_ Cálmate y escucha. - lo detuvo su padre. _ siéntate por favor. - lo obligó a tomar asiento.
_ Esto es demasiado difícil para mí. - continuó Aureliano de pie, mirándolos, mientras Fernando lo miraba con furia contenida, Lily desviaba su mirada cristalizada y Braulio permanecía en silencio solo observándolo, sin expresión alguna. _ No tengo excusa, su hermano murió y fue a causa mía, no lo niego, aun así, quiero que sepan que a pesar de que tengo varias muertes en mi conciencia, la de él fue la más tonta y estúpida, la que me marcó como ninguna otra, porque no debió suceder, y como dije antes, no es excusa, pero no era mi intensión quitarle la vida. Su padre, aunque estaba conmigo a la fuerza, era un gran trabajador y quería que su hijo se uniera a nosotros también, supe que se negó y me enojó mucho, quise forzar a su padre y lo amenacé con darle muerte a su hijo sí no lo hacía, por desgracia lo hice delante de mis hombres, ellos no sabían y tomaron mis palabras literal.
Cuando fui a su casa, mi intención era darles un escarmiento a ambos y seguí amenazando con quitarle la vida, ahora entiendo que aún eso, el ir y castigarlos estaba mal, pero en esa época no lo tenía claro como lo tengo ahora, los llevé a la parte trasera, mis hombres sabían lo que había dicho y actuaron antes de que yo pudiera aclarar, luego no pude hacer otra cosa, más que seguir. En ese mundo no puede haber debilidades, o te hacen pedazo. Si quería seguir siendo quien era y seguir manteniéndome con vida, tenía que demostrar mi rudeza y mi liderazgo y lo hice a costa de ustedes, de verdad lo lamento, sé que mis disculpas no borran todo lo que pasaron a causa de ello, ni me justifica a mí, pero así fueron las cosas, jamás me arrepentí de una muerte, como lo hice de esa y si soy sincero es la principal causa de mi cambio, porque desde ese momento mi conciencia empezó a atormentarme de una manera que nadie tiene idea, más que yo. Ahora pensarán que lo que hice por ustedes fue para tratar de borrar mis culpas. No es así, lo hice porque su padre es mi amigo, lo hice por pura y simple amistad, porque los amigos se ayudan y sí, fue mi oportunidad para poder compensar un poco el daño causado, sin embargo, con esto no pretendo deshacerme de mi responsabilidad, eso es algo que nada, ni nadie podrá borrar jamás, así haga todas las penitencia del mundo, solo les digo que estoy cambiando, que lo que hacía, ya no lo hago más y que ahora trato de ayudar a quienes están en las situaciones en las que ustedes estuvieron, y una vez más, sé que eso no me libera de mis pecados, pero no los seguiré cometiendo, se los prometo. Ahora tengo una esposa maravillosa y dos hijos también maravillosos y entiendo a su padre más que nunca. - su voz se quebró. _ y créanme que moriría si algo les pasara. Soy un bastardo, no merezco nada, pero aun así me atrevo a pedirles perdón. - bajó la mirada, las lágrimas nublaron sus ojos y no le dio vergüenza, con pesadez las limpio con el dorso de su mano, pasaron unos minutos de absoluto silencio, nadie se movía, nadie decía nada, levantó la vista para mirar a aquellos chicos por última vez, antes de marcharse, todos lloraban, cada uno a su manera, Bruno estaba al lado de su hija, abrazándola consolándola, Fernando le daba la espalda, pero veía como se estremecía por el llanto y Braulio, con su rostro entre sus manos, sentado en su silla de ruedas, también lloraba.
No dijo nada, solo se dio la media vuelta y avanzó unos pasos. Pensó que lo detendrían para insultarlo y golpearlo cuando sintió el agarre fuerte de aquella mano sobre su muñeca, miró y era Braulio, qué lo sujetaba con fuerza.
_ Gracias por salvar a mis hermanos. - dijo en un susurro, solo ellos dos eran conscientes de esas palabras, Lily lloraba y Fernando aún les daba la espalda del otro lado de la mesa. _ No me devolverás a mi hermano, ni los años de separación de mi familia, ni siquiera compensarás el dolor que nos causaste, pero ellos. - los señaló. _ Están vivos y están aquí y en parte es gracias a ti, así que gracias. - apretó su mano en señal de agradecimiento.
Lily también se acercó.
_ Por mucho tiempo lo odie aún sin conócelo. _ dijo con voz entrecortada. _ deseaba que, el que estuviera muerto fuera usted, pero si mi papá lo perdonó, yo no tengo nada en su contra, mi hermano está bien allá donde esta y también gracias a usted, mi hermano Fernando está vivo, las cosas suceden por algo y todo aquello nos trajo hasta donde estamos ahora, así que sigo estando agradecida con usted.
Aureliano estaba sin palabras, ¿qué le podía contestar a aquella jovencita, a quien había privado de la compañía de su hermano y que ahora le decía que estaba agradecida con él? No había palabras.
