Capítulo 5. "Llamada inesperada"

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El día estaba a punto de terminar, las clases habían transcurrido normal. Las constantes miradas que recibimos fue en aumento a lo largo de la jornada, pero decidí ignorarlas al igual que hacía Rafayel. De ese modo logré sobrevivir al primer día del evento "sueños de primavera", una parte de mí esperaba que al despertar me diese cuenta que todo esto solamente fue un sueño, uno muy loco. Y por otra parte deseaba que fuese real, mí cerebro aún no terminaba de procesar las ideas. Se sentía tan irreal que daba miedo pensar que nada de aquello existió y eso hacia que una parte de en mi sintiera angustia. Puede sonar tonto, pero me había ilusionado con la idea de pasar estos meses junto a Rafayel.

Estaba tan concentrada haciendo un repaso de lo sucedido hoy que no me dí cuenta cuando la puerta de mí habitación se abrió así como tampoco me percaté de unos ligeros pasos que se acercaban hasta que estuvo prácticamente en frente mío. Al ver unas pantorrillas desnudas en mí campo de visón, subí lentamente la vista hasta encontrarme con Rafayel utilizando solamente una toalla alrededor de su cintura.

Mí rostro se comenzó a calentar seguramente mis mejillas estaban completamente sonrojadas, intente tapar mis ojos con el peluche de panda que tenía a mi costado.

_¿Por qué estás desnudo?_le pregunté intentando contener el nerviosismo en mí voz. Ya era demasiado vergonzoso tener que estar los dos en el mismo espacio.

_Esto no es estar desnudo_se quejó de mis palabras_ Tengo una toalla alrededor, no pasará nada si me miras. A menos que te  sientas avergonzada.

_Para nada, no hay nada nuevo que mirar_ lo desafíe detrás del peluche que actuaba como escudo visual._Eres un ser humano ahora así que tienes todo lo que uno debe tener.

_¿Estás segura? entonces porque no hechas un vistazo en lugar de usar ese pobre panda como escudo_provoco, haciendo que corriera unos centímetros el peluche y lo espiara con los ojos entrecerrados.

Su sonrisa se amplió al ver que había logrado su objetivo, hacer que lo mirará. Sin poder soportar su pequeña victoria le lancé el panda con todas mis fuerzas.

_Tramposo, esté fue tu plan desde el principio_le acusé al darme cuenta que su provocación solo era una finta para que hiciera lo contrario.

_Tu decidiste mirar no te obligué a  hacerlo_se defendió cruzándose de brazos mientras hacía un puchero.

_ En verdad a veces quisiera..._me detuve al dar cuenta que tenía sentimientos encontrados quería seguir lanzandole peluches para pasar mí vergüenza de ese modo así como también quería seguir disfrutando de aquella vista.

"Ahh, Xie Ning. Debes calmarte, no pienses en tonterías". Me regañe mentalmente por ser tan débil que era fácil hacer que pierda el autocontrol.

Tomé una bocanada de aire luego la solté, intenté poner en orden mis pensamientos. Debía tratar de razonar en lugar de pensar en cosas innecesarias. Me repetí eso varías veces como mantra mientras mí corazón latía desbocado. Maldito traidor.

_Date la vuelta_ le dije, me miró  con un aire de sospecha antes de hacer lo que le pedí.

Cuando lo hizo me apresuré a levantarme, busqué rápidamente en el pequeño armario hasta que encontré una camiseta que era aproximadamente de su talle. Luego busqué unos pantalones deportivos que eran algo grandes en las piernas. La abuela no supo calcular mi altura y terminó comprando uno que era dos talles más grande. Nunca lo había usado debido a que no podía salir con ellos a la calle sin que se viera algo gracioso por su tamaño.

Junté ambas prendas luego me acerqué a dónde estaba Rafayel cuando estuvo frente a mí cerré los ojos mientras le tendía lo que  sería su piyama. Él tardo unos segundos antes de tomarlo.

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