Un día entraron dos guardias a la celda donde se encontraba la chica, ella se levantó de manera rápida.
No,no,no,no. ¿Ya habían pasado dos meses? Mierda
-Prisionera 44, de pie y contra la pared, manos detrás de la cabeza- Ordenó uno de ellos acercándose.
Sus manos comenzaron a sudar y temblaba mientras hacía lo que ellos pedían. Uno tomó sus manos y las esposo, la guió hacia la salida y ambos comenzaron a caminar detrás de ella.
Volteaba a ver a todos lados, no era la única que la escoltaban hacia un lugar, muchos se resistían y peleaban, otros simplemente acercaban su destino como ella.
Llegó a donde había una larga fila de chicos, una vez llegó su turno le pusieron una pulsera que de inmediato le dio una pequeña carga eléctrica, hizo una nueva y por insisto quitó la mano. Detrás de ella, lo que pareció ser una enferma, inyectó algo en su cuello haciendo que se desmayara. Un guardia la alcanzó a tomar antes de que se desplomará en el suelo.
☆ ★ ✮ ★ ☆
Abrió los ojos de par en par al escuchar un ruido ensordecedor, vio que había muchos chicos con cinturones atados en una silla, parecía que estaba en una nave. Su respiración comenzó a hacerse más pesada, no conocía a nadie de ahí.
Su cuello le dolía, suponía que fue por el brusco movimiento de la nave. Lo comenzó a mover de un lado a otro para intentar quitar el dolor mientras hacía muecas.
-¿Todo bien?- Llamó su atención un chico que estaba sentado enfrente de ella. Llevaba unas gafas en la cabeza y tenía una amistosa sonreía.
-Ammm... sí, es solo un dolor de cuello, es todo- Sonrío amablemente.
Unas pantallas se encendieron dejando ver al canciller Jaha.
-Prisioneros del arca, escúcheme- Llamó la atención de todos- Tiene una segunda oportunidad. Y como canciller espero que vean esto, no como una oportunidad para ustedes, sino para todos nosotros, es decir, para la humanidad misma.
El canciller seguía hablando de cómo por los crímenes de ellos lo hacían desechables, esto no les gustó a los jóvenes porque comenzaron a gritarle de cosas al hijo de Jaha.
Ella suspiró e ignoró todo el escándalo que se había causado. El pobre muchacho no tenía culpa de tenerlo como padre. Ella agachó la mirada y se quedó viendo sus pies flotar mientras lo movía de adelante hacia atrás.
De un momento a otro tres chicos habían salido de sus asientos, gracias a la gravedad comenzaron a flotar. Un muy fuerte movimiento hizo que chocaran contra las paredes, uno de ellos se alcanzó a sostener de algo, por desgracia los otros dos y no golpeándose la cabeza y murieron en el proceso.
Cerró los ojos con fuerza al sentir mucho movimiento, muchos gritaban con pánico otros estaban relajados en su lugar. Ella intentó respirar para calmar su ansiedad al saber que sucedería, la nave tenía cien años sin uso, es probablemente que los paracaídas no sirvan como deben.
De un momento a otro todo dejó de moverse y fue un silencio total. Un pequeño ruido sonó indicando que el cinturón de seguridad ya se podía abrir. Todos comenzaron a pararse de sus asientos y bajar al primer piso donde se encontraba la puerta.
Había un chico parado junto a la puerta intentando abrirla, parecía más grande que el resto de ahí y portaba un uniforme de guardia. Era lógico que mandaran a uno, pero él pareció muy joven como para cuidar a muchos chicos.
Por fin pudo reconocer a una cara familiar, Clarke Griffin. Ella se estaba peleando con el guardia para que la puerta no se abriera.
Después de muchas charlas y un gran reencuentro, de lo que parecía ser los únicos hermanos del arca, por fin abrieron la puerta. Todos comenzaron a salir eufóricos a conocer la tierra, la chica se quedó en lugar, conocería por fin todo lo que alguna vez leyó en un libro.
Una mano se posó en su hombro llamando su atención, ella volteó a ver de quién se trataba. Era el mismo chico de antes con los lentes.
-También tengo miedo- Dijo con media sonrisa de lado.
-No tengo miedo, solo que es raro. Siempre veíamos la tierra a través de una ventana creyendo que jamás vendríamos, y ahora aquí estamos. Siendo los primeros después de casi un siglo- Respondió ella suspirando. Sonrío de lado y volteó a verlo- Soy Maverick por cierto.
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Maktub|ᵇᵉˡˡᵃᵐʸ ᵇˡᵃᵏᵉ
Hayran KurguSignifica que lo que está destinado a suceder siempre encontrará una forma única, mágica y maravillosa para manifestarse.