Juego entre hermanos

Capítulo 11

Dee despertó con dolor de cabeza, pensando en el sueño que había tenido. Había sido un completo desastre. Heavy se había dado cuenta de su verdadera identidad y lo había mandado a la mierda después de darle un señor puñetazo en la mejilla. Le pareció bastante curioso que despertara con ese dolor como si en realidad hubiera ocurrido...Por qué no ocurrió ¿verdad? Se preguntaba una y otra vez, para luego hacer lo que había hecho ya casi hace una semana completa, levantarse de la cama y abrir su armario, donde guardaba un espejo, con el cual veía en su reflejo la marca de un golpe que se negaba a desaparecer.

Ya había visto antes a Heavy en una pelea, sabía que siempre daba todo de si para ganarla, aunque no hubiera oportunidad alguna. En ese momento no sabía si le había dado con todas sus fuerzas o simplemente con las que le quedaron después de que él mismo dio el primer golpe, siendo este uno emocional.

Se preguntó si por dentro sanaría tan rápido como su ojo morado, aunque lo veía imposible

Ya ni siquiera sabía si decirle "Hermano" porque la relación que ambos compartían quedo reducida prácticamente a cenizas tal cual como si se tratara de un bravo e intenso incendio forestal que consumió miles de hectáreas.

Trataba de hacer todo lo que estaba en sus manos para complacerle, o por lo menos para que el menor se diera cuenta de que estaba realmente arrepentido, pero el pelirrojo lo ignoraba y pasaba de él completamente, como si fuera menos que un excremento a evitar en la calle. Ni si quiera se tomaba el tiempo de disimular frente a sus padres, los cuales estaba bastantes preocupados por el repentino quiebre de su relación.

De un momento al otro, se acabó toda interacción familiar entre ellos, de hecho, Heavy incluso se negaba a mirarle, el solo hecho de escuchar su voz le hacía entrar en cólera, y, para evitar tener que volver a golpearlo por respeto a sus padres, simplemente se iba de la habitación.

Dee pensó que las cosas mejorarían, después de todo, necesitaban verse el uno al otro cuando pasaran por la habitación, pero el menor incluso ya se había encargado de ese "pequeño" problema. Solamente bastó un encuentro para que Heavy comprendiera que no encontraría tranquilidad alguna si seguía viendo su mentiroso rostro, así que no dudó un segundo en comenzar su nuevo proyecto de primavera. Limpiar completamente el ático abandonado y trasladar todas sus cosas incluyendo la pesada cama a este lugar.

Desde el otro lado de la puerta, el rubio podía escuchar el movimiento de muebles, se sintió tentado a pedirle que se detuviera, pero simplemente no tuvo la fuerza ni el coraje para hacerlo.

Después de esa separación tan notoria, las cosas no hicieron más que empeorar, el chico de ojos verdes se levantaba temprano, mucho más de lo habitual, desayunaba y se iba de casa como alma que lleva el diablo, para volver bastante entrada la tarde a casa, completamente solo.

Aunque para Dee, no era para nada un secreto lo que hacía, pues había comenzado a espiarle, buscando el momento exacto en el cual pudiera hacer acto de presencia y convencerlo de tener por lo menos una mínima conversación para tratar de arreglar las cosas.

Notó aquella extraña cercanía que su hermano había desarrollado con aquel chico de su clase, no tardó tampoco en darse cuenta de que este llegaba tarde a casa por quedarse con él, enseñándole en un aula vacía como tocar la guitarra. Se sentía completamente celoso al ver esa sonrisa pintada en el rostro de ambos, sobre todo en el de Heavy, recordando, como en un tiempo pasado, esa mueca había pertenecido a él o por lo menos, había sido por su causa.

No sabía que debía hacer para que todo volviera a ser como antes, ya no aguantaba su indiferencia, se sentía egoísta, mientras se preguntaba a si mismo cuanto hubiera seguido con aquella mentira si su hermano no se hubiera enterado, ¿Era tan retorcido como para seguir utilizándole como objeto de su diversión? Trataba de mentirse a sí mismo diciendo que no, que eventualmente lo hubiera dejado.