Nunca antes experimenté el amor de la manera en que lo haces tú. Nadie había entregado su corazón de la forma en que lo has hecho tú. Tu mirada es única, capaz de iluminar una ciudad entera. Desde el primer día que crucé miradas contigo, me enamoré de esos ojos tuyos. Cada centímetro de tus ojos, especialmente ese cautivador color café, me tiene completamente fascinada. Su brillo es como una luz que ha iluminado mi vida de maneras inimaginables. Gracias a ti, he descubierto que mi existencia se ha vuelto considerablemente mejor. Tu simple presencia tiene el poder de disipar cualquier sombra.
Adoro tomar tu mano y sentir el cálido contacto entre nuestras palmas. Estar a tu lado me permite ser auténtica, sin miedos ni reservas. Aunque han pasado pocos días desde que comenzamos esta historia, la rapidez con la que nos sumergimos el uno en el otro no fue obstáculo. Fuimos nosotros, genuinos y auténticos desde el principio. La intensidad de nuestros momentos juntos ha creado la sensación de una eternidad a tu lado. Cada día contigo parece un capítulo completo de una historia que estoy emocionada de seguir escribiendo juntos.
En cada amanecer a tu lado, descubro nuevas razones para amarte. Tu presencia no solo ilumina mis días, sino que también hace bonito mi mundo de maneras que nunca imaginé. La manera en que tu risa se mezcla con la mía crea una sinfonía única que llena de alegría cada rincón de mi ser.
