Gustabo

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Isidoro salió corriendo hacia Gustabo al verlo entrar a comisaría, le iba a abrazar, hasta que se dio cuenta que llevaba un montón de cosas encima.

-¿Por qué llevas tantas cosas encima, Tete?

-No te lo puedo decir. Aunque una de estas es para ti.

El rubio sacó una rosa y un peluche, junto a una carpeta bastante pequeña. Y se las entregó al alumno. Este se confundió al ver que las dos primeras cosas eran las que él le había regalado a Gustabo tiempo atrás.

-Quiero que las tengas tú-el inspector sonrió y se fue por la zona de los vestuarios.

Isidoro confundido abrió la carpeta y vio que tenía 10 páginas, en cada una de ellas, había una foto de Gustabo y él juntos. Isidoro sonrió, le pareció extraña la muestra de afecto repentina, pero le gustó mucho y se fue feliz a guardar sus cosas.

Gustabo entró en la zona de los vestuarios, donde estaba Freddy. Este se giró y saludó al rubio.

-¿Qué tal, Gustabiño?, ¿por qué tan cargado?

-El inspector ignoró la pregunta y fue directo al grano-Esto es para ti, Freddy.

Gustabo le dio una caja que pesaba un poco. El comisario la apoyó en uno de los banquillos que había y la abrió, viendo un montón de camisas. Sonrió fascinado al ver que eran las camisas que tanto le gustaban que Gustabo siempre se ponía. Pero al girarse para agradecerle, el rubio ya se había ido del vestuario. Freddy vio una pequeña nota y la cogió.

"Sé que me dijiste muchas veces que te gustaban y ya alguna vez te has comprado alguna. Así que simplemente aquí las tienes gratis, son las mías."

Ahora Gustabo se encontró cara a cara con Gordon, cuando iba a subir las escaleras.

-Hombre, corazón. ¿Cómo estamos?

-Muy bien, Gordis. Te tengo una cosita.

-No será un gorro de detective, ¿no?

-Gustabo río y negó con la cabeza, para después sacar una tarjeta y dársela a Gordon-Tengo prisa, voy a subir ya, ábrela cuando quieras.

Se despidió y Gordon la abrió al instante, no sin ver antes unas pequeñas letras que habían, en las que ponía "Recuerdo que te pusiste muy feliz cuando abrieron el chiringuito". Al subinspector se le iluminaron los ojos al ver la tarjeta del pase VIP al chiringuito. No era algo barato y James había querido comprarlo durante mucho tiempo. Sin duda alguna, después le daría las gracias.

Llegó a la segunda planta y se fue al despacho de Holliday, donde lo encontró. Le dejó sigilosamente un café y un sobre en la mesa, ya que el contrario estaba hablando por teléfono. Después de un rato, Noah vio las dos cosas junto a una carta " De Gustabo". Abrió el sobre y vio una entrada al paintball. Holliday sonrió al recordar lo bien que se lo pasaron ese día, tomando café y jugando un rato. Aprovecharía esto para invitarle otro día.

A Gustabo ahora solo le quedaba un destino, el más importante para él. Se dirigió a un despacho en el que casi siempre se perdía de camino. Pero esta vez, se lo supo de memoria. Sabía perfectamente que la persona que buscaba no estaba aquí ahora mismo, por eso aprovechó.

El rubio entró al despacho y dejó otro sobre sobre la mesa del lugar. Para después colocar sus gafas encima del sobre. Escuchó pasos y se fue lo más rápido que pudo, cruzándose con Conway por el camino.

-¿Y este por qué venía de mi despacho?-se preguntó el superintendente.

Entró de donde el rubio había salido y vio las cosas en su mesa. Se confundió al ver las gafas rojas de Gustabo ahí. Simplemente abrió el sobre y vio primero una carta y después un dibujo.

"Conway. Te conozco hace mucho tiempo y he pasado momento geniales contigo aunque también muchos malos. Muchas veces me has tratado como la mierda y sentía que no podía más. Aún así todavía sigo recordando lo que confesaste en la Iglesia, que era tu hijo. Sí, todavía me acordaba, no lo olvidé.

Solo quería que supieras que aunque hayas sido un cabrón conmigo, te quiero, viejo.

