía todo el derecho del mundo a saberlo, así que insistí mucho. Mis padres decidieron contármelo pero justo cuando estaban abriendo la boca para hablar, de repente apareció esa persona enmascarada, con una pistola, apuntando a mis padres...
Cerré los ojos, no quería ver nada ya que ya sabía lo que iba a pasar.
Pum!
Un disparo, y una lágrima empezó a salir de mis ojos.
Pum!
Otro disparo, y en ese mismo momento abrí los ojos, y vi la imagen de mis padres muertos en el suelo de mi casa.
Miré al asesino con una furia tremenda e incontrolable, me miró, avanzó hacía mí con una tranquilidad impresionante como si nada hubiese pasado, y me aturdió. Pero antes de que mis ojos se cerrarán por completo, pude ver a mis padres por última vez.

Desde ese día se llevaron a mis padres, y también, mi corazón.