BANGCHAN

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Junto con otros amigos de Stray Kids, fuimos al backstage para felicitarles por un buen concierto, en la universidad.... y yo tenía algo más que decir pero eso era en privado.

Por eso en cuanto vi a Chan me dirigí inmediatamente hacia él con paso rápido, pasando por delante de Felix y Jeongin que me decían algo pero ni siquiera les presté atención lo que al parecer les hizo reír. En cuanto Chan miró en mi dirección extendí mi dedo índice y le señalé ominosamente. Me miró sorprendido y un momento después, como si de repente hubiera entendido lo que quería decir, empezó a reírse tímidamente.

"Tú, puto Christopher Bang", le dije en voz baja y le señalé con el dedo el torso, donde tenía la piel al descubierto a pesar de la chaqueta.

Le clavé el dedo en el pecho, a lo que él sólo se rió y me agarró la muñeca. Se llevó mi mano a los labios y, mirándome a los ojos, me besó el dorso de la mano.

"Perdona, no había pensado en ti".

"Pero estoy pensando en ello todo el tiempo. Tengo esta imagen delante de mí todo el tiempo" casi grité pero él sólo sonrió satisfecho y acercó su cara a la mía.

"¿Tanto te he excitado? ¿Sólo por subirme la chaqueta?", preguntó levantando una ceja.

"Sí", respondí brevemente a lo que él rió levemente. Miró a su alrededor y, cogiéndome de la mano, se dirigió hacia la pequeña sala de profesores tirando de mí.

Cerró la puerta cuando crucé el umbral y abrió de un empujón uno de los armarios tipo cocina sobre el que aún yacían envoltorios vacíos de ramen y un cartón de leche, y en un rincón una tetera y dos vasos.

Dejó caer toda la basura y dio una patada hacia un lado, me levantó cogiéndome por la cintura y me plantó sobre el armario, mientras se colocaba entre mis muslos, sobre los que puso las manos al cabo de un rato y tiró de mí para acercarme un poco más. Ni siquiera me di cuenta cuando empecé a respirar más rápido y mis manos fueron a los botones de su chaqueta corta negra desabrochándola. Colocando las manos sobre su estómago musculoso como el infierno se inclinó y apoyó las manos detrás de mí sobre la encimera del armario, acercando sus labios a los míos pero sin besarme.

Sabía que quería ver lo que hacía, así que intenté con todas mis fuerzas no moverme ni un milímetro, pero perdí la batalla conmigo misma en cuanto sentí sus manos en mi cintura. Sentí calor en mi bajo vientre y sin pensar nada más me dejé caer en su boca.

Nos besamos lenta y apasionadamente al principio, pero a medida que sus manos empezaron a recorrer mis costados de arriba abajo y a sentir su dureza entre mis piernas mientras sus caderas apretaban más y más a cada momento que pasaba, nuestro beso se hizo más hambriento y firme.

Me quitó la blusa y en una fracción de segundo sus labios estaban sobre mis pechos. Los besó y mordisqueó, una vez con suavidad y otra tan fuerte que quedaron rastros de sus dientes en mi piel. Intenté no gemir, temiendo que alguien pudiera oírnos o tal vez....

"Chris, espera. Podría entrar alguien", susurré a duras penas entre mi respiración acelerada.

"No entrará nadie", dijo en pocas palabras y acercó sus labios a mi cuello, moviendo una de sus manos a mis pechos y la otra a mi espalda para desabrocharme el sujetador. En unos segundos lo desabrochó ágilmente, el sujetador cayó hasta mis muslos, así que lo dejé caer al suelo y arqueé la espalda deseando sentir sus labios en mis pezones, ahora sensibles.

Me acarició suavemente la espalda y los costados con las manos, recorriendo la piel desnuda con las yemas de los dedos. Me encantaba lo suaves que eran sus manos y sus finos dedos me acariciaban la piel con la misma suavidad o me la hurgaban con fuerza, lo cual era igualmente placentero.

RAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora