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Sentimiento amargo

Ante la iluminación que había en la habitación tu entrecejo se frunció levemente para después con un poco de lentitud comenzaras a abrir los ojos, aunque te desconcertó darte cuenta que era de mañana

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Ante la iluminación que había en la habitación tu entrecejo se frunció levemente para después con un poco de lentitud comenzaras a abrir los ojos, aunque te desconcertó darte cuenta que era de mañana.

Te removiste algo confundida sobre el futón donde estabas para después sentarte y observar a tus lados, percatándote que te encontrabas sola en la habitación. Te preguntaste si Yoriichi había llegado por la noche, te habías dormido por el cansancio que te venció y no lograste esperarlo.

Tallaste tus ojos con la palma de tu mano y luego estiraste tus brazos para acostumbrarte y ver mejor tu alrededor, aunque luego de ser dueña de tu sentido del olfato te diste cuenta que un olor inundaba la habitación, seguro desde hace unos minutos. El olor era bueno y dulce, pero no lograbas reconocer que cosa era su razón.

Sin embargo, el repentino sonido del shoji siendo abierto tomó tu atención instantáneamente para dirigir tu mirada a ese lugar, respondiendo a tu primera pregunta con lo que había sido la razón de esa acción, o mejor dicho, quien había sido el responsable de esa acción.

—Estaba por despertarte.

—Oh Yoriichi, buenos días. —tu expresión se relajó al percatarte de la presencia del de aretes hanafuda en el borde del shoji y una ligera sonrisa se añadió a tus labios. Sin querer fue un alivio para ti verlo con bien—, ¿Qué huele tan bien?

—Hice el desayuno. —respondió calmado.

—¿En serio? —con su mismo semblante asintió—, ¿Por qué no me despertaste?, Hubiera querido ayudarte con lo que Suyako-san me enseñó.

—Estabas durmiendo tranquila, no quería despertarte. —se acercó a ti y te extendió una de sus manos para ayudarte a ponerte de pie del futón—, ¿Vienes?

—¡Claro! —tu mano rodeó la suya suave y cálidamente para que después con un ligero impulso te pusieras de pie.

—Por cierto, tengo esto para ti. —se detuvo antes de salir de la habitación y lo miraste.

—¿Hm? —emitiste confundida y observaste como del interior del armario que había en la habitación sostuvo algo en sus manos para volver a verte.

Bajaste un poco la mirada para encontrarte con una tela en sus manos y que te la extendía. Te acercaste a él a razón de su silencio y tomaste aquella prenda para extenderla al aire, mirando como se trataba de un bonito kimono de color azul cielo y que al final de la prenda tenía un degradado del mismo azul, pero un poco más claro, yendo casi al color blanco.

—¿Un kimono?... —lo miraste con asombro y volviste a sonreír—, ¿Puedo probármelo ahora?

—Te esperaré para desayunar por mientras. —asintió con un ligero movimiento de cabeza.

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⏰ Última actualización: Apr 06 ⏰

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AMNESIA || Yoriichi Tsugikuni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora