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Bada

Mi cabeza estaba hecha vueltas.

Me sentía intranquila con lo que había sucedido y no era exactamente por lo que hicimos sino con quién lo hice.

Al ver a Howl aún dormido a mi lado, me quedé pensando mucho sobre anoche.

Ayer me sentía tranquila con la situación, estaba totalmente dispuesta a hacerlo, pero ahora parece que no.

Aun así, no me arrepiento totalmente de haberlo hecho, solamente es algo raro.

Tal vez es algo extraño porque fue con Howl. Recuerdo mi primera vez, no fue lo más lindo, pero se sintió normal y las siguientes veces también fueron normales. A diferencia, no me sentía tan extraña como ahora me siento.

Miré mi celular para saber la hora y eran las seis y media. Mi alarma sonaba a las siete en punto para así estar lista antes de las ocho e ir al set.

Me había levantado más temprano, no me suele pasar. Tal vez fue porque tenía mucho en la cabeza.

Me levanté de la cama y fui directo a la ducha. Ya estaba desnuda, así que...

Me miré al espejo y no pude evitar reír por lo despeinada que me veía, era chistoso.

Mi sonrisa se desvaneció al ver un evidente chupetón en la parte baja de mi mentón cerca del inicio del cuello.

Tenía que cubrirlo, no se notaba mucho, pero tenía que hacer algo con él.

Me bañe tranquilamente y tome mi ropa lo más silenciosa posible para cambiarme en el baño y hacer algo de almorzar para ambos.

Prendí el televisor y mientras buscaba qué ver, el canal de la MBC estaba pasando el programa.

Verme ahí fue algo lindo, me sentía orgullosa de estar en televisión nacional, pero aun así cambié de canal. Vería el programa, pero ya cuando lo haya terminado.

Estaba tan enfocada en hacer pan francés que me asusté al sentir a Howl acercándose.

—No quería asustarte —me dijo riéndose, parándose justo detrás de mí, poniéndome nerviosa.

Le di un pequeño golpe en el hombro y reímos mutuamente.

Un sonido de celular se escuchó desde la habitación. El sonido era lejano.

—Seguramente es el mío—Howl dijo y lo miré ir corriendo a la habitación.

El mío sonaba igual, así que le grité desde la cocina que podía ser el mío.

—Sí, es tuyo. Es tu mamá —la voz de Howl llegó hasta la cocina y corrí hasta la habitación para tomar la llamada. Hace días que no me llamaba mi mamá, tenía mucho que contarle.

—Sí, entiendo… Igualmente yo, nos vemos—Howl había tomado la llamada y se despidió de mi madre al verme acercarme. Me dio el teléfono.

No me agradó que haya tomado la llamada porque realmente no tenía necesidad de hacerlo, simplemente pudo llevármelo corriendo de regreso a la cocina, pero decidí no discutir. Solo lo miré molesta, pero creo que no lo noto.

—Hola, ¿cómo estás?—le pregunté iniciando la conversación.

Howl fue a la cocina para ver la comida que estaba sobre la estufa.

—¿Estás con Howl, Bada?—mi madre preguntó sorprendida. Podía ver su sonrisa a través del teléfono. Feliz.

—Sí, ahora fue a la cocina —respondí su pregunta.

Forgive Me| Bada Lee Donde viven las historias. Descúbrelo ahora