Una vez que llegaron y lo ingresaron a golpes y empujones a esa enorme bodega, miró como los hombres que iban con ellos se quedaban a un lado, mientras a él y a Salvador los empujaban hacia un área aparte.
Sorprendido miró cómo los hombres en el lugar se multiplicaban, no tenía idea de donde habían salido, pero era aterrador ver todos esos rostros duros y mal encarados y sobre todo sabiendo que estaban ahí por él.
_ No me defraudes de nuevo. - sentenció la voz de Iván a Salvador. _ Esta es tu última oportunidad. - luego los dejó solos, ambos sabían que no lo estaban, aunque si les habían dado su espacio.
_ Tienes que ayudarme. - fue lo primero que le dijo a su amigo. Para entonces, aún creía que lo era, y que todo se trataba de puro cuento de Iván. _ quítame esto. - se refirió a las ataduras que le habían colocado en las manos y pies al llegar al lugar.
_ De verdad no puedo. - dijo. _ lo único que puedes hacer es darles el dinero.
_ ¿Cómo les voy a dar algo que no tengo? Nuestra única salida es escapar. - dijo convencido de que él, también necesitaba huir de ellos.
_ ¡Basta ya! - lo detuvo en seco. _ ¿no entiendes el lío en el que estamos? ¡Tienes que convencer a tus abuelos de que te den ese dinero o no la libraremos ni tú, ni yo!
_ No los conoces como yo, si ya tomaron esa decisión, nada los hará cambiar de opinión, lo sé. - dijo con preocupación. _ lamento haberte metido en esto. - dijo con sinceridad.
_ Tus disculpas no nos va a salvar. - explotó contra él. _ esa gente es mala, no se tienta el corazón, para ellos no valen las excusas, quieren tu dinero y lo van a obtener como sea. Para esta hora ya deben de tener a tu hermano y a tu hermana. ¡maldita sea! - se llevó las manos a la cabeza con desesperación. _ ¡DALES LO QUE PIDEN! ¡CARAJO! ¡De ti depende que tu familia este bien!
Fue hasta ese momento que el peso de la realidad empezó a caer sobre él, Salvador se veía tan asustado que supo que esa gente estaba hablando en serio y que de verdad lo lastimarían si no recibían lo que pedían, ¿y cómo se los iba a dar, si no dependía de él?
No tenía a quien acudir, su última opción era su padre, pero jamás lo haría, no a él. Además, después de su último encuentro, estaba seguro de que, aunque le rogara, no le tendería la mano, era tan fuerte su rivalidad, que no se desprendería de una gran fortuna, si es que la tuviera, por sacarlo a él de este lío. Estaba seguro.
Iba a hablar, cuando se dio cuenta de que esos hombres se acercaban de nuevo. La cara de terror de Salvador, le decía todo.
_ ¡Tienes que darle una solución a esto ya! - gritó antes de que llegaran a su lado. _ hazlo por mí. - suplicó. Él en ese momento no entendió su actitud.
_ Por tu bien. - se acercó Iván a Salvador palmeando su espalda amenazante. _ Espero que ya tengan resuelto como me van a entregar mi dinero.
_ ¿Cómo quieres que te diga que no depende de mí? - le respondió beligerante, sin dar tiempo a que su amigo contestara.
Salvador escuchó con terror las palabras de Fernando, ese idiota no lograba comprender con quien se estaba metiendo y lo peor era, que no solo Fernando pagaría las consecuencias, también él lo haría, porque le estaba fallando a esos hombres, aunque en un principio se había acercado a Fernando con una amistad sincera, con el transcurso de los años había cambiado, a él no le iba tan bien como a su amigo y las envidias y los celos empezaron a surgir, sobre todo cuando la chica que le gustaba, se decidió por Fernando, luego conoció a David y después a Iván y empezó una doble vida, ellos lo incitaron para que lo reclutara y él lo consideró una presa facil pensó que podría obtener fácilmente beneficios a través de él, pero había fallado en todos los sentidos, no había logrado que se enganchara a ninguna adicción, tampoco había logrado que se integrara al grupo que distribuía la mercancía, lo único que los había salvado a ambos de ser ejecutados, era la promesa de que sacarían mucho más y sin mayores problemas, de la herencia de éste y sus hermanos y quizás un extra de sus adinerados abuelos, pero ahora todo se le venía abajo porque parecía que de verdad no tenía las riquezas que a simple vista aparentaba, y que él, no se había tomado la molestia de verificar.
_ De modo que seguimos en las mismas. - miró a Salvador amenazante. _ te advertí que era tu última oportunidad. - hizo una seña a sus hombres para que actuaran. _ tráiganlos. - dijo y se alejó.
