Capítulo 17: Nada es lo que parece

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Al día siguiente, nos fuimos Tessa y yo a darnos un paseo matutino.
Hacía un día estupendo, el aire de primera mañana era lo mejor y te sentías genial.

-Muy bien Anastasia, ¿A dónde quieres ir?

-Me gustaría visitar todos los sitios de mi infancia, si se puede.

Tessa se ríe.

-Pues claro que puedes ir a esos sitios, faltaría más, jajaja.

-Entonces vamos a visitar el parque.

Ella levanta la mano al aire mientras dice:

-¡¡Vamos a ello!!

Sonrío y empezamos a ir hacia allí.

-¿Y cómo eras en la escuela Anastasia? Es decir, no me refiero a las asignaturas, sino a tú comportamiento, eras buena, mala o las dos cosas.

-Si te soy sincera era travesilla, a ver es normal, era una niña.

-Eso no es excusa, podías haber sido una chica muy educada.

-Lo era, bueno, lo sigo siendo. Solo que cuando eres pequeño haces cosas que te gustan o que crees que están bien. Hasta que te ven hacerlo y te regañan.

-Tiene sentido, en mi época no teníamos colegio. Era un mundo diferente, solo trabajabas para comer y luego tenías que cuidar de tus hermanos, ya que tus padres no podían por alguna circunstancia o porque simplemente no querían.

-Debió de ser muy duro para tí y tú familia.

-La verdad es que sí, pero bueno, olvidemonos de eso. Hemos venido a recordar tú pasado y a divertinos un rato. ¡Vamos a disfrutarlo!

Cuando llegamos al parque, habían solo dos hombres vestidos con chándals, el de la izquierda de color azul y el otro de color rojo.
Estaban balanceandose en los columpios.

-Jo y yo que quería que no hubiese nadie en el parque para así estar normal. Bueno, me tocará estar visible para que no se asusten.

-jaja venga anímate, es un parque, que esperabas.

-Ya pero yo creía que por la mañana no habría nadie.

-Pues estás equivocada.

Nos sentamos en el banco para mirar a los chicos.

El del chándal azul es de estatura baja, con su piel morena, ojos verdes y pelo castaño.

Y el otro es alto, medirá más o menos un metro con ochenta y uno. Su piel es blanca con pecas, ojos castaños y pelo pelirrojo.

Los dos son bastante guapos, eso había que aceptarlo, pero no me interesaban lo más mínimo.

Así que empecé a hablar con Tessa sobre cosas sin importancia. Hasta que los dos chicos se acercaron a nosotras.

-Perdona, ¿Cuál es tú nombre?- me pregunta el del chándal azul.

-Exactamente, ¿Por qué quiere saber mi nombre?-le pregunto ya que no hay que decirle a ningún desconocido tu nombre real.

-Es solo que me recuerdas a alguien, un momento, déjame pensar. Tú nombre era...era... ¡Ah! Anastasia, ¿Verdad?

No podía ser.

-¿¡Alberto!?

Asiente con la cabeza. Él es un buen amigo mío de la infancia.

-¡Alberto!-le abrazo- madre mía cuánto tiempo. Me alegro mucho de verte.

-Yo también.

Me separo de él y me presento como es debido.

-Hola a todos, como ya habéis oído mi nombre es Anastasia y esta es mi amiga, se llama Tessa. ¿Y vosotros?

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⏰ Última actualización: Sep 29 ⏰

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