Chiara
El sonido del teléfono móvil me arranca de mi sueño profundo, sumergiéndome de golpe en la realidad.
A pesar del agotamiento que siento, me levanto con entusiasmo. Si el teléfono ha sonado, significa que Violeta ya ha terminado su guardia. No quiero perder ni un segundo sin verla y aclarar las cosas; siento como si hubieran pasado días sin estar con ella en lugar de solo unas horas.
Nunca se me ha dado bien enfadarme ni discutir con Violeta. Nos picamos todo el tiempo, pero es muy poco común que tengamos discusiones fuertes, y mucho menos del nivel de la de anoche.
Suspiro, todavía con los ojos cerrados, pero el teléfono sigue sonando insistente.
Cuando me dispongo a hacer que pare de una vez, una mano me lo impide. Sonrío tanto que creo que se me va a salir de la cara, sabiendo quién es.
Violeta me la devuelve y no puedo hacer otra cosa que no sea tirar de ella hasta que cae encima de mí en nuestra cama.
La beso con hambre y ella utiliza la mano que no tiene ocupada en sostenerse sobre mí para apartar las sábanas que se interponen entre nosotras. Buena idea.
Mi plan inicial era que hablásemos, pero la sensación pulsátil que se instala en mi entrepierna me persuade a continuar con el beso mientras clavo ligeramente mis uñas en el cuello de mi novia. Podemos hablar después.
Violeta se separa ligeramente de mis labios. - Chiara - me llama. No le hago caso y sigo con lo nuestro. La despojo de su chaqueta con rapidez y ella me deja, pero se aparta de nuevo.
- Quiero explicarte lo que— No dejo que continúe. La empujo y me impulso para que nos demos la vuelta y yo quedo encima con una pierna a cada lado de ella.
- Ahora no - Sentencio, encendida. Violeta me mira con los labios entreabiertos y los ojos oscuros, dejando sus manos sobre mis muslos. Me quito la parte de arriba del pijama con rapidez y ella sigue con su mirada clavada en mí. Me encanta ver cuánto le gusto; cuánto le afecta cuando hago lo que quiero con ella.
Sin dejar de mirarla, deslizo una de mis manos, que hasta ahora estaban descansando sobre su abdomen, hasta la suya. La llevo a donde más lo necesito, por debajo del pantalón.
Violeta deja escapar una respiración entrecortada y yo junto nuestros labios. - Ahora quiero que me hagas tuya
Obediente, la mano de la pelirroja se cuela por debajo de mi ropa interior y—
...Abro los ojos ante el insistente sonido que viene de mi derecha.
Joder, ha sido un sueño.
Alcanzo el teléfono en mi mesilla de noche, notando la humedad entre mis piernas. Lo que me faltaba. Encima de no haber descansado nada ni siquiera había podido desfogarme.
Frunzo el ceño, porque el sonido no es el de mi alarma. Es una llamada. ¿Habré cambiado la configuración? No recuerdo haberlo hecho.
Con un suspiro me acerco la pantalla, observando dos cosas; la primera, que son las 4:52 de la mañana. La segunda es que, efectivamente, se trata de una llamada.
¿Por qué llama Ruslana a estas horas?
Con un cosquilleo de preocupación en el estómago, descuelgo la llamada y me llevo el móvil al oído.
- Kiki - El tono de mi amiga me pone alerta de inmediato. Puedo escuchar, de fondo, cómo trata de calmar su respiración. Debe haberse alejado el teléfono de la cara, porque es casi imperceptible.
- Rus. ¿Qué pasa? - Estoy ya de pie frente al armario, apoyando mi mano libre en él. No me gusta nada esto.
- Tienes que venir al hospital - Aunque intenta disimularlo — sin mucho éxito — Ruslana suena alterada, como si hubiera estado llorando. Intento recordar si alguna vez he visto a mi amiga de verdad perder la calma, y no se me ocurre. Algo muy grave tiene que haber pasado para que esté así.
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The Scientist | Kivi
FanfictionTodos hemos deseado alguna vez volver atrás en el tiempo. Pero Chiara nunca lo había deseado tanto como aquella noche. Chiara y Violeta trabajan en el mismo hospital de Madrid. Comparten lugar de trabajo y una vida en conjunto, y no pueden ser más f...