PSD: Te sentiría bien un cambio de gafas. Este dibujo lo encontré tirado en tu jardín cuando fui a tu casa una vez, probablemente se te haya perdido."

Conway cogió el dibujo y lo observó en shock. Era un dibujo de él, Julio y sus dos hijos. Había flechas indicando los nombres de cada uno, pero se fijó en el que ponía "yo" entre paréntesis junto al nombre de "Mathias". El pelinegro apretó el dibujo contra su pecho y no pudo evitar sonreír.

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Habían pasado varios días y Gustabo no aparecía por ninguna parte. Conway y Freddy montaron un operativo para su búsqueda, pero no resultó.

Un día, Isidoro y Gordon estaban con otros policías más de la maya en la playa por el tema droga en la noche. Todo estaba calmado hasta que un agente habló por la radio.

-Hemos encontrado un cuerpo muerto, no se le distingue muy bien la cara, la tiene llena de sangre y de arena pegada.

Isidoro tragó saliva, tenía un mal presentimiento sobre todo esto. Pero Gordon y él fueron hasta el 10-20 del compañero. Al llegar, todos los agentes estaban viendo lo que tenía aquel cuerpo.

-¿Tiene identificación?-preguntó Gordon.

-Voy a ver.

El agente buscó y lo encontró. Sacó la radio para irse a H50, donde estaban sus superiores, para irles diciendo sus datos.

-Hemos encontrado un cuerpo muerto de un hombre de 32 años de edad a las orillas del mar. Su nombre corresponde a...

El agente se había quedado en silencio, haciendo extrañar a los compañeros y a Conway y Freddy, ya que la radio se detuvo de repente.

-A nombre de Gustabo García.

Isidoro y Gordon, quienes estaban ahí, no lo podían creer, se les había puesto la piel pálida a los dos, mientras miraban el cuerpo de quien sería su mejor amigo.

Isidoro se acercó corriendo y le quitó toda la arena de la cara al cuerpo, viendo ahora claramente la cara de su amigo, ya pálida y fría. Los dos pelinegros estallaron a llantos allí mismo, mientras uno sostenía el cuerpo de Gustabo, con sus manos llenas de arena.

Conway y Freddy, quienes estaban juntos en ese mismo momento, se miraron en shock, sin articular una palabra.

-Entonces...¿los regalos eran una forma de despedida?-se atrevió a decir Freddy.

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"𝑮𝒖𝒔𝒕𝒂𝒃𝒐, 𝒎𝒆 𝒑𝒓𝒐𝒎𝒆𝒕𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒍 𝒕𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒓 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒐 𝒗𝒆𝒏𝒅𝒓𝒂́𝒔 𝒄𝒐𝒏𝒎𝒊𝒈𝒐 𝒂 𝒗𝒊𝒔𝒊𝒕𝒂𝒓 𝒂 𝒎𝒊 𝒆𝒔𝒑𝒐𝒔𝒂 𝒆 𝒉𝒊𝒋𝒐𝒔."

"𝑻𝒆 𝒅𝒊𝒋𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒍𝒂 𝒄𝒂́𝒔𝒄𝒂𝒓𝒂𝒔...𝒅𝒊𝒋𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒊́𝒂𝒔 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒂𝒅𝒐 𝒎𝒐𝒓𝒊𝒓...𝒎𝒆 𝒍𝒐 𝒅𝒊𝒋𝒊𝒔𝒕𝒆..."

"𝑬𝒙𝒕𝒓𝒂𝒏̃𝒂𝒓𝒆́ 𝒕𝒐𝒅𝒂𝒔 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒃𝒓𝒐𝒎𝒂𝒔, 𝑮𝒖𝒔𝒕𝒂𝒃𝒊𝒏̃𝒐."

"..."-No podía decir nada. Las lágrimas le inundaban el rostro. No llegó a ser nunca un buen padre. El dibujo estaba lleno de gotas de las lágrimas de Jack, quien estaba tirado en el suelo abrazando la chaqueta roja de Gustabo.

Ahora el puesto de inspector jefe estaba vacío. Y la persona que le daba alegría a la comisaría se había ido para siempre.

Spainrp-One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora