|La creencia en algún tipo de maldad sobrenatural no es necesaria. Los hombres por sí solos ya son capaces de cualquier maldad|
Aquella mansión en la colina, oscura y solitaria, es un lugar donde el tiempo parece simplemente haberse detenido. En sus pasillos y habitaciones, resuenan los ecos de una vida pasada, una vida llena de amor y dolor. En una de esas habitaciones, el fantasma de un hombre toca una melodía triste y melancólica cada noche, recordando a su amada esposa, cuya muerte injusta lo había condenado a una eternidad de sufrimiento.
Una noche, mientras el ente tocaba su habitual melodía, el fantasma sintió una presencia diferente en la habitación. Al principio, pensó que era solo su imaginación, un eco de su interminable soledad. Sin embargo, la sensación persistió, haciéndose más fuerte. Dejó de tocar y miró a su alrededor, esperando ver algún rastro de esta nueva presencia.
Y fue entonces que, desde una esquina oscura, una figura muy difusa se materializó lentamente. Era el fantasma de quien una vez hubo sido una pequeña jovencita, de apariencia delicada y ojos curiosos. Su vestimenta sugería una época posterior a la suya, y su mirada estaba llena de una mezcla de curiosidad y timidez.
—Hola. Dijo la joven, su voz suave resonando en la vasta sala. —Te he estado observando por algún tiempo. ¿Por qué tocas el piano?
El fantasma del hombre se quedó en silencio, sorprendido por la aparición y la audacia de la joven creyéndose incapaz de ser tan elocuente como la chica.
Sin embargo, sin saber cómo explicárselo, su pregunta salió con una voz audible. —¿Quién eres? Preguntó sorprendido al mismo tiempo por escuchar finalmente su voz cargada de años de dolor y soledad.
—Me llamo Olivia. Respondió ella, dando un paso adelante, como si fuera un pequeño conejito acercándose con curiosidad. —He estado aquí mucho tiempo, pero nunca me había atrevido a acercarme hasta ahora. Tu música... es hermosa, aunque triste.
El fantasma asintió lentamente mientras permanecía aún cerca del instrumento, todavía tratando de comprender la situación.
—Soy... Dijo, su voz más suave ahora pero recayendo que no recordaba siquiera su propio nombre. —Esta melodía es lo único que me queda de mi esposa. Murió injustamente, condenada y... yo fui testigo de su muerte.
El fantasma de Olivia bajó la mirada, comprendiendo el dolor que reflejaba su historia.
—Lo siento mucho. Dijo con sinceridad. —Yo también sé lo que es perder a alguien querido. Fui separada de mi familia cuando era muy joven y he estado sola desde entonces.
El fantasma sintió una chispa de conexión, una comprensión compartida del dolor y la pérdida. Al mismo tiempo, como un trago semi amargo, no pudo evitar sentir que lo mejor sería ignorar a ese joven ente. Pero su curiosidad era mayor, nunca antes había tenido la oportunidad de socializar con alguien más. —¿Cómo llegaste aquí?
Por primera vez en mucho tiempo, no se sentía completamente solo. Aunque su dolor seguía presente, la compañía de Olivia ofrecía una distracción bienvenida. Pasaron las noches y ambos conversaron largamente, o más bien, el fantasma escuchó la historia de aquella chica, quien parecía entusiasmada al poder ser escuchada luego de su muerte.
—Tal vez, juntos, podamos encontrar algo de paz. Sugirió ella. —Podemos compartir nuestras historias, nuestros recuerdos. Quizás, de alguna manera, podamos ayudar a aliviar un poco de este dolor que llevamos.
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Hierofanías y Psicofonías de Amor [TPN]
FanfictionSe dice que algunas vidas están enlazadas a través del tiempo. Conectadas por un antiguo llamado que se escucha a lo largo de las eras: el destino. Existe una leyenda en la que se habla de una mansión, ahora ya olvidada, que alguna vez estuvo llena...