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|Cuando no podemos cambiar la situación a la que nos enfrentamos, el reto consiste en cambiarnos a nosotros|

El viento susurra entre los árboles mientras el grupo se prepara para ingresar al lugar. La luna llena proyecta sombras inquietantes sobre el sendero, iluminando apenas el camino hacia su destino, lo cual genera un ambiente idóneo para la ocasión. La curiosidad y el deseo de aventuras los han llevado hasta ese lugar, pero cualquier otra persona con sentido común, sabría que lo que estaban a punto de hacer, era una mala idea.

Según el libro, esta mansión perteneció al último cabeza de la dinastía Ratri. Al parecer era un reconocido terrateniente de la época. Sin embargo, por algunas investigaciones que hice, se dice que desde la misteriosa desaparición de este, a finales de 1692, esta construcción jamás ha vuelto a ser habitada. La gente afirma que la razón fueron las constantes pareidolias vistas por los aledaños. Explica Gilda mientras sostiene su libreta de apuntes entre sus manos.

Frente a ellos, la mansión se yergue imponente al final del sendero, sus pilares desgastados y sus muros de piedra oscurecidos por siglos de abandono. Las ventanas están rotas, y las enredaderas se han apoderado de gran parte de la estructura. Un aire de misterio y desolación parecen rodear el lugar. Al acercarse, el crujido de las hojas bajo sus pies y el ulular del viento les hacen sentir como si estuvieran siendo observados.

¿Están seguros de que queremos hacer esto? Pregunta Gillian, con la voz apenas siendo un leve susurro.

Vamos, Gill, es solo una mansión vieja. Además, ¿no querías una aventura? Responde Gilda, quien ya se ha colgado la enorme mochila de campo que suele utilizar en sus expediciones, a la vez que se arma con una linterna en una de sus manos.

Más importante aún, ¿podrías explicarnos al resto qué tenemos que hacer aquí? ¿Echar un vistazo e irnos? Pregunta Don en voz alta mientras prepara las radios que utilizarán para mantenerse en comunicación.

Supongo que Gilda nos ha traído aquí para registrar más información sobre la historia que contó antes. ¿O me equivoco?

Emma conoce muy bien a la peliverde. Entiende que los ha arrastrado a todos aquí con tal de obligarla a retomar la investigación que había abandonado tiempo atrás. Aunque Emma no pretende ceder ante su capricho.

Sí... digamos que sí. Creo que igual es bueno recordar los viejos tiempos. Gilda finge una clara sonrisa de complicidad. Tiene un plan que esconde del resto, pero al grupo no le molesta encontrar una buena excusa para cambiar de ambiente durante las vacaciones de la universidad.

Gilda, cariño. Se dirige Don hacia su novia. -¿Pretendes que seamos los caza fantasmas o algo por el estilo? ¿Por qué trajimos tanto equipo esta vez?

Ray se ríe disimuladamente al escuchar la pregunta del moreno, a quien casi nunca se le da bien leer el ambiente. Lo cual casi siempre hace peligrar la relación que mantiene con la peliverde.

Entonces, la usual silenciosa Violet, se adelanta a la respuesta que la peliverde daría. Gilda mencionó que un tipo, que al parecer era muy importante, vivió en esta mansión hace muchísimo tiempo. Y que nadie ha vivido en ella desde que este murió en 1692, ¿no es así? Esto gracias a las constantes pareidolias que la envuelven.

Violet a pesar de su aspecto serio y formal, como Gilda, ha sido una de las mejores parapsicólogas de su universidad. Así que la ocasión le parece digna para incluirla en sus investigaciones de campo.

Traducción para tontos: las pareidolias son fenómenos psicológicos en donde un estímulo, por muy vago y aleatorio que sea, y que generalmente suelen ser imágenes, es percibido erradamente como una forma reconocible. Es como cuando ves rostros en donde no los hay, como en las nubes, por ejemplo.

Hierofanías y Psicofonías de Amor [TPN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora