|La nostalgia es una seductora mentirosa|
—Es tan hermoso. Suelta en un leve susurro la bella mujer quien observa hacia el horizonte que ahora se torna en tonos anaranjados oscuros. Aquel balcón le da una vista asombrosa a cualquiera que se detenga a admirarla.
La ciudad de Londres no podía ser más hermosa, o eso piensa ella al verla desde la exuberante mansión real de la nueva familia Ratri, familia a la cual ahora pertenece. El hecho de que esa vista se encuentre en un lugar tanto estratégico como elevado, le permite con pocos esfuerzo, ver el hogar que alguna vez fue suyo. Y es que ser parte de la familia de los Orange, los Nauss-Orange o de los Ratri, era estar más cerca que nunca a una vida llena de excentricidades y riquezas inimaginables.
Con el viento de otoño soplando levemente en su rostro y despeinando algunos cabellos de esa fea, blanca y polvorienta peluca que le han obligado a usar, y con los últimos rayos del sol golpeando sus sonrojadas mejillas, tal y como lo hacía sobre sus hombros hermosamente descubiertos con el olor a gardenias inundando su nariz, resulta prácticamente imposible para ella no transportarse a aquel bosque que con tanto afecto la acogió en los peores, como en los buenos momentos, ni mucho menos de aquella vieja laguna.
¿Y qué decir de esos momentos en los que recordaba la hermosa imagen de su madre, esos momentos en los que pensaba en ese amor imposible, o incluso, en los que huía despavorida de los constantes gritos y amenazas de su tía y su padre?
Ahí, en ese lugar, donde huía del cruel mundo que la rodeaba para olvidarse del dolor y refrescar sus heridas. Inmediatamente al recordarlo, y sin esperarlo, un escalofrío le recorrió toda la espalda.
Mientras la hermosa composición de la orquestina resuena por todo el lugar y todos disfrutan del elegante baile, su joven esposo se acerca a ella sin que se dé cuenta. Camina de manera tan sigilosa que lo más probable es que lo hiciera para no sacarla del ensueño en el que ella se encuentra.
—¿Qué cosa? ¿Qué cosa te resulta hermosa? Le pregunta el joven de cabellos platinados casi blancos, quien ahora es legítimamente su esposo, y a quien, de manera libre y plácida, puede ahora estrechar entre sus brazos sin tener que escuchar una queja sobre la etiqueta. Al escuchar el dulce sonido de la voz de él, la chica se sonríe de manera soñadora.
—Esto. Responde ella sinceramente en un suspiro, apegándose más al fuerte y cálido pecho de él.
Ese día, definitivamente, está siendo el mejor día de toda su trágica vida. Y aunque el destino se empeñase en hacerla infeliz con sucesos terribles en el futuro, ella grabaría con fuego y sangre ese momento en lo más profundo de su ser.
—Saber que ahora soy tu esposa... Parece un sueño tan irreal, Norman.
Los brazos de él se cierran de forma inmediata y fuerte alrededor de ella al escuchar aquellas palabras. Norman siente que, si no lo hace, esa pequeña, frágil, hermosa y delicada criatura se le escapará para siempre.
Por eso, suavizando su tono de voz, le llama por el nombre que más ama:
—Emmeline.
Ah, ella ama tanto que él la llame por su nombre, pero solo cuando lo hace con ese tono tan romántico como lo ha hecho en ese instante.
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Hierofanías y Psicofonías de Amor [TPN]
FanfictionSe dice que algunas vidas están enlazadas a través del tiempo. Conectadas por un antiguo llamado que se escucha a lo largo de las eras: el destino. Existe una leyenda en la que se habla de una mansión, ahora ya olvidada, que alguna vez estuvo llena...