capítulo 2

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- ¡¿un piercing en la lengua?!- repitió alterado

- ¡si! ¡George son geniales!

-en la lengua? - balbució con la suya afuera mientras la señalaba - ¿Como vas a hablar? ¿O comer? ¿Que pasa si te entra comida en la herida y te cortan la lengua?

Me reí doblando mi cuerpo hacia delante como una bisagra - solamente lo hago- le mire el traje de príncipe que tenía puesto, hoy en teatro era el príncipe de blanca nieves, y a decir verdad quedaba a la perfección con George

- estad muy metido en tu papel de viejo- señale

- jaja! Tontín! -

- bueno... Al menos no tengo que besar a nadie en la obra...- escupí haciéndome el enfadado, obviamente nadie era feliz actuando de un enano, pero por algo se empezaba...

Nos aguardo por unos segundos el silencio hasta que retomo la palabra

- ¿y cuando te lo vas a hacer?- pregunto mientras nos llevaba a los camerinos para sentarnos a charlar más cómodos.

- hoy... cuando salga de teatro mi hermano me va a llevar a hacermelo- contesté con una sonrisa cuadrada en mi cara

- wow...¿El te deja?

- seh George, el es muy  genial y de mente abierta, no le molesta- confesé con ilusión.

- ¿y tu madre?

- bueno...ella ya es otra historia, por eso voy a  hacermelo hoy porque ella se va y vuelve el sábado

-ohh...- exclamó pensativo- bueno es una lastima que te lo hagas justo hoy...tenía pensado invitarte a comer a algún lugar- rasco su nuca  nervioso y fijo la mirada a un costado.

Ay no! Que mal, nos estábamos volviendo amigos con George y no quería rechazarle ningún plan, aunque...

- bueno...como te dije mamá está noche se va a visitar a mi padre, y quedó solo con mi hermano... No creo que haya problema en que te quedes a comer o a dormir en casa...
- murmuré mientras jugueteaba con mis dedos
Me sonrió mientras pensaba y por fin afirmo

-es buena idea yo puedo

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- Tom me voy a morir de los nervios- expresé pálido y débil, estábamos a solo unos paso de llegar al lugar donde me perforarian, y la piernas me temblaban un poco ¿Me iba a doler? ¿Y si lo hacían mal?

- no pasa nada Bill...- me tranquilizó por quinta vez en el camino - es como una inyección, un pinchaso y listo- hablo rodando los ojos y moviendo las manos desinteresadamente

- no... Van a meter un metal dentro de mi lengua, la van a perforar y pondrán un aro ahí, y lo van a apretar con pinzas... Muy fuerte.

-si tenés razón Billy, si hacen mucha fuerza al abrirte la lengua pueden transpasar tu ¡Mandíbula! O perforarte mal y dejarte mudo! ¿Que pasa si cuando este apretando el aro hace demasiada fuerza y se le zafa,  oh dios mio...no...

Pare en seco y le mire con ojos saltones

- puedo quedar ¿Mudo...?

Así seguimos el camino con una que otra charla, Tom intentaba distraerme de esos pensamientos, aunque aveces de la nada agregaba otro accidente a la lista de "cosas que podrían salir mal" no era gracioso...
cuando llegamos estaba tan asustado que sentía que me hacia en los pantalones, no emití una sola palabra y el se encargo de firmar los permisos

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