13

65 8 0
                                    


lunes, 29 de junio de 2015

capitulo 23 y 24

Lali ya había estado en un estudio de televisión, de modo que no se sorprendió al ver aquel espacio cavernoso, la oscuridad, los cables que cubrían todo el suelo. Un conjunto de cámaras y de focos se erguían como centinelas sobre el plato, mientras los monitores lo vigilaban todo. Había gente alrededor, vestida con vaqueros y zapatillas deportivas, además de una mujer ataviada con un elegante traje de color melocotón, que vino hacia ellas con una radiante sonrisa profesional en el rostro y la mano extendida.

- Hola, soy Julia Belotti, de GMA. Supongo que ustedes son las chicas de La Lista - rió de su propio chiste al tiempo que les iba estrechando sus manos - Yo voy a hacerles la entrevista, pero...¿no eran cuatro?

Lali se abstuvo de hacer la escenita de contar cabezas y decir: <<No, me parece que solo somos tres>>. Aquello era típico de una sabihonda, las cosas que solía reprimir.

- Rochi, llegará tarde - explicó Eugenia.

- Rocío Igarzábal, ¿no es así? - dijo Belotti, y a continuación se volvió a Cande con una sonrisa - Usted debe ser Candela Vetrano. Debo decir que si la señora Igarzábal es tan atractiva como ustedes, esto va a causar sensación. Ya saben cuánto interés a despertado su Lista en Nueva York, ¿verdad?

- En realidad, no - contestó Cande - Estamos sorprendidas por toda la atención que está recibiendo.

- Cuando estemos grabando, muéstrense seguras y digan algo a ese respecto - las instruyó Belotti, consultando su reloj. Un diminuto frunce de fastidio comenzó a arrugarle la frente; en aquel mismo momento se abrió la puerta y entró Rochi con el peinado y el maquillaje impecables y vestida de un color azul intenso que favorecía sus tonos cálidos.

- Siento llegar tarde - dijo, uniéndose al pequeño grupo. No dio ninguna excusa, sólo pidió disculpas, y Lali clavó la mirada en ella y advirtió la fatiga que se traslucía bajo el maquillaje. Todas ellas tenían buenas razones para parecer cansadas, teniendo en cuenta la hora, pero Rochi mostraba además signos de estrés.

- ¿Dónde está el lavabo de señoras? - preguntó Lali - Quisiera retocarme los labios, si tenemos tiempo, y luego tomar un café si es que hay.

Belotti rió.

- En un estudio de televisión siempre hay café. El lavabo de señoras está por aquí - les indicó un pasillo.

Tan pronto como la puerta se cerró tras ellas, todas se volvieron a Rochi.

- ¿Te encuentras bien? - le preguntó Lali

- Si os referís a Pablo, sí, estoy bien. Anoche lo mandé a dormir a un motel. Por supuesto, puede que llamase a su novia para que estuviese con él, pero eso es asunto suyo.

- !Una novia! - repitió Cande como un eco, con los ojos agrandados por la sorpresa.

- Hijo de puta - dijo Eugenia, dejando que Rochi decidiera si aquel apelativo iba dirigido a Pablo o era sólo una exclamación.

Lali dijo:

- Ahora no tiene razones que defender para criticarte por lo de la lista, ¿no?

Rochi rió.

- Ninguna, y él lo sabe - observó las caras de preocupación de sus amigas - Tranquilas, estoy bien. Si quiere romper el matrimonio, prefiero saberlo ahora, antes de perder más tiempo tratando de aguantar así. Una vez decidido, ya he dejado de preocuparme.

- ¿Cuánto hace que mantiene una aventura? - inquirió Euge.

- Él jura que no la tiene, que no me ha sido infiel físicamente. Pero yo no me lo creo.

El hombre perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora