Nick entró en una cabaña junto con la chica vampiro.
Tenía lo esencial, cuarto de baño, ducha, cocina, una mesa y...
No podía ser, me sonroje al instante.
Esto era el colmo.
¡Solo había una cama!
Ella mira en mi dirección y sonrie.
-Ah, eso.-se muerde el labio inferior muy seductoramente, aparto la mirada un instante- a mí no me importaría dormir contigo. Ya ves, es solo dormir. ¿Qué podría salir mal?- se sorprende- A no ser que estés pensando en...
-Dios mío, claro que no estoy pensando en eso.
Se acerca a mí, teníamos las caras a milímetros de cada una.
Mi corazón se aceleró un poco.
«¿Pero qué me pasa?, es el enemigo, no puedo enamorarme de ella.»
Trago saliva.
-¿Es que acaso te da vergüenza dormir con una mujer como yo?-me mira, levantando una ceja.
Hago una risilla para disimular un poco mi vergüenza.
Lo siento pero mi orgullo va primero.
-No es eso, para nada-digo balanceando mi mano de un lado al otro.- Es simplemente que no me parece correcto tener que compartir una cama con una persona, a la que ni siquiera conozco lo suficientemente bien como para tener esa confianza y, además, ni siquiera se cuál es tú nombre.
Se aparta de mí y se sienta en la silla que hay en la mesa y me hace un gesto para que haga lo mismo.
-Pues presentemos entonces y ya de paso vamos a conocernos mejor. ¿No crees?- me señala con el dedo indice-Empiezas tú. Aunque ya sepa como te llamas, hagámoslo desde el principio.
-V-vale-carraspeo- Mi nombre es Nick, tengo dieciocho años aunque dentro de poco cumpliré los diecinueve. Exactamente dentro de una semana. ¿Y tú?
-Yo me llamo Elena y tengo diecisiete años.-dice secamente.
Tengo una sensación rara, como si me hubiese olvidado de algo o de alguien muy importante para mí. Pero no sé qué es exactamente.
Eso me asustó.
- Ya veo, sientes que te falta algo, ¿Verdad? Como si te faltase algo en tu memoria.
La miro, un poco sorprendido.
-Si, al parecer es algo muy importante pero, por mucho que me esfuerce por recordarlo no puedo. ¿Es por ser un vampiro como tú?
- Si, es por eso. Yo de ti no le daría muchas vueltas. Es... digamos... como un efecto secundario, pero no te preocupes seguro que se irá dentro de poco.- me sonríe con una sonrisa un poco forzada.
Miro a la mesa de madera.
-Eso espero, eso espero.
De repente Elena se sobresalta y va directa hacia afuera.
Voy con ella y cojo mi espada por si acaso.
-No puede ser. Está llegando. Pero...¿Cómo?
La miro con curiosidad.
-¿Quién ha llegado?
———————————————————
Rapido como un águila, me dirijo hacia donde está Elena.
Sé donde está porque todos los vampiros que mordemos, al tener nuestra sangre, sentimos ese vínculo, por así decirlo, que nos une.
Pero no a todos, es cuestión de suerte, como en una ruleta.
Y esta vez he tenido suerte.
Cuando llego a la cabaña veo a dos personas, una de ellas es Elena y el otro es un chico, al principio no lo reconozco pero ahora que me fijo bien, me he dado cuenta de que es el mismo chico que vi cuando mate a los padres de Elena.
-Hola Elena, veo que ya tienes novio.-miro al chico y veo que se encoge de hombros.
-Tú.-me señala con el dedo y me mira amenazadoramente.-Deberías de estar muerto.-sonríe-Pero no te preocupes, ahora mismo lo hago.
Levanto los brazos hacia arriba en son de paz.
-Eh, eh, eh, tranquilidad. Solo vengo a hablaros de algo muy importante a los dos. Algo que deberíais haber sabido desde hace tiempo.
Bajo los brazos.
-¿Y como sabemos que no es una trampa?- pregunta el chico.
-Mirad, mi intención es solo hablar, pero si después de eso queréis pelear para sentiros mejor, pues adelante.
Elena me mira un momento y luego mira a su compañero.
Los dos asienten con la cabeza.
-Pasa a la cabaña y siéntate en la mesa, nosotros haremos lo mismo y te escucharemos. Pero si haces algo, algún mínimo gesto extraño, te mataré ahí mismo. ¿Entendido?
-Entendido-digo y me siento en la silla.
-Antes de empezar vamos a presentarnos. Mi nombre es Mathew, ¿Y el vuestro?
-Yo soy Nick y ella es Elena.-dice el chico.
Elena le mira con cara de reproche y el chico se encoge de hombros y le dice con los labios una disculpa.
-Preparaos para lo que os voy a decir y estad muy atentos.
Le cuento todo, lo de que yo maté a los padres de Elena y los de Nick, lo de mi hermano gemelo Patrick y nuestra pelea.
A medida que iba diciendo las cosas, los dos ponían una cara de sorpresa, dolor y enfado.
-Antes de todo, me gustaría pediros disculpa a los dos. En ese momento estaba consumido por la oscuridad, aunque sé muy bien que mis disculpas no va a arreglar lo que he hecho.
Los dos me miran y sacan sus armas.
-Ok, pues vamos a pelear, entonces.-digo y nos dirigimos hacia afuera.
Empezamos a pelear, eran dos contra uno, pero no me importó.
A pesar de estar muy cansado voy a dar todo de mí.
Empieza Elena golpeándome con su cuerpo, los esquivé todos, debo de admitir que es bastante ágil y fuerte.
Mientras Nick saca su espada de su funda y me empieza a atacar.
Cada vez que pasaba el tiempo, más difícil se me hacía seguir luchando.
Sus ataques eran cada vez más sincronizados, como se nota que son tal para cual.
Pero no me iba a rendir, mientras ellos me atacaban yo acumulaba poco a poco energía para el ataque final.
Se notaban que estaban ya cansados ya que sus ataques han perdido un poco su fuerza y manejo.
Después de recibir muchos ataques decidí atacar yo y les lance una ráfaga de agua y viento.
Ellos salieron disparados hacía afuera.
Aproveché ese ataque para lanzar todo mi poder.
El coste era la vida, pero estaba dispuesto a hacerlo. Mi poder es así, hay que equilibrarlo.
Levanto mis brazos en dirección a ellos y descargo todo el poder en forma de una bola gigantesca.
Se los lanzo y yo caigo al suelo, medio muerto.
Después se escucha un estruendo y todo se vuelve blanco durante unos segundos.
Giro mi cabeza a duras penas y veo a Elena y a Nick tumbados, con mucha sangre en el cuerpo y en el suelo.
Sonrío, por fin todo se ha acabo.
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The King Of Shadows
Fantasy¿Qué harías cuando tú mayor pesadilla se hace realidad? ¿Podrás combatir tus miedos más profundos? Esto mismo le sucede a Nick, nuestro protagonista, él cree que ese sueño no tiene importancia alguna, pero lo que no sabe es que gracias a esa pesadil...