Capítulo Cuatro

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Las mañanas en casa de los Park solían ser tranquilas como las de cualquier buena familia en el Puerto. La sirvienta se encargaba de preparar el desayuno y servirlo mientras la nana llamaba a los jóvenes hermanos que dormían tranquilamente en sus respectivas habitaciones. Ese era el modo en que siempre se comenzaba el día, sin embargo, el amanecer de Taehyung resultó diferente esta vez.

Su sueño se vio interrumpido cuando escuchó el ruido de algo romperse en la planta baja, seguido de súplicas de su madre que buscaban tranquilizar al dueño de una profunda voz intimidante llena de furia. De forma inmediata pudo saber que aquellos gritos cargados de rabia pertenecían a Kim Namjoon, el prometido de su hermano mayor.

¿Qué hacía Kim Namjoon a esas horas de la mañana en su hogar?, ¿Qué lo hacía estar tan molesto al grado de maldecir a sus padres y llamarlos ladrones?

Algo malo sin duda estaba sucediendo, no se necesitaba ser tan inteligente para asumir eso, pero no podía bajar a averiguar la razón pues su madre le daría un castigo por meterse en algo que no era de su incumbencia. Ella siempre decía que era un niño que no debía intervenir en las cuestiones de gente mayor y si consideraba sus acciones incorrectas solía reprenderlo con palabras hirientes, golpes en zonas que la ropa cubría para que nadie lo notara o lo encerraba en lugares oscuros, así que no iba a arriesgarse a eso.

Para su suerte, no necesitó abandonar la habitación para saber la razón del alboroto matutino, aunque hubiese preferido no saberlo ya que las palabras del hombre lo dejaron helado.

Jimin había escapado...

No, no podía ser posible. Su hermano nunca se iría, al menos no sin avisarle, él no era capaz de irse sin razón, además, aún si no quería hacerlo estaba empeñado en casarse con Kim Namjoon.

Jimin había prometido no dejarlo solo.

No podía haberse marchado. Tal vez en el camino a casa había tenido un percance y necesitaba ayuda o tal vez una de las Señoras lo había llamado para que le ayudase con algo de la caridad, si, eso debía ser, pues su hermano era demasiado responsable como para dejar todo de un día a otro sin explicación.

Solo esperaba que no estuviera en problemas.

La discusión o mejor dicho el arrebato colérico de Namjoon cesó cuando su madre prometió que haría todo lo posible por arreglar la situación y finalmente un portazo de la entrada principal hizo que el silencio reinara en el lugar, probablemente sus padres se habían ido a hablar a un lugar más privado. No pasó demasiado para que su nana ingresara al lugar, se veía sorprendida de verlo despierto, ya que a diferencia de su hermano, Taehyung se tomaba su tiempo para abandonar la calidez de su cama.

La mujer tenía una mirada llena de pena pero no dijo palabra, en su lugar avanzó sin mirarlo del todo y comenzó a buscar su vestimenta, aunque sus manos temblorosas eran el indicio de que la situación era peor de lo que había alcanzado a escuchar.

—¿Mi hermano aún duerme? —Taehyung prefirió fingir ignorancia, aunque al ver cono se tensaba la pobre mujer se sintió mas tonto que antes.

—Aún no he ido a la habitación del joven Jimin —Taehyung asintió ante la mentira, sonriendole como si realmente no lo supiera se apresuró para su aseo.

Una vez estuvo listo abandonó su habitación con rapidez, pues había ideado un plan demasiado arriesgado para investigar lo que acontecía. En su mente no cabía la idea de que Jimin hubiese escapado de forma tan impulsiva, él lo sabría si es que realmente su hermano hubiese decidido algo de tal magnitud.

Taehyung se obligó a aparentar su desconocimiento sobre el tema, pero al finalizar la escalera la presencia de su madre le hizo dar un sobresalto que lo dejó en evidencia, pues ella no tardó en centrar su atención en él, dándole una mirada de total amargura.

El Tesoro del Mar (KookMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora