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La ginecóloga me autorizo viajar a Japón, pospuse la despedida con mi madre porque Joon tenía que terminar con su divorcio, aclarar ciertas cosas con su familia y sobre todo esperar a que mi presión estuviera completamente normalizada. Además de que tuve que seguir yendo a la fiscalía para dar seguimiento a mi denuncia contra Hoseok.
Ahora estamos en el cementerio Shirotori en Nagoya y lo único que hago es despedirme y agradecerle a mi madre los pocos momentos que me hizo sentir feliz en mi infancia porque ya no tienen caso los reproches ni los resentimientos.
—Solo digo que... si no arreglas las cosas con tu padre quizá después sea tarde... —Me dice Joonie sosteniendo mi mano junto a la tumba—. Al menos has el intento, nena.
Seco las lágrimas que brotan de mis ojos porque probablemente tiene razón aunque realmente no me apetece hacerlo, pero pienso que si Gleen me suplicó que fuera a verlo antes de regresar a Corea, cabe la posibilidad de que me pida perdón.
Suspiro desanimada y después de meditarlo unos minutos en silencio me levanto con ayuda de Joon y lo miro confiada. —De acuerdo, lo haré.
...
Después de casi media hora llegamos a la casa de Gleen. Es muy pequeña y parecida a donde vivíamos antes en Seúl. Toco el timbre tomando de la mano con fuerza a Joon y al cabo de unos minutos de suspenso, Gleen abre.
Un color platino ha envuelto su cabello, las arrugas en su frente y ojos visibilizan su edad adulta. Su mirada es de esperanza y consuelo mientras que la mía es de recelo. Mira unos segundos a Namjoon lanzándole una sonrisa fingida.
—Buenas tardes señor T/A. —Dice con educación Namjoon y Gleen le devuelve un cordial saludo con la mano.
Después regresa la vista a mi. —T/N... hija... —Cuando quiere dar un paso al frente para abrazarme nota de inmediato que algo se interpone. Es mi pancita de casi 5 meses asomándose de mi blazer. Se le queda mirando con confusión— Estás.... Estás...
—Si, Gleen. —Me adelantó a decir. —Estoy embarazada.
Aquella expresión relajada y de supuesta emoción cambia radicalmente a una de desprecio y... asco. —¿Es de este? —Pregunta con hartazgo.
Su tono y su modo de cuestionarme me hace pensar que fue un rotundo error venir aquí. —"Este" es mi pareja y se llama Kim Namjoon, y si, él es el padre.
—¡Ja! —Se burla cruzándose de brazos—. Entonces ni si quiera estás casada... no me sorprende.
Namjoon quiere interceder pero levanto mi dedo índice hacia él para que no lo haga. —Solo aclárame una cosa, Gleen. ¿cuál era el motivo de tu insistencia para que viniera a verte? ¿Seguir tratándome como basura?
