Seis meses después...Narras tú
Mi día favorito de la semana es el viernes, pues además de que es mi día de descanso en el RIBS y que doy mis clases de pilates por mas tiempo, es el día en que Joonie viene a verme.
A veces, cuando tengo el turno de la tarde de la mañana en el restaurante y no tengo programadas clases, viene otros días para comer conmigo, vemos una peli, platicamos de nuestro día evitando obviamente mencionarla a ella o simplemente nos quedamos abrazados sobre el sofá, disfrutando del poco tiempo que tenemos juntos. Pero definitivamente los viernes son especiales, me esmero en hacerle una cena, en usar algo sensual para él, en disfrutar de su cuerpo, de sus ojos preciosos y de entregarnos con la misma pasión.
Cada viernes es mejor que el anterior, porque descubro que Joon y yo estamos compenetrados y que no fue casualidad habernos conocido.
Escucho que mi teléfono suena. Es un mensaje de él.
Joonie <3: No he dejado de pensar en ti, preciosa, en media hora salgo para tu departamento. Quiero que estes lista para mí.
Y por su puesto que lo estoy, sé que lo que llevo puesto va a fascinarle, es un día especial porque hoy se cumplen seis meses de haber iniciado con esto.
Después de retocar el maquillaje escucho que tocan la puerta, me parece extraño porque Joon no suele llegar tan temprano. Quizá me tiene una sorpresa por el día así que corro a abrirle con una sonrisa de oreja a oreja pero esto dura muy poco, pues la persona del otro lado de la puerta no es Namjoon.
Intento cerrar, pero él interpone medio cuerpo para impedirlo.
—¿A quién estas esperando vestida así? ¿Ya encontraste a otro idiota a quien cogerte?
—¡Vete a la mierda Hoseok! —Le grito forcejeando entre la puerta y su cuerpo. —¡Déjame en paz de una buena vez!
Rueda los ojos molesto y entonces empuja con todo su peso obligándome a retroceder. —¿Crees que puedes mandarme al diablo y seguir con tu vida como si nada? —Ladea su cabeza destellando coraje, mirándome de arriba abajo— ¡pareces una prostituta esperando al siguiente cliente!
Lo miro con burla y me regocijo en sus ofensas, pues lejos de afectarme, me dan risa. —¡No es mi problema si no puedes aceptar el rechazo de una mujer! ¡Si supieras la lástima que me das cada que te presentas con esa actitud tan nefasta! —Lo enfrento con seguridad porque a estos tipos no se les debe de demostrar ni una pizca de inseguridad.
Hace tronar su cuello y su mirada que antes era dulce y angelical ahora es agria y oscura. —¡No te vas a librar de mí! —Se acerca con amenaza y me toma con fuerza de las muñecas— Pensé que en este tiempo habías reconsiderado tu decisión pero...
Me rio en su cara interrumpiendo su discurso. —¿De verdad crees que voy a reconsiderar algo sobre ti cuando lo único que haces es ofenderme y acosarme? ¡Vaya que eres idiota!
Noto la confusión en sus ojos, el enojo y la decadencia. —¡Tu me has arrastrado hasta aquí! ¡Mi amor... por favor! —Me acerca más a su rostro y yo me resisto lo mas que puedo— ¡Yo no quiero faltarte al respeto pero tú... tú me obligas con tu indiferencia! ¡¿Qué te cuesta darme otra oportunidad?! ¡Por favor!
No hay nada que me asqueé más que ver a un hombre suplicar por atención o... sexo. —¡No! ¡Y aunque regreses mañana, pasado mañana, en un mes... la respuesta será la misma! ¡Ya no me interesas!
Me suelta de golpe y noto su quijada tensa al igual que sus hombros. —¡De acuerdo, mi amor... si no cedes por las buenas entonces será por las malas!