Capitulo 24: desgracia

6 2 0
                                    

Estos personajes no me pertenecen si no a la Reyna de la manga Rumiko Takashi la historia es originaria mía y unas que otras frases de la serie original y con la ayuda de mi hermana Karla Ibarra aunque le da flojera escribir hace unas buenas recomendaciones así que arigato hermana no me llevare todo el crédito

Capitulo 24: desgracia

—Kagome: Inuyasha—ve como este se levanta.

—Inuyasha: tranquila, no le dio a ninguno de los dos—sosteniendo la pistola en su mano—te la voy a dar, pero te me largas—entregándole el arma sin cartucho— ¡largo!—este se va, Inuyasha observa que ha Kagome no le haya pasado nada— ¿estás bien?—él se sorprende al ver a Kagome llorar mientras se aferraba a él como si su vida dependiera de ello.

—Kagome: yo estoy bien, pero y tu ¿no te hizo nada?—él le coloca su chaqueta para cubrirla del frio que comenzaba hacer.

—Inuyasha: yo estoy bien, tonta no tenias de que preocuparte—acariciándole el cabello.

—Kagome: tu eres el tonto, creí que te había herido o algo mucho peor.

—Inuyasha: no iba a permitir que te hiciera algo.

—Kagome: de todas formas gracias.

—Inuyasha: ¿quieres que duerma contigo esta noche?

—Kagome: Si por favor, tuve mucho miedo.

—Inuyasha: disculpa por preocuparte, vamos—tomándola de la mano.

—Kagome: ¿me puedo ir en tus piernas?

—Inuyasha: tengo que conducir—ella lo ve y este observa que aun lloraba tenía los ojos rojos—está bien—el la carga de forma nupcial y se monta en el auto poniendo a Kagome a un lado para poder ver— ¿estás bien?—le pregunta, la chica se encontraba recostada sobre su hombro con los ojos cerrados mientras que aun brotaban lagrimas de ellos—dijiste que no buscarías refugio en mi para calmarte y sin embargo estas aquí llorando en mis brazos.

—Kagome: debes entender que estoy muy asustada, si no hubieras llegado no me imagino que habría pasado.

—Inuyasha: fue mi culpa, debí haberme quedado contigo, fue buena idea venir a buscarte

—Kagome: pues si tanto te molesta que llore, tranquilo ya no lo hare—se limpia las lagrimas, tratando de evitar no llorar, mientras se pasaba al asiento del copiloto.

—Inuyasha: lo siento no quise decir eso, ven—tratando sentarla sobre sus piernas nuevamente, pero esta solo voltea hacia la ventana limpiando una lagrima— ¿Kagome estas bien?—observa como esta toma su teléfono y envía un texto.

—Kagome: sabes que, ya no te molestes en acompañarme, le dije a Setsuna que lo hiciera.

—Inuyasha: perfecto ahora estas molestas y solo por eso vas corriendo a los brazos de ese tal Setsuna.

—Kagome: dijiste que te molestaba.

—Inuyasha: no te dije eso, es solo que tú habías prometido no llorar frente a mí.

—Kagome: fue en un momento de debilidad, pudiste haber muerto.

—Inuyasha: ¿te preocupo que me hubiera pasado algo? —sabía que era cierto, pero necesitaba confirmarlo.

—Kagome: claro que no, no me importa lo que te pase—mirándolo fijamente.

—Inuyasha: lo que tu digas—concentrándose en el camino.

—Kagome: no me preocupas—volteando el rostro.

—Inuyasha: yo no dije nada—sonriendo.

—Kagome: eres insoportable—ve que llegan, se bajan—ya te puedes ir.

El amor siempre venceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora