En el dulce latir de tu corazón,
descubro un universo eterno,
donde somos una constelación
de amor y sueños tiernos.
Tu mirada brilla como estrellas,
en un cielo rojo de pasión,
donde el tiempo se detiene
y el amor encuentra su canción.
Eres el dulce aroma de la vida,
el susurro eterno del deseo,
un fuego que nunca se apaga,
en este universo nuestro y lleno.
En cada latido, un juramento,
en cada beso, una promesa,
somos la luz en la oscuridad,
la eterna constelación de belleza.