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#savior
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KAYLEN ACARICIABA EL pelaje de Lena, el nuevo nombre de la ya no tan reciente integrante de su vida, la cual se encontraba soltando ronroneos mientras se acurrucaba en la falda de la pelirroja

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KAYLEN ACARICIABA EL pelaje de Lena, el nuevo nombre de la ya no tan reciente integrante de su vida, la cual se encontraba soltando ronroneos mientras se acurrucaba en la falda de la pelirroja.

Últimamente la cabeza de la pelirroja era un completo laberinto, donde cada pensamiento la llevaba a otro y asi nunca poder liberarse de lo que era el torbellino de emociones en su cabeza.

No podía enamorarse de Felipe. Recién sale de una relación que la dejó emocionalmente inestable, no podía tan rápidamente olvidarse de todo y hacer como si nada pasó.

Estos meses sin el se dió cuenta de lo importante que se volvió en su vida, de la parte esencial que marca día a día en ella. Cada sonrisa provocada al estar con el, sin importar que tan mal este, el siempre la hace sentir feliz, como si nada pasara al  alrededor de ellos. Ama la facilidad que tiene aquel chico alto en arreglar cada momento negativo en su vida, con tan solo unas palabras puede lograr que ella sienta un millón de mariposas revoloteando en su estómago, como si fuese una niña nuevamente.

Nunca sintió algo asi con nadie.

Un sonido la hizo regresar a la realidad. Su celular vibró indicado que estaba recibiendo una llamada, la cual respondió al instante en cuánto vió quien era.

—Hola, gorda. ¿Todo bien?— Preguntó el castaño del otro lado del teléfono.

—Holis. Todo bien, ¿Vos?— Dijo ella un poco desconcertada.

Esos últimos cinco meses se volvió una especie de rutina tener extensas llamadas casi todos los días. Llamadas en las que duraban horas hablando de lo que fué el día de cada uno. Pero al estar tan hundida en sus pensamientos ni siquiera se dió cuenta de la hora que era.

— Mal.— Respondió con seriedad y un exagerado drama.

— ¿Por que?— Preguntó con gracia sabiendo que muy probablemente sea algo no tan grave y lo esté exagerando.

— Perdió river, encima ni siquiera pude ver el partido— Murmuró con una notaría molestia.

De inmediato una imagen mental se reproduce en la cabeza de la chica, imaginando el gesto que seguro tiene plasmado el castaño en su rostro. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras continuaba escuchando lo que le comunicaba el chico a través del teléfono.

Sus conversaciones solían ser variadas, y eso lo amaban. Podían hablar durante horas sin parar, era como si todo se detuviera a sus alrededores y solo existieran ellos dos, como si el tiempo se detuviese y fueran sincronizados a pesar de la distancia fisica entre ellos.

—¿Y los chicos, como andan?— Preguntó la pelirroja luego de un largo rato en el que hablaron de lo fueron sus días. Ella amaba escuchar lo emocionado que se escuchaba Felipe cada que hablaba de las grabaciones, sus cambios de humor mientras avanzaban con las especificaciones respecto a su dia, sus repentinas carcajada que despertaban algo dentro de ella. Prendían algo que no sabía cómo apagar.

𝗦𝗔𝗩𝗜𝗢𝗥; 𝘧𝘦𝘭𝘪𝘱𝘦 𝘰𝘵𝘢𝘯̃𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora