La universidad 8

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Eric

Me incorporo a la universidad hoy, estudio idiomas mordemos, la corte real lo sugirió por eso de que debo estar viajando por el mundo y para cuando termine la carrera debo alistarme para irme al ejercito y obtener a alguna carrera militar en no sé qué, porque si le soy franco lo de ir al ejercito es por mandato de mi padre. Me hubiera gustado ser médico veterinario, porque me gustan los animales y seria lo que estaría estudiando si no fuera el príncipe heredero al que le tiene la vida jodidamente planeada.

Me estaciono en el mismo lugar y al bajar como siempre todos me miran y eso me hace desear tanto ser invisible porque socializar no es lo mío, ni siquiera sirvo para hablar en público, solo tengo un amigo y ese a la vez es mi primo.

Él llega en su moto una que me presta cuando vamos a escondidas a la carrera porque manejar moto esta prohibido para mi, debo seguir una cantidad reglas aburridas y juro que si me convierto en monarca, modificares varias.

Cuando me bajo él se acerca para saludarme con una sonrisa.

—¿Cómo estás, Eric?

—Bien ¿Lo trajiste?

—Si claro después de clase te lo doy.

Comenzamos a caminar y muchos jóvenes y señoritas se hacen a un lado mirándome y murmurando algo una morena de cabello oscuro se acerca a el y le da un beso en la boca es Leila su novia de hace un año.

—Hola, Eric.

—Hola, Leila.

—Sabían que este año se matricularon un treinta porciento mas de chicas y se rumora que fue por ti príncipe —expreso la novia de mi primo en voz baja mirándome.

—No sabía.

El caso es que tampoco me importa porque estoy seguro que muchas solo se fijan en mi por el título ese de príncipe. Ellos se toman de las manos y vuelven a besarse y verlos con tanto besuqueo como siempre me aburre.

—Te veo en clase, primo.

—Okey Eric.

Antes de ir a mi salón recuerdo que debo pasar por mi casillero. Esta universidad pertenece a mi familia y por lo tanto cada estudiante que quiere ingresar aquí tiene que firmar una acuerdo de confidencialidad dónde se compromete a no tomarme fotografías y acosarme porque eso merece su expulsión inmediata.

Por esa razón mi difunto abuelo el anterior rey de Marbelia compro la universidad y estableció esas reglas para proteger a su descendencia. 

Abro mi casillero tengo en la puerta una fotografía donde salimos los cinco mi madre, mi padre y mis hermanos en la playa... Es de hace siete años los mellizos estaban jugando con una pelota mientras yo estaba leyendo un libro de idiomas ruso. Y mis padres tomando el sol en la tumbadera, cuando mamá vivía teníamos una vida más normal y desde que ella murió el rey se volvió un completo amargado.

Saco mi libro de italiano hoy me toca esa clase y cierro, pero alguien me toma por mi cuello.

—¿No y que te ibas a clases? —Es mi primo nuevamente —. ¿Quieres ir a una fiesta mañana?

Niego moviendo mi cara.

—En vez de pensar en fiesta, Brandon, deberías ponerte a estudiar.

—Vamos primo las nenas más lindas estarán ahí y quizás encuentres a tu princesa.

Se acercan unos chicos a los que nunca les he agradado.

—Miren a quién tenemos aquí al pretencioso príncipe heredero y a su primo el hijo de los condes.

¿¡OTRA VEZ TU!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora