Hace siglos atrás, existió una historia muy poca conocida, una historia de amor de dos amantes que se enamoraron, sin importar el castigó que podría caer sobre sus cabezas.
Un Rey que no elegía a quien entregar su corazón, se enamoró de su sobrina...
"Ni el tiempo, ni el dolor fue capas de borrar de mi mente el hermoso color de tus ojos."
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(...)
─¿Hermano mayor? ─Llamó extrañado al ver a Jimin, sentado a mitad de la noche, siendo solo alumbrado por una pequeña vela que se hallaba a su lado iluminando lo que sea que miraba con mucha atención.
─Beom-gyu~ ... ─Susurró, mirando por un momento al menor, regresando la vista hacia la hoja que tenía frente suyo.
─¿Aún sigue pensando que los hermanos Dong se encuentran escondidos en la casa del jefe Ong? ─Cuestionó, llegando al lado de Jimin.
Sobre la mesa se hallaba el plano completo de la residencia del líder Ong. Jimin, suspiró con fuerza, mirando todos los espacios y lugares que serían esenciales para esconder a dos personas.
─Se que se encuentran dentro. ─Afirmó seguro. ─¿Pero donde? ─Se cuestionó pensativo, tirando la cabeza hacia atrás, quejándose de su dolor de espalda.
─Jimin~ ... ─Se quejó con sueño, ignorando las preguntas de su mayor, deseando sólo que su mayor fuera a dormir. Ya era la madrugada y estaba seguro de que Jimin, no había pegado los ojos desde que se había sentado, además, el licor que tenía a su lado, le ayudaba a mantenerse despierto.
─Beom-gyu, dime algo, ¿No viste nada extraño cuando ingresamos a la casa del jefe Ong?
─¿Eh? ─Perdido preguntó, abriendo los ojos de golpe al oírlo hablar. ─N-no creo~ ... Solo~... Solo vi a dos criadas quejarse de llevar ofrendas a la casa del padre del líder Ong. ─Contó con sueño, bostezando en el proceso, teniendo la atención inmediata de Jimin al confesar aquello. ─Dijeron que era un desperdicio de comida y telas. Yo también lo pienso, ¿Llevar comida y ropas limpias a un muerto? ─Se quejó. ─Los ricos siempre con sus cosas raras ─reprochó con enojo, jalando una silla para sentarse frente a Jimin, acomodando sus brazos sobre la mesa para reposar su cabeza.
─Beom-Gyu. ─Nombró, sin despegar la mirada dura del niño adormilado.
─¿S-si? Hermano mayor~ ... ─Respondió tratando de mantenerse despierto, luchando con el sueño.
─Mejor olvídalo~ ... ─Dijo resignado, al verlo tan cansado, tratando de mantenerse despierto. ─Vete a dormir, ¿Bien?. ─Ordenó, mirándolo con molestia.
─Si~ ... Hermano mayor. ─Respondió levantándose, haciendo rechinar la silla.
─¡Beom-gyu~!
─Si~ lo siento. ─Apresurando corrió hacia su habitación, dejando solo a Jimin.