_ Perdóname. - la abrazó con el corazón oprimido. Quizás él no podría perdonar al asesino de algún miembro de su familia, no lo había podido hacer en el pasado, con la muerte de sus padres y otros familiares, en su momento había exigido venganza, pero, ahora era diferente, ya no existía ese odio desmedido hacia sus enemigos, sin embargo, si alguien lastimaba a su esposa o a sus hijos, no creía poder perdonar, era difícil, en cambio, ellos lo estaban haciendo sin vacilar, ellos excepto Fernando que ahora lo miraba fijamente, desde el otro lado de la mesa.
Por fin se movió, lo miró acercarse, estaba seguro de que descargaría su furia y su frustración contra él, pero se quedó quieto, lo que fuera lo recibiría porque se lo merecía.
*****
Fernando tenía sentimientos encontrados, era para él un shock, el estar frente al asesino de su hermano, el por fin poder ponerle un rostro y un nombre y lo peor, enterarse de que era el mismo hombre al que le debía la vida. ¿cómo compaginar esas dos verdades? Él hombre estaba ahí, y era amigo de su padre, ese hombre al que había odiado hasta la muerte por tantos años. Su mente se movía a mil por hora, debería de seguir odiándolo, pero todos los acontecimientos recientes se agolparon en su cerebro, TODO, cómo, aun odiando ese estilo de vida, se había aliado con gente que no era buena, como se había equivocado tanto con su único amigo, como en una fracción de segundos se hubiera convertido en un asesino y no lo hizo, solo porque el arma falló, no porque él no hubiese jalado del gatillo. Además, su padre siempre decía que todos merecían una segunda oportunidad, a él se la habían dado, ¿por qué él no podía darla? Ese hombre aseguraba estar arrepentido, haber cambiado y estaba seguro de que así había sido, de no ser así, su padre no le estuviera dando cabida en su vida, ni en la de sus hijos.Se limpió las lágrimas con decisión, se dio la vuelta y miró como sus hermanos estaban ya junto a él, tendiéndole la mano, siempre había sido así, ellos eran más humanos, él era más duro, ellos le tendían la mano a cualquiera que decía estar necesitado, él no, ellos no dudaban en perdonar, él no podía olvidar.
Se acercó, lo miraba tratando de ver un indicio, solo uno que le hiciera cambiar de parecer, pero no lo encontró, de verdad parecía un hombre bueno, y les había salvado la vida.
Sin mediar palabra, se acercó y se fundió en un abrazo fuerte y sincero.
_ Te perdono porque todos merecemos una nueva oportunidad, a mí me la dieron y yo te la doy a ti. - dijo. _ gracias por tú darnos una nueva oportunidad de vida.
Bruno los miró, estaba a unos pasos de ellos. Sabía que en esos momentos se estaba cerrando un ciclo más en la vida de cada uno de los presentes, incluido él. Miró hacia el interior de la casa, ella estaba ahí, Julia, mirando la escena con una hermosa y humeda sonrisa, se la devolvió, deseaba estar a su lado y abrazarla y limpiar esas lágrimas, aunque fueran de emoción y no de tristeza, besarla y demostrarle todo su amor y su agradecimiento, era una mujer sabía, era ella por quién se había dado este encuentro. Hacía tiempo que Aureliano le había estado pidiendo reunirse con sus hijos, necesitaba pedirles perdón, sin embargo, él se había resistído, hasta que intervino ella.
_ Los chicos merecen un cierre. - le había dicho. _ Son buenos, sé que tarde o temprano lo perdonarán y ellos empezaran a sanar ese dolor que aún traen, dales la oportunidad, no lo pueden odiar más de lo que quizás ya lo hagan, pero sí pueden empezar a perdonar y liberarse de esa carga. Ya rompiste mis cadenas, rompiste las tuyas, ahora ellos necesitan romper las suyas, necesitan ser libres, y sólo tú puedes ayudarlos.
Así que por fin había accedido y ahí estaba el resultado, tal y como ella lo había predicho.
La amaba, era lo mejor que le podía pasar en esta etapa de su vida, no la dejaría, no la defraudaría y procuraría hacerla feliz por el resto de su vida, así como lo era él.
Fin
NOTA:
Mis fieles y hermos@s lector@s, hemos concluido una historia más, agradezco que me hayan acompañado hasta aquí, gracias a quienes día a día me brindaron sus hermosos comentarios y a quienes me acompañaron con su lectura, y sus votos. GRACIAS.Por el momento no tengo ninguna historia terminada, pero sí algunas en proceso, ya les estaré avisando cuando tenga algo concreto que ofrecerles.
Me despido con un abrazo muy fuerte, esperando pronto volver a estar en contacto con ustedes a través de mis historias. Espero que la hayan disfrutado. Bendiciones. ❤️❤️❤️
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ROMPIENDO MIS CADENAS/ No.1️⃣5️⃣ Serie: HOMBRES DE LA SIERRA
RomanceEl pertenecer a un grupo criminal, lo llevó a perder a su familia, el pertenecer a otro, lo salvó. Dentro de su mundo de caos y tinieblas, por fin brilla una luz de esperanza, quizás pueda recuperar a sus hijos, pero juntamente con ellos, también ll...