Capítulo Seis

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Durante los últimos años la Piratería se había vuelto bastante frecuente sin importar que ruta ocuparan las embarcaciones. Se contaban muchas historias referentes a ello, acerca de aterradores hombres que más bien eran bestias sin piedad, sabandijas despreciables que no tenían respeto alguno por las pertenencias o vidas de la gente de bien.

Los rumores sobre aquellos bandidos se extendían como la pólvora. Los relatos de algunas personas que sobrevivían eran aterradores sin duda alguna y por esa razón es que últimamente se estaban creando nuevas rutas para las embarcaciones, así como mejoras en estas mismas si era necesario defenderse de los ataques.

Jimin había escuchado de ello en el Puerto por mera casualidad, en su hogar su padre lo tenía estrictamente prohibido, pues repudiaba cualquier cosa relacionada a los piratas, su madrastra por consiguiente al ser tan recatada consideraba el tema de mal gusto y Taehyung prefería concentrarse en su educación que saciar su curiosidad. Jimin en cambio tenía esa chispa que ansiaba saber todo sobre el mundo que le rodeaba, siendo eso lo que le llevó a prestar atención a las platicas de los pescadores cuando iba a hacer beneficencia.

En ese entonces las cosas que había escuchado le parecían incomprensibles, pues no entendía que llevaba a alguien a elegir es camino tan peligroso y alejado de lo que dictaba el creador, sin embargo, un pescador había dicho que eran simplemente bestias sin moral y ahora Jimin lo confirmaba por completo.

Había pasado varias horas gritando por su libertad hasta que el cansancio le venció y le dolieron los nudillos de tantos golpes que le había dado a la madera. Cuando despertó no tenía idea si era de noche o de día pero no había rastro de que alguien hubiera entrado así que eso lo mantenía un poco tranquilo, por otro lado, le dolían las muñecas puesto que había intentado soltarlas logrando únicamente rasgar su piel.

Asumió que aún seguían en movimiento pues todavía se balanceaba de un lado a otro, lo que le hizo preguntarse a donde irían. ¿Qué harían con él?, si bien recordaba ese hombre intimidante le había dicho que no le trajo por voluntad propia, entonces, ¿qué hacía ahí?, ¿qué motivo le llevó a tomarlo como prisionero?

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el ruido de pasos y apenas le dio tiempo de alejarse de la puerta cuando esta se abrió. El hombre le dio esa mirada aterradora y con pasos fuertes tiró de él para acercarlo, Jimin se quejó ante la brusquedad y luego la sorpresa le embargó cuando el pirata desató sus manos, alivio le siguió pero la confusión persistía.

—¿Tienes hambre? —Jimin negó con la cabeza, ganándose un suspiro de cansancio por parte del contrario—, Vas a morir si no comes algo.

—Ese no es su problema —ni siquiera supo como encontró valor para encararlo, pero esperaba que el hombre hiciera algo, que lo asesinara tal vez, sin embargo, lo único que recibió fue una ligera risa y una mirada que no supo descifrar.

—No me importa, pero déjame preguntarte algo, ¿quieres terminar siendo comida para peces?

—¿No lo seré de cualquier modo? — atacó de vuelta, si nunca volvería a su hogar entonces ese sería su destino.

—¿Así que no te importa morir tan pronto?, Eres demasiado débil, pequeña perla.

—Mi nombre es Jimin —se quejó frunciendo el ceño, él hombre se rió una vez mas.

—Pareces tener ánimos de discutir conmigo ahora, me pregunto porque te veías como un animal asustado cuando Min y Kim te molestaban.

—¿Qué sentido tiene tener miedo?, Voy a pasar el resto de mi vida en este sitio, ¿no?

—Estás en lo cierto, bueno, si te mueres de cualquier modo será mejor para mi, yo no quería traerte —y ahí estaban de nuevo esas palabras.

Jimin arrugó las cejas, entre confundido e irritado. Si no le quería ahí ¿no era más fácil dejarlo ir?

El Tesoro del Mar (KookMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora