Esa noche había dormido abrazada a Rafayel, al principio me negué, pero luego recordé la promesa que le hice horas atrás. Además necesitaba sentir el calor humano que su cuerpo transmitía para sentirse viva en lugar de ser solo una cáscara vacía como lo fue en el pasado. Él supo comportarse, no la había tocado de ninguna manera atrevida ni nada similar. Al contrario parecía que su intensión era consolarla.
Después de ducharse él había preparado una taza de leche caliente con canela molida para que ella pudiese dormir sin problemas. Xie Ning, se sorprendió de lo atento que podía ser aquél chico, sonrió para sí misma pensando en que era afortunada de tenerlo a su lado. No sabía sí algún día tendría la posibilidad de enamorarse de alguien, pero sí ella pudiese elegir a quién darle su corazón ése sería sin dudas a Rafayel. No solo por el hecho de que fuese un personaje de un juego y que por razones locas del destino lo tenga ahora en carne y hueso, sinó porque había algo en él que le decía que era él indicado. Sonará algo loco, pero Xie Ning nunca lo consideró como un simple personaje de una realidad ficticia. Era algo difícil de explicar desde la lógica, pero algo le decía que ese chico era más de lo que se veía a simple vista.
Principalmente sus ojos no eran los típicos de un simple diseño de un personaje, eran profundos, tenían sentimientos en ellos y transmitían una tristeza que la hacía dudar muchas veces sí eso era real o ficticio. Cualquiera podría decirle que se estaba volviendo loca al humanizar un conjunto de píxeles y quizás tengan algo de razón en ello. Aún así aquél pensamiento no salía de su cabeza por más que intentase decirse así misma que estaba confundiendo las cosas. Ahora la situación tampoco la ayudaba, sí antes tenía problemas para decir sí era esto o lo otro entonces ahora era imposible distinguir que era real y que no.
Si, tan solo pudiese dejar de pensar tanto y dedicarse a sentir más, las cosas serían mucho mejor. Lo que antes parecía complicado al final se daría cuenta que es tan simple solo debía saltar hacia el vacío y entregarse esas nuevas sensaciones. Vivir toda su vida en perfecto control la ayudo a evitar problemas, pero así también la hizo menos humana. Mentiría si dijese que nunca tuvo envidia de aquéllas chicas que podían actuar con total naturalidad sin importar sí se equivocan o no. La cuestión era disfrutar de la juventud que aún tenía porque aquellos días nunca más volverán a ocurrir.
Con eso en mente decidió que mientras dure la primavera ella sería lo más natural que pudiese. Las cadenas que antes estaban firmemente puestas en su corazón dejarían de estarlo para darle paso a todas ésas emociones que ella misma se prohibió sentir. Podría salir lastimada eso lo sabía perfectamente, pero era un riesgo que estaba dispuesta a correr porque él chico que estaba a su lado valía la pena el riesgo eso y mucho más. Nada en este mundo sería suficiente a comparación de tenerlo con ella estos meses.
"Rafayel, voy a entregarte mí corazón. Puedes romperlo sí lo deseas, pero al final del día te seguiré amando porque ese es mí único deseo". Ya no ocultaria lo que estaba sintiendo, sé lo haría saber en cada palabra, en cada acción, en cada detalle, en cada momento. Sabía que él primero en enamorarse siempre era él que terminaba perdiendo. Está quizás era una apuesta demasiado arriesgada de jugar, pero ella estaba apostando por él.
Al despertar descubrió que los brazos de Rafayel estaban a su alrededor, su cabeza descansaba plácidamente en su pecho semi desnudo. Estaba vez no haría un escándalo por ello, en cambio decidió levantar la cabeza y ver el rostro de aquél chico. Sus pestañas largas eran adorables estás se movían contra sus mejillas como pequeños aleteos de una mariposa, sus cejas finas le daban un aire de delicadeza sumado a sus rasgos suaves, la piel blanquecina de su rostro lucía tan real ni que decir de sus labios de un tono rosado natural. La línea de su mandíbula no era exagerada, era firme pero a la vez delicada haciendo que su belleza sea etérea. Podría mirarlo durante horas y aún así nunca cansarme de aquella vista. Cada parte de él era realmente hermosa no lo decía por lo bien que se veía, porque eso era indiscutible, sino por lo armonioso que lucía todo. Cada parte era como una pieza finamente esculpida y posteriormente puesta en su lugar para retratar una pieza aún más bella.
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Sueños De Primavera
أدب الهواةHua Xie Ning, es una joven estudiante universitaria que tras una noche de diversión con sus compañeras se emborracha hasta perder el sentido. Al despertar se da cuenta que en su cuarto hay un extraño que tiene un increíble parecido con su personaje...