Capítulo 7 "Nuevo estudiante"

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Después de aquél encuentro con ese chico los tres nos fuimos al campus de la universidad. Allí cada uno se separó por su camino, pero antes de ello le dí las indicaciones para que pudiese llegar al edificio de artes clásicas y literatura. Resulta que era un estudiante transferido desde Shangai, este era su último año para terminar la licenciatura en literatura antigua. Se había interesado particularmente en está universidad debido a los diversos textos antiguos que tenía, no solo le gustaba los libros clásicos sino también aquéllos que pertenecieron a antiguas civilizaciones que son muy poco conocidas. Cuando habló de textos arqueológicos que son considerados reliquias de civilizaciones extintas supe que era un fanático de la historia. Entendí porque eligió venir aquí de entre todas las demás universidades de la región.

No era por alabar, pero nuestro campus era el mejor en esa área. Debido a ello era el edificio más riguroso en cuanto a la calificación de sus estudiantes junto con el edificio de bellas artes. Cada año ambos edificios competían entre sí en cuanto a promedio, estudiantes egresados, obras escritas o esculturas y pinturas hechas en la exposición que hacía el edificio de arte. Era bien sabido por los demás departamentos del campus la relación de rivalidad que existía entre ambos edificios. Por suerte nuestro edificio de actuación y producción estaba lejos de meterse en ese conflicto eterno. Aunque la gran mayoría de nuestros profesores tenía cierto favoritismo por el edificio de artes clásicas, ya que se relacionaba con la base de la actuación.

Antes de ingresar a clases había pasado por la oficina de administración, allí Rafayel se inscribió en un curso corto de especialización en grabado y pintura en oleo. Le dijeron que debía hacer un exámen de nivelación antes de entrar, ya que era necesario saber su nivel de comprensión antes de comenzar a asistir a clases. Él estuvo más que de acuerdo diciendo que pasaría con los ojos cerrados. Sabía que no exageraba, ya que era un genio en esa area en especial en pintura en óleo. No por nada el mejor artista de Lincoln City, claro era un mundo de fantasía pero sus habilidades fueron trasladadas a está realidad. Por lo que pasar ese exámen no era un problema para él sino más bien un juego de niños.

Ese día tenía dos clases, había un pequeño intervalo de una con la otra. Así que tenía una hora de tiempo libre. Rafayel había aceptado quedarse en la cafetería para estar más tranquilo de las miradas curiosas. La señora de la tienda estaba más que gustosa de recibirlo, por lo que aproveché para quitarme los accesorios que llevaba ya que éstos llamaban mucho la atención.

Cuando termino mí primera clase prácticamente corrí hacia la cafetería allí estaba Rafayel mirando su teléfono, parecía que estaba absorto en algo que había captado su atención. Me acerqué a él sin que se diese cuenta, estaba tan concentrado en la pantalla que no me sintió o eso es lo que ingenuamente había pensado.

Mí intento de sorprenderlo se vió frustrado cuando quise tapar sus ojos con mis manos desde atrás. Él se giró sobre el banco haciendo que ambos estemos de frente yo aún tenía mis manos levantadas en el aire a lo que él alzó sus cejas en modo de interrogación exigiendo una respuesta a mí extraño comportamiento.

_Ning'er ¿qué travesura intentabas hacerme?_ al ver mí expresión de sorpresa por ser descubierta en pleno acto sus ojos temblaron divertidos.

_Nada, solo venía a saludar_ me defendí, bajando las manos y poniéndolas a ambos lados de mí cuerpo.

_Umm, no lo creó_llevo una mano a su mentón como sí estuviera analizando la situación. Su rostro lucía pensativo hasta algo serio se podría decir_Me parece que alguien planeaba sorprenderme, pero fue atrapada antes de hacerlo_ se inclinó hacía adelante haciendo que su rostro estuviera cerca del mío.

_No, solo venía por un bocadillo_dije estirando el brazo hacia la mesa detrás suyo con la intensión de agarrar uno de los  macarrones que habían en el plato.

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