DEAR CAT BOY, percy weasley

✵━━━━ 008. capítulo ocho.

Pero Jules lo pensó mejor y decidió que Dian Rowle no era mucho de fiar, por lo que no le haría caso y no seguiría su consejo porque tenía muchísimo miedo de la respuesta. Jules no quería que Percy Weasley le rompiera el corazón. Ni él ni nadie, era demasiada carga emocional el ser responsable de sus propios sentimientos, porque era normal no ser correspondido, pero Jules ansiaba serlo, sentirse amado y poder amar. Pero lo mejor era quedarse callado, al menos por ahora.

Todo sería tan fácil si tuviera un poco de valentía como su mejor amiga. ella ya habría encarado a Percy y le habría preguntado sobre su presunta relación con Penélope Clearwater, pero Jules no era Gemma. El silencio era su mejor autodefensa para no salir herido, aunque era justo eso lo que estaba logrando, dañarse. Se estaba lastimando así mismo por no querer hablar con el pelirrojo sobre sus sentimientos, aunque fuese de una manera más superficial y sutil para evitar delatarse, pero no, él quería hacer las cosas más complicadas de lo que ya eran. El chico de los gatos no era tan astuto como sus felinos.

── Ya me decidí ── Gemma alzó una ceja al oír a Jules ──. No le diré nada a Percy, me quedaré callado.

── ¿Vas a quedarte en silencio mientras mueres de a poco al ver como la persona que te gusta está con alguien más? ── Morgenstern asintió con una sonrisa estúpida en el rostro ──. Eres tan estúpido, en serio. Puede que si le digas no cambie nada, quizás ni le remueva tanto como para empezar a sentir algo por ti, pero no decírselo sería ridículo. Él debería saberlo para no darte falsas esperanzas si no siente lo mismo.

── Gemma no, es innecesario que lo sepa si está saliendo con alguien más, solo voy a interponerme en una relación ajena.

── ¿Y cómo es que estás tan seguro de que es cierto que ellos dos son pareja? Jules, de seguro son ideas que te metió Rowle a la cabeza, primero te dice una cosa y luego otra, te está manipulando desde que se robó a tu gato.

── ¡Ya lo sé, Gemma! Mierda, ¿piensas que no me doy cuenta de lo que ha tratado de hacer? ── pocas veces Jules maldecía, por no decir casi nunca ──. Y aunque yo sé eso, da igual. Si hago no hago lo que Dian o tú me digan, no va a cambiar nada, ni siquiera le agrado a Percy.

── Sí le agradas, se le nota hasta en la forma en la que te habla cuando te saluda, así que no digas que no le caes bien.

── Percy probablemente sea un buen mentiroso, así que no me convenzas de algo que yo puedo sentir que no es real. Percy solo se encariñó con uno de mis gatos, por eso sigue manteniéndose en contacto conmigo y es raro, porque sigo siendo un Slytherin y mi familia no está libre de tener conexiones con tú-ya-sabes-quién Gemma. Puede que me guste, puedo estar enamorado hasta morir, pero no me intentes convencer de que él puede llegar a sentir lo mismo.

Gemma soltó el aire que estaba acumulando en sus pulmones, sintiendo que ese pequeño gesto la haría desfallecer.

── Bien, haz lo que quieras Jules, pero cuando te des cuenta de que estabas equivocado, espero que no sea demasiado tarde.

── ¿En serio Gemma? Tú misma me dijiste que no confiara en Dian.

── ¡Sí, pero esta vez yo me equivoqué! ¿De acuerdo? Pero ya olvídalo, ya ni siquiera te importa lo que pueda decirte, ojalá te sirva de algo saber que Penélope quizás ni siquiera esté interesada en Weasley como crees.

Tras decir esto, Gemma salió de la habitación dando un azote a la puerta. Jules miró por unos segundos ese pedazo de mármol esperando a que ella volviera con esa sonrisa que la caracterizaba y le dijera que no estaban enojados, que solo había sido una discusión insignificante, pero Gemma no regresó. Se sintió como un gato abandonado en la calle en una caja de cartón en plena lluvia, pero había sido su culpa, él estaba cegado negándose a ver la verdad, pero es que estaba tan aterrado que era inevitable para él no pensar que tal vez, su amiga y Dian Rowle estuvieran equivocados.

¿Alguna vez aceptaría la dolorosa y cruel realidad? Porque incluso luego de dos años, seguía negándose con la idea de que su madre seguía viva. No podía evocar su recuerdo, pero tampoco podía borrar sus memorias. Algo mismo ocurría con Percy Weasley, aunque él estuviese vivo y no bajo tierra como Lucinda Morgenstern.