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8. Deseoso

Goku no había podido dejar de pensar en las palabras de Milk. Se repetían dentro de su cabeza como una grabadora insistente que parecía querer desquiciarle.

Decepcionada.

Decepcionada.

Decepcionada.

Milk estaba decepcionada... ¿De él?

Suspira fuertemente, reclinándose contra la silla en la que se encontraba sentado. Milk y él habían cenado tranquilamente pero en silencio, en el silencio más rígido e incómodo de todos. O al menos así fue la percepción de Goku.

Milk estuvo todo el tiempo con la mirada fija en su plato, revolviendo la comida y a ratos probándola como debía ser. Y él, en cambio, permaneció atento a ella. Claro que no desperdició ni un sólo platillo de lo que Milk había preparado, su comida era tan deliciosa que no podía dejar de comerla, pero eso no quería decir que no existiera cierta preocupación por como se estaba comportando.

Ahora, con sus palabras, Goku podía comprender mucho mejor algunas cosas que estaban sucediendo entre los dos. Su lejanía, por ejemplo. Milk ya no se “pegaba” a él cada vez que tenía oportunidad de hacerlo.

Ella ya no lo tomaba por el brazo, quitando toda posibilidad de espacio entre ellos. Tampoco lo abrazaba con fuerza por el cuello mientras él tenía que envolver rápidamente sus brazos alrededor de su cuerpo para sostenerla y no dejarla caer.

Milk ya no besaba su mejilla, ni tampoco lo buscaba en las noches al dormir. En un comienzo para Goku era bastante extraño que ella hiciera esas cosas, no estaba para nada acostumbrado. Aún si Goku tenía el sueño pesado, muchas veces despertaba al sentir el calor de Milk mezclado con el suyo. Cómo ella respiraba pacíficamente, recargando su mejilla contra su pecho.

Milk tampoco lo observaba al despertar. Y era algo que Goku había notado bastante en ella. Eso también era bastante extraño, pero también algo a lo que se había acostumbrado brevemente. Y que para su propia sorpresa, tampoco le molestaba.

Goku notaba que la mirada de Milk ya no brillaba como antes. Ella ya no sonreía de esa manera, como solía hacerlo siempre.

—Decepcionada —murmura, poniéndose de pie.

Por alguna razón, oír esa palabra, ver la expresión de Milk en el rostro y la forma en que parece resignada a ello hace que sienta una extraña incomodidad en todo el cuerpo. Teme de lo que pueda ocurrir, teme que tal vez sea demasiado tarde aún si no sabe muy bien para qué.

Y lo peor de todo, es que Goku tampoco sabe cómo abordar el tema. No sabe qué decir, ni como actuar. Todo era demasiado para alguien que todavía carecía del sentido en las cosas más comunes existentes en la vida, como el amor, o el cariño que puede existir hacia otra persona. O quizás, los distintos tipos de amor.

—¿Por qué tiene que ser todo tan difícil? —protesta para sí mismo, mientras abre la puerta de la habitación.

Al entrar, suelta el pomo abruptamente. Su cuerpo se congela en la entrada sin dar un sólo paso al frente. Goku siente como algo explota dentro de él, calentando la sangre que corre por sus venas. Sus ojos se oscurecen al recorrer con lentitud el cuerpo semi desnudo de Milk, quién le da la espalda y no ha notado su presencia aún.

Recorriendo su espalda con toda libertad, puede ver las pequeñas gotas que caen desde su largo cabello negro hasta su piel blanca, brillante y húmeda. Goku respira hondo cuando no puede evitar seguir el recorrido que hacen por su cuerpo, y en cómo se pierden en la infinitud. Un nudo se forma en su garganta seca, no entiende por qué ahora el cuerpo le pesa y la ropa le estorba. ¿Siempre hizo tanto calor a esa hora de la noche?

Matrimonio [GoChi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora