Taehyung, chico de casa, se decide por ir al viaje de egresados solo para conocer el mar. Jungkook va al viaje solo para pasar el rato con sus amigos.
Au Argentino.
Los estudiantes se encontraban todos preparándose para le última fiesta del viaje. El grupo de Tae, estaban dándose los últimos detalles de colores y pinturas flúor. La temática era esa.
—Jimin, bebé, me pones iluminador rosa en la cuenca de mi ojo?— pidió Jin frustrado por no poder hacérselo el mismo.
—Si hyung, solo cierra los ojos— aplico con delicades el iluminador sobre Jin y salto Hobi también pidiendo algo.
—Yo también Jiminie, pero no en el ojo, si no lunares de rosas los colores en mi cara— pidió amablemente con una sonrisa de oreja a oreja.
Jimin terminó de pintar sus lunares y Hoseok quedó asombrado de lo bien que se veía. Su remera negra con manchas de pintura flúor, le quedaba hermoso, al igual que sus compañeros, que también tenían la misma remera los 4.
—Van a ser las diez de la noche, hay qur ir bajando— Dijo Taehyung para agarrar su celular y guardarlo en su bolsillo del pantalón, acción que copiaron sus amigos.
Bajaron las escaleras hasta le entrada donde se encontraban los demás estudiantes, todos con cosas flúor, otros disfrazados incluso. Y al lado de la puerta vio a Jungkook con la una remera negra con letras blancas que decían "ángel" en su cuello, con unos pantalones holgados llenos de pintura fosforescente. Estaba divino.
No me había visto ya que estaba hablando con sus amigos y riéndose con ellos.
—Bien chicos, agarren sus pertenencias y suban al micro— Grito niquillo abriendo la puerta del hotel dejando pasar a los chicos. Pasaron primero los amigos de jungkook y luego demás personas, pero jeon no subió.
Estábamos acercándonos a la puerta, salgo segundo yo y escucho como alguien susurra algo a mi oreja dejándome erizada la piel.
—Estas hermoso, bebé— aparentando levemente mi trasero y dando una nalgada al terminar de decir aquella frase.
Lo miro sonriendo por aquella acción y veo sube después de mi otorgándole subir primero, luego mis amigos detrás de el, quienes no dudaron el lanzar sus comentarios.
— Por poco y te mete la mano entera en tu trasero— escupe Jin sin ningún rastro de vergüenza.
—Es verdad, casi lo hacen en el piso— Dijo Hoseok siguiéndole el juego a Jin.
— Ya dejen a mi chiquito en paz— me tranquilizo al escuchar como Jimin intenta calmarlo a las bestias que tengo de amigos, cuando dice— no es su culpa que ete caliente todo el tiempo— larga haciendo reír a los dos chicos más y le golpeó el brazo fuerte escuchando como se quejaba.
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