_ ¡No! - gritó presa del pánico. _ ¡dame más tiempo, lo resolveré!
_ ¡Suficiente! - lo calló. _ jamás a nadie le di tanto tiempo como a ti, y lo arruinaste.
_ Te juro que lo conseguiré, sé a quién contactar. - suplicó.
_ ¿Todavía quieres verme la cara? - se volvió hacia él dándole un puñetazo en el estómago, con furia. _ ¿varios años no te han sido suficientes?
Y tenía razón, habían sido varios años los que habían pasado, desde que decidiera entregar a su amigo a esos hombres, y le habían tenido paciencia porque esperaban una gran ganancia, después de todo ellos no tenían prisa, lo veían como una inversión, aunque fuera a largo plazo, después de todo no les urgía el dinero, tenían de sobra por sus actividades. No entendía por qué de pronto les había entrado la prisa.
Aturdido miró como los arrastraban hacia una esquina de la bodega, la más oscura y alejada de la entrada y el pánico se apoderó de nuevo de él, sabía lo que les esperaba, sabía por qué los llevaban hasta allá. Él mismo había visto y participado en incontables ocasiones de lo que esos hombres hacían con sus enemigos en ese lugar.
_ ¡No.... espera...! - se resistió. _ ¡dame otra oportunidad, yo mismo lo haré! ¡dame un teléfono, déjame hacerlo...! - suplicó.
Iván no dijo nada, extendió una mano y alguien puso el celular de Fernando en ella, luego se lo pasó.
Él lo tomó, con desesperación, buscó el teléfono de los abuelos y marcó.
_ Ponlo en altavoz. - ordenó Iván y lo hizo.
_ No soy Fernando. - aclaró cuando contestó el abuelo. _ soy Salvador, en estos momentos estoy con él, nos tienen secuestrados, si no les entregan... - les dijo la exorbitante cantidad de dinero. _ ...nos matarán.
_ Dile a mi nieto. - se escuchó la voz furiosa del hombre. _ que no le creo y no se porqué tú te prestas a su jueguito, y aunque fuera verdad que su vida depende de que les demos ese dinero, no lo entregaríamos, si de verdad está en problemas es porque se lo ha buscado, así que, si solo se metió, que salga solo. - y colgó.
_ ¡Fallaste! - sintió la mirada letal de Iván sobre él, y supo que no había marcha atrás. No tuvo tiempo de nada, cuando el teléfono ya le había sido arrebatado y entre tres hombres lo dominaban.
_ No puedes hacerme esto, te he servido por muchos años. Soy uno de los tuyos.
Se dio cuenta de la mirada de sorpresa de Fernando, el todavía seguía creyendo que todo lo que había dicho Iván sobre él, era pura charlatanería, pero ya no importaba, los dos correrían con la misma suerte.
Iván también se había dado cuenta de la situación y con mirada burlona se dirigió hacia Fernando.
_ ¿Desilusionado de tu amiguito? ¿De verdad no sabes que él trabaja para mí, que es uno de mis reclutadores, que cuando se acercó a ti, lo hizo con el único propósito de entregarte en mis manos? - soltó una carcajada.
_ ¿De verdad lo hiciste? - lo miró con desilusión y luego con furia. _ ¡eres un maldito mentiroso, traidor! ¿todo este tiempo me mentiste? No lo puedo creer. - dijo abatido. _ siempre te considé mi amigo! ¡eras como un hermano para mí!
_ Esas son cursilerías. - rio Iván, y con él todos los hombres que estaban a su alrededor.
_ Aquí ya no hay nada que hacer, después de todo los dos van a donde mismo, tomó un arma que uno de sus hombres le acercó.
_ ¡Espera! - lo detuvo Salvador. _ dime que quieres que haga, lo que sea, solo dame otra oportunidad.
_ ¿Seguro que lo que sea? - lo miró con malicia.
_ ¡Sí! - aceptó sin vacilar.
_ Me pregunto quién de ustedes merece la segunda oportunidad. _ dijo con una sonrisa maliciosa. _ creo que me conviene más que viva tu amigo. - y le entregó el arma a Fernando, luego de ordenar que lo desataran. _ Tu vida por la de él. - dijo sin más.
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ROMPIENDO MIS CADENAS/ No.1️⃣5️⃣ Serie: HOMBRES DE LA SIERRA
RomanceEl pertenecer a un grupo criminal, lo llevó a perder a su familia, el pertenecer a otro, lo salvó. Dentro de su mundo de caos y tinieblas, por fin brilla una luz de esperanza, quizás pueda recuperar a sus hijos, pero juntamente con ellos, también ll...