23. Epílogo [Parte V]

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Violeta

Al volver a casa, lo primero que hace Diego es conectar su teclado y correr a por las partituras que Chiara le había conseguido. Con una sonrisa imborrable en mi cara, le dejo tranquilo para que practique y me voy a la cocina para preparar la cena.

Chiara llega justo cuando estoy terminando de cocinar. Me giro y la veo aparecer con los tacones en la mano. Me sonríe cansada y pasa sus brazos alrededor de mi cuello, pegándose a mi cuerpo todo lo que puede.

- Kiki, te vas a manchar, llevo puesto el delantal - Chiara no se suelta, simplemente esconde su cara en mi cuello y deja caer parte de su peso sobre mí.

- Me da igual, te he echado de menos - Protesta, y yo solo puedo ceder, rodeando su cintura con mis manos y apretándola contra mí.

- Si solo ha sido día y medio - Rebato divertida - ¿Cómo te ha ido?

- Pues genial, la verdad. Pero estoy muy cansada - Se separa unos centímetros para mirar alrededor. Normalmente nuestro hijo hubiese salido corriendo a saludarla - Vio, ¿dónde está Diego?

Se me dibuja una sonrisa de oreja a oreja en la cara y agarro su mano.

- Ven.

La sonrisa de Chiara cuando ve a Diego concentrado, buscando con cuidado la posición correcta de sus dedos, es absolutamente radiante.

- ¿Cómo has...? - Me mira - ¿Qué ha pasado?

- Magia.

El pequeño repara en nuestra presencia y se gira.

- ¡Hola mami!

- Hola cielo - Diego sale escopetado a abrazar a su madre, quien le devuelve el acuchón. Acto seguido, coge su mano y tira de ella para acercarla al piano.

- ¿Me ayudas? - Suplica él, enganchándose al brazo de Chiara.

- Peque, mami acaba de llegar, deja que se cambie y se ponga cómoda - Le pido, e inmediatamente Diego asiente.

- No tardo - Ríe Chiara, dejando un beso en mi hombro.

Chiara vuelve después de unos pocos minutos y se agacha junto a Diego.

- ¿Qué estás tocando, love? Me suena.

- La canción de la peli de Brave - Responde sonriente.

- ¿Lo estabas sacando de oído? - Cuestiona Chiara con una sonrisa rebosante de orgullo.

El pequeño asiente varias veces, aferrándose con ilusión a la camiseta de pijama de Chiara.

- ¿Me ayudas, mami?

Se ponen manos a la obra, y no sabría decir quién de los dos está más entusiasmado por la tarea.

Aprovecho para alcanzar una libreta de bocetos que había dejado abandonada durante meses. Me siento frente a mi familia, cerca de ellos pero sin molestarlos, y dejo descansar mi espalda en la pared. Como si no hubiese el tiempo desde que lo había intentado por última vez, el lápiz se desliza con agilidad sobre el papel, tratando de plasmar la escena. De perfil, aprecio la pequeña sonrisa de Chiara en el momento en el que se da cuenta de lo que estoy haciendo.

Una vez tienen casi toda la canción y Diego se dedica a practicarla, Chiara aprovecha para preguntarle el porqué de aquella elección de canción.

- No la quiero aprender para mí - Responde.

- ¿Y para quién es?

- Para mi amiga Diana - La cabeza de Chiara se gira hacia mí.

- La ha conocido hoy - Aclaro. Ella me mira confundida, pero entiende por mi mirada que se le explicaré el día de hoy con más detenimiento después. Ajeno a nuestra conversación silenciosa, el pequeño vuelve a hablar.

The Scientist | KